Parte XVII

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Narra Alba:

Entraba bastante luz por la persiana que había medio abierta, la habitación estaba tenuemente iluminada, tuve que esperar que mi cabeza terminará de despertar para darme cuenta de que todo lo que había pasado era real.

Sentí un poco de frió y cuando busqué a Natalia con la mano no estaba, quizás si que había sido un sueño. Ojee la habitación y allí estaba, sentada en el suelo, solo llevaba una camiseta ancha y acariciaba en silencio las cuerdas de la guitarra.

- Buenos días.

Se sobresalto al escucharme, pero enseguida dejo la guitarra apoyada en la pared y metió entre las sabanas.

- Buenos días bebe.

Dijo mientras me abrazaba y dejaba un beso dulce y corto en mis labios.

- Podría acostumbrarme a despertar siempre así.

- En realidad, puedes acostumbrarte. Nunca había visto a nadie recién levantada tan preciosa.

No pude evitar sonreír y dejar otro beso en sus labios.

- Dios he debido dormir una eternidad. ¿Llevas mucho despierta?

- Alba, a penas has dormido tres horas, es que yo estaba durmiendo, pero se me ocurrió una idea para terminar una canción que tenía a medias y tuve que levantarme, pero créeme si no hubiera sido por eso no hay quien me separe de ti.

- ¿Una canción? ¿Y me la puedes enseñar?

- Aun no esta terminada necesita un final o un comienzo.

- Da igual, enséñamela por favor.

- Es que me da un poco de vergüenza la verdad....

Note como se puso roja y me pareció tan linda.

- Natalia, después de los de anoche...me sorprende que te de vergüenza.

- Ok espera.

Levanto las sabanas y acarició mi cuerpo desnudo observando cada detalle.

- Ahora creo que me da menos vergüenza.

Esta fue fui yo la que no pudo evitar sonrojarse.

Salió de la cama y cogió su guitarra y una pequeña libreta.

- Respecto a la canción, no tienes que decir nada vale, es solo que llevaba un tiempo componiéndola y después de lo anoche pues parece que me inspire un poco. Es decir, no te estoy pidiendo nada con esta canción ni mucho menos además...

- Para, concéntrate en la canción. No voy a pensar nada que tu no me digas directamente.

No pude evitar cortarla, sabía que cuando estaba nerviosa divagaba y me encantaba saber eso.

Cogió su guitarra y tras un largo suspiro comenzó a tocarla. 

- Natalia...No se que decirte.

- No me digas nada, a ver, entiendo que no te guste, es solo una maqueta.

- Pero que dices, me has dejado sin palabras es increíble.

- ¿De verdad te gusta?

- No eres consciente de lo increíble que ha sido, que eres.

Que nunca gane el miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora