Epílogo.

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Dylan 17, Madison 14.

— te dije que no.— hablé por enésima vez al ver a Dylan.

—Mamá, solo es una fiesta.

—¿Y? Aún no tienes la mayoría de edad.

—Por favor, ahora a eso nadie le importa, estaré con Julie.

—¿Quién me asegura que no estarán haciendo nada solos? Son adolescentes...

—Es una necesidad humana, tener sexo.— dijo con el ceño fruncido, haciendo eso, era indentico a Joel.

—No, y es mi última palabra.

—Es imposible hablar contigo, y con tu marido.

—Nos preocupamos por ti.— hablo Joel, quien llegaba hasta mi

—Ni que no supiera nada sobre la sexualidad.

—Eres algo idiota aún.— mencionó Joel.

—agh, los odio. Y por cierto deberían poner algo de música cuando están solos...

—Dylan..— lo llame y Joel me abrazó.

—Déjalo a su edad hicimos muchas cosas.

—No quiero que pase por lo mismo

—Sabe lo que hace.

—¿Y si no? Tendrá un hijo a los 17

—Mejor relájate.— sonrió.— ¿Donde esta Madison?

—La lleve a casa de una amiga, más tarde pasaré...

—¿Por qué no aprovechamos y le damos un hermanito?

—Joel, Dylan está en su recámara.

—Tomemos, en cuenta su consejo así no podrá escucharnos.—aflojo su corbata .

Sonreí y tome su mano para subir a la recámara.

Un tercer hijo caería de maravilla, tenía 33 años era joven y podría cuidar de él.

—¿Crees que no haya oído?— dijo sin dejar de abrazarme.

—no creo.— dije sonreí y lleve sus manos a mis labios.

—Si seguimos así, podrías tener otros dos hijos, antes de cumplir los 35.

—Uno último sería bueno.

—Entonces ...

Se subió arriba de mi, esos ojos tenían un brillo especial, un brillo encantador, tome su rostro entre mis manos y sonreí.

—te amo Joel.— dije y lo bese. Para después dejar que el hiciera lo suyo.

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padres primerizos -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora