Capítulo diecisiete.

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Sin nada que hacer, la casa sola y nosotros hablando de miles de cosas que nos gustaría hacer juntos...

—Comparé un libro más explicito.— dijo girando su cuerpo para abrazarme.

—¿No sirve eso?— reí.

—No tiene lo suficiente que yo necesito saber.— me miró fijamente.

—Deja de verme.— me sonroje.

—¿Por qué? Eres mi novia y me fascina verte—bajo su vista a mi pecho.

—¡Joel!— reí de nuevo.

—Debo aprovechar, en unos meses... él o ella, no me dejarán tocar.—toco mi vientre.

—Mejor.—bese su nariz.

—Deberiamos comprar un departamento, no me siento cómodo viviendo aquí.

—¿Por mi?

—Sabes a lo que me refiero— beso mi cuello.

—¿Cómo vivir solos si, no tienes trabajo?

—Pronto, además puedo conseguir algún empleo de medio tiempo.

—Tu mamá no dejará que nos marchemos, ella esta muy emocionada con su primer nieto.

—Y sabrá de él. Pero yo quiero más privacidad contigo.

—Habla de eso con tus papás — me queje.

—¿No te gusta la idea?— me pegó a él, rozando su cremallera contra mi bebé.

—Me gusta. Pero es muy pronto, tendríamos que comprar muebles, y todas esas cosas, y cuando lo hagamos, nuestro bebé ya habrá nacido.

—Tengo dinero, por ende me corresponde la herencia de mi padre...

—Sería mejor hablarlo con ellos.— sonreí tomando su rostro.

—Bien.— beso mi frente y acarició dulcemente mi panza, sentía su calor en mi piel, suave y tan delicado. Mi bebé sería tan afortunado, tendrá un padre demasiado amoroso.

—Estuve a punto de golpear a tu amiga.— hablé en su cuello.

—¿Alexia?, ¿Por qué?

—Me provocó, ya sabes lo mismo de siempre.

—No debes hacerle caso, puede hacerte daño, a nuestro bebé.

—Es una perra.—espete.

—¿Cuando entenderás que ella no es para mí?

—cuando la vea muerta.

—_____.— rió.

—Joel no solo es por ti, se la pasa insultando a mi persona, a mi familia.

—Solo trata de ignorarla, ya no puedes hacerle daño, esto —señalo mi vientre — cada vez crece más.

—¿Crees que cuando lo sepa, me trate mejor? —dije con ironía.

—Es lo que espero.

—Nunca cambiará, ambos nos odiamos. ¿Por qué ser amigas?

—No amigas, pero si llevarse mejor.— me dio un beso en la frente y salió de la recámara ante el llamado de su madre.

—No lo haré.— dije  y rodó los ojos.

Jamás haría las pases con mi mayor enemiga, y ahora en mi estado, mucho menos, la odiaba y ella a mí, ¿Por qué hacerlo?

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padres primerizos -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora