capitulo 36

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Pov. Lily

- Eso es mi amor, vamos pequeña tú puedes hacerlo nena, puja.... 1... 2...3- Me anima Pablo quien sostiene mi mano aunque se la este fracturando por la fuerza que ejerzo en ella- Eso es mi amor, lo estas haciendo excelente mi amor, eso es respira... respira.

Yo descanso un momento, mientras siento como una nueva contracción atraviesa mi bajo vientre y se extiende por todo mi abdomen y cadera.

-Eso es Lily el bebé ya esta coronando, puja cuando sientas la próxima contracción- Me indica la Doctora Imelda de manera calmada, justo en ese momento siento la contracción y tal como ella me indico pujo con todas mis fuerzas, Pablo se coloca justo detrás de mi para ayudarme a mantener mi posición. Y siento como se desliza la cabeza de mi bebé- Sostente un momento Lil, no pujes-Me pide la Doctora tomo toda la fuerza de mi cuerpo, para no pujar.

-Lo estas haciendo muy bien mi amor, te amo. Eres tan valiente, tan fuerte-Me susurra al oído Pablo.

-Muy bien Lily Puja-Lo hago y siento como la tención de mi cuerpo es liberada por un momento y unos segundos después escucho el ensordecedor grito de mi bebé- Es el niño Lily, hora de nacimiento 7: 34 pm- Pablo se inclina y besa mi cabello.

-Gracias, gracias mi amor- me dice entre lagrimas.

-Papá quiere cortar el cordón- le pregunta la doctora y él me coloca nuevamente en la camilla con sumo cuidado se dirige a donde la enfermera le indica, luego le tiende la tijera y corta, luego lo mira por unos segundos, antes que el pediatra lo lleve a revisar- Muy bien. Ahora debemos prepararnos por que aun nos falta un bebé- indica la doctora a todos, Pablo rápidamente vuelve a su anterior posición y toma mi mano.

-Es hermoso mi amor, gracias. Te amo- Deja un beso en mis labios el cual es interrumpido, por una nueva contracción, recordándome que estamos aun a medio camino, rápidamente la doctora se retoma su lugar y me pide puje con cada contracción.

Estoy muy cansada quiero dormir, pero se que debo resistir por mi bebé, debo ser fuerte. Pujo al sentir nuevamente una contracción.

- Muy bien Liliana sigue así, sigue así, respira y luego puja... ya falta poco... Lo estas haciendo muy bien-Anima la doctora, mientras siento una nueva contracción y la necesidad de pujar- Así Lily puja, ya casi... solo unos momentos más y tendrás a tu preciosa bebé... vamos tú puedes.

-Eso es amor puja pequeña, tu puedes mi amor, puja.

Siento como todo mi vientre se contrae y la doctora me indica que ya puede ver a la bebé, por lo que reuniendo las pocas fuerzas que me quedan luego de cinco horas en labor de parto, pujo y siento como mi bebé abandona mi cuerpo, pero pasan unos segundo y no la escucho llorar.

-¿Por qué no llora? Doctora. ¿Por qué no llora mi bebé?- Pero antes de obtener respuesta por parte de ella escucho el particular grito de los bebés Villalobos fuerte y estridente, en ese momento me doy cuenta que sus manos de Pablo están temblando por los espasmos de su llanto.

-Lo hiciste excelente mi amor, te amo, muchas gracias mi pequeña, por darme cuatro hijos, eres la mujer más fuerte y valiente, te amo Lil- Pablo besa en reiteradas ocasiones mi cabello, mientras deja correr sus lagrimas. Nos quedamos así unos minutos, hasta que unas enfermeras se acercan con nuestros bebés.

-Señor y señora Villalobos acá están sus hijos- nos dice una de ellas mientras nos tienden a dos bultitos envueltos en mantas blancas con rayas rosa y azul, Pablo extiende ambos brazos y los toma con mucho cuidado, estos meses con Sam y Santi le han dado bastante practica. Lentamente se acerca a mi, para depositarlo sobre mi pecho.

-Hola- le susurro, mientras lo acomodo, para observarlo detalladamente ¡Es mi princesa! A quien acuno y sostengo con junto a mi pecho, me lleve un susto de muerte al no escucharla llorar, pero todo eso quedo atrás esta acá entre mis brazos, respirando tranquilamente y muy pacifica, es hermosa, al igual que hice con Samanta y Santiago el día que vinieron al mundo, al tenerlos en mis brazos, cuento los deditos de sus manos y pies, luego memorizo sus facciones, gravándolas en mi mente, una pequeña motita de cabellos castaño esta apelmazado sobre su cabecita, esta rosadita y saturadita, pero es preciosa y es mía. Mia y de Pablo, otra muestra de nuestro gran amos, que sobre pasa los limites y traspasa las barreras.

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