Narra Natalia:
- Que si Marí, que te prometo que me voy a portar bien.
- Natalia no me jodas que en este reportaje nos jugamos mucho.
- Ya te he dicho que voy a ser encantadora.
- Eso no me lo creo.
- Seré lo más simpática posible.
- Así mejor. Llámame cuando llegues, me he encargado de que las cosas en hotel estén a tu gusto. Cuanto menos te dejes ver, menos te acosará la prensa.
- María, llevo ya unos cuantos años en esto, se controlarme. Si seguramente no salga del hotel.
- Ya, esos dices siempre y luego...
- Luego nada, no te preocupes. Estaré bien.
Colgué el teléfono estaba por subirme en el avión, esta vez había decido viajar sin mi equipo habitual, les había dado un descanso y aunque María insistió en venir conmigo prefería hacer esto sola. Iba a disfrutar de un buen hotel, quizás me daría un masaje pediría comida y el sábado por la tarde después de la sesión de fotos estaría de vuelta. ¿Qué podía salir mal en tres días?
Me había traído conmigo algo de trabajo, para mi próximo disco quería algunas colaboraciones y la discográfica me había mandado algunas ofertas interesantes. Además, estaba toda la situación con Alba, desde nuestra conversación en mi casa no había vuelto a verla. Estaba poniendo todo de mi parte para respetar su decisión, incluso decline algunas ofertas de María y Miriam para tomar algo pensando que quizás ella podría ir también.
La espera no me era agradable, pero tampoco tenía más opciones, había sido bastante sincera con ella y aunque me guardaba cosas para mí, solo me quedaba esperar que ella diera el siguiente paso, si quería darlo.
Cuando me baje del avión había un coche esperando y me llevo al hotel. María lo había organizado todo a la perfección, la habitación era una suite y olía ligeramente a Jazmín, un olor que me tranquilizaba bastante. Lo único que no me cuadra era un ramo de rosas negras. Me acerque a leer la tarjeta.
- Llámame, llevo meses esperando poder verte.
Sabía perfectamente de quien era esa letra, Alicia. No pensaba llamarla, pero también sabía que no daría por vencida fácilmente, era muy insistente cuando quería.
Después de conversar con Vicky, Miriam y algunas compañeras más me di cuenta de que Alicia se había llevado por delante a mucha gente. No quería una persona así en mi vida.
Decidí relajarme, quizás llamaría a algunos amigos de Madrid. Al fin y al cabo, tampoco tenía que estar enclaustrada. También quería pasarme por el restaurante, hacia muchos meses que no pasaba por allí y aunque sabía que estaba en las mejores manos me apetecía sentir mi casa un poco más cerca.
Narra Alba:
Estábamos a jueves y la semana estaba siendo una autentica locura, incluso con la ayuda de Ana, había tenido que solucionar cientos de cosas. Era una suerte, la galería iba bien, pero era agotador. Lo que también era positivo era que cuanto más trabajo tenia, menos tiempo tenía de pensar, después de la conversación con Natalia no habíamos vuelto a hablar ni a vernos, ella había respetado mi espacio y yo se lo agradecía. En los pocos huecos que tenía aproveche para comer algún día con Alejandra.
Esa mañana estaba siendo más intensa aún, hasta que me pasaron una llamada que paralizo todos los planes.
El artista londinense había por fin, contestado a mi propuesta. Quería cerrar personalmente el acuerdo, pero tenía que ser en Madrid. Llame a Ana a mi despacho.
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Que nunca gane el miedo
FanfictionA veces pasan trenes por tu vida, los dejas marchar, y nunca vuelven. Otras veces, sin embargo, el pasado vuelve a sacudirte y colocar todo en su sitio. Somos un conjunto, un universo propio compuesto de las decisiones que tomamos, las personas...