capitulo 34

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Pov Lily

- Y nosotros te amamos a ti- Jamás creí posible poder pronuncia esas palabras a Pablo, pero ahora estamos acá, con nuestros hijos, es la imagen que tantas veces he soñado poder ver, él, con uno de nuestros hijos es sus brazos mientras reparte caricias a los que crecen en mi vientre, me parece que estoy dentro de uno de esos sueños, pero no, esto es real, es la recompensa por todo el dolor que he vivido en este ultimo año.

-Lil, mi vida se que probablemente este no es el momento adecuado, porque aun debemos resolver muchas cosas pequeña, pero te juro que es lo que mi corazón me dicta, no te digo que lo hagamos mañana, ni la próxima semana, pero si que sea lo antes posible, te pido que ... - Titubea un momento y luego se aclara la garganta y finalmente dice- Lil te pido que nos casemos.

Sus palabras me toman por sorpresa dado que si bien es cierto él y yo nos comprometimos antes que pasara todo esto, nunca creí que después de enterarse que tiene cuatro hijos, me pidiese que continuáramos con los planes de boda, es más aunque me avergüence admitirlo en algún momento llegue a pensar que cuando Pablo se enterara que le oculte mis embarazos y que ambos eran múltiples, saldría corriendo y más nunca sabría de él, pero no; esta acá de rodillas pidiéndome que nos casemos... un momento el anillo...

-Pablo estas hablando enserio... tú... tú quieres que nos casemos, pero yo... te abandone... te mentí... te oculte a tus hijos... yo... ay Pablo yo, perdóname, pero yo vendí mi anillo de compromiso- Él no dice nada por un momento solamente me mira, pero nace en mi la necesidad de explicarle- Yo vendí la sortija hace unos meses, porque debía pagar el alquiler del departamento, pagar las consultas de los mellizos, y el dinero que tenia ahorrado ya se me había acabado, además le había pedido a Adela que no me enviara dinero aunque ella se molesto mucho al final acepto, para no generar sospechas así que no tenía otra opción Pablo, perdóname.

-Lil yo no tengo nada que perdonarte, tú no tienes una idea de lo que me duele saber que has pasado por tanto mi vida, me duele no haber estado ahí, para que no tuviese que preocuparte por nada, jamás me podría molestar porque lo hiciste para poder salir adelante tú y mis hijos, te admiro Lil, eres tan valiente, fuerte, eres una guerrera que lucho por nuestros hijos y los cuido mientras por dentro estabas destrozada- Sus hermosos ojos se han llenado de lagrimas mientras continua de rodillas frente a mi, Santi coloca su pequeña manita en la mejilla de su papá y él desvía su atención de mi hacia nuestro hijo quien al igual que nuestra nena continúan estudiándolo, Pablo turna su mirada entre ambos- Solo míralos Lil son perfectos, se que harías cualquier cosa por ellos.

》 Y si te he pedido que nos casemos es porque no quiero pasar un momento más lejos de tí, lejos de ellos no lo soportaría una vez más, Liliana te he amado toda mi vida y quiero que compartamos el resto de ella juntos, podemos casarnos por el civil acá y te prometo que cuando estés lista, para regresar a España o si quieres que tú familia venga hasta acá te hare una boda digna de la reina que eres, pero por favor Lil, te pido que nos casemos conmigo.

Lagrimas ruedan por mis mejillas, pero por primera vez en mucho tiempo, no son de tristeza, de dolor, desesperación o de amargura; no, estad lagrimas son de alegría, de amor, de dicha y sobre todo de liberación, se que todo lo que debemos enfrentar aun es muy fuerte, pero con su ayuda, con su amor y con su apoyo juntos podremos salir adelante, como una pareja, como un matrimonio, como una familia, así que lentamente asiento y el se pone de pis acomoda a Santi en su brazo izquierdo y con el otro me ayuda a incorporarme, con dificultad me pongo de pie y acomodo a Sam lo mejor que puedo como siempre cuidando no presionar mucho mi barriga y luego me atrae hacia él.

-Nos casaremos cuando tú me digas mi vida, haremos todo como tú quieras- Santi y Sam parecen estar muy interesados en su padre ya que sus ojitos en ningún momento lo pierden de vista, es normal ya que a excepción de Daniel el esposo de Bea, no conocen a ningún otro hombre, aunque pensándolo bien creo que ese dicho que dice "La sangre llama" es muy cierto ya que aunque es primera vez que lo ven ninguno de los dos ha mostrado algún deje de incomodidad, al contrario están muy tranquilos.

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