Parte VIII

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Narra Alba.

Las cosas cambiaron mucho en muy poco tiempo, creo que todos éramos conscientes de que todo cambiaría, pero a pesar de eso, quisimos disfrutar el momento.

Salieron las notas de selectividad y casi todos pudimos elegir lo que queríamos.

Sabela decidió hacer psicología, Julia haría magisterio ambas en Madrid, Joan y Famous se irían a Valencia a estudiar periodismo y Dave y Noelia había decido tomarse un año para decidir bien lo que hacer.

Mi caso era un poco más complicado, había sido aceptada en Valencia y en Madrid para estudiar bellas artes, cuando presenté mis obras junto a mi solicitud no tuve grandes problemas. El caso era que, aunque deseaba con todas mis fuerzas poder ir a Madrid a estudiar, el dinero no me daba. Madrid era una ciudad muy cara, mis padres no me podían ayudar y a pesar de estar todo el verano trabajando sabía a ciencia cierta que no llegaría con el dinero suficiente para aguantarme allí unos meses hasta encontrar trabajo.

Así que decidí empezar en Valencia y ver lo que ocurría.

Por otro lado, después de esa semana en la casa rural habíamos trabado una amistad increíble con el otro grupo de amigos, es más, María y Natalia habían ayudado a Sabela y a Julia a encontrar piso en Madrid.

Natalia era tema aparte para mí, creo que desde que nos despedimos de la casa rural no habíamos pasado ni un solo día sin hablar y escribirnos. Al volver del viaje tuve que reconocer en una conversación con Sabela que Natalia me atraía muchísimo. El problema vino cuando dos meses después la conocía lo suficiente para saber que estaba enamorada de ella. Era algo totalmente extraño incluso a veces creía que era yo la que exageraba una simple amistad, pero es que no, había algo, lo podía notar en cómo nos hablábamos en cómo nos cuidamos incluso en la distancia. Al principio nos escribíamos para preguntarnos que tal había ido el día o simplemente para hablar de cualquier cosa, con el tiempo yo empecé a hablarle de mis cuadros y ella empezó a hablarme de su música, parece que tenía mucho compuesto y a veces me mandaba algunos audios de solo un par de minutos con alguna parte de lo compuesto y a mi simplemente me alegraba el día.

Hablamos de sentimientos muy en general por lo que era complicado saber si ella estaba sintiendo lo mismo que yo o simplemente me había convertido en una rutina agradable. Ella paso un mal verano, porque estaba sola en Madrid, yo por lo menos, aunque estaba harta de trabajar, podía reunirme con mis amigos y mi familia.

Estuvimos hablando de las relaciones de pareja anteriores y me sorprendió saber que le habían roto el corazón. No porque eso no pudiera pasar, pero su actitud y su manera de ser, tan segura y pisando tan fuerte en la vida no parecía la de alguien a quien le han hecho mucho daño. Por otro lado, se me antojaba imposible que alguien en su sano juicio pudiera romperle el corazón a ella, que era un ser increíblemente excepcional.

Mikel su expareja había decido irse a vivir a Barcelona sin tan si quiera decirle nada. Aun así, ella estaba totalmente en contra de mantener una relación a distancia, lo que me hacía pensar aún más que lo nuestro, si hubiera un nuestro, sería improbable.

Yo también le conté como acabo mi relación más importante, en este caso creo que fui yo quien hice daño a la otra persona, pero es que siempre había pensando que si estabas con alguien era al 100% y cuando eso cambiaba no podía seguir como si nada.

A la vez que aumentaban mis ganas de estar con ella, disminuían las posibilidades. Cuando llego septiembre María, Miki y Africa vinieron de visita y a ayudar a Sabela y Julia con toda la mudanza. Había decidido después de darle muchas vueltas, decirle a Natalia todo lo que sentía, igual no servía de nada, pero tenía que ser honesta conmigo misma. Mi sorpresa vino cuando Natalia me confirmo que esa semana era la única en el año que tenía para poder visitar a su familia en norte.

Que nunca gane el miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora