Narra Alba:
Estaba nerviosa, justo había terminado de colocar la última caja en mi habitación y ya tenía que ducharme si quería estar a la hora acordada con Natalia.
Lo mío con Natalia era un caso, a veces pensaba que juntas podíamos ser imparables y otras veces creía que podíamos ser un desastre enorme.
Pero para que negar lo evidente, me gustaba tanto. Y no solo es que me gustara su manera de ser y su manera de tratarme es que junto a ella siempre me sentía a segundos de perder cordura, su boca provocaba en mí sensaciones sin tan si quiera tocar sus labios y solo sentir el calor de su cuerpo cerca del mi me ponía a mil.
Saque la ropa del armario y la coloque sobre la cama, hoy me apetecía ponerme algo especial. Escogí un vestido rojo de tirantes con el cuello en V por encima de la rodilla y unas botas negras.
- ¿Te vas a poner eso para cenar con Natalia o para salir después con todas?
Ana estaba apoyada en el marco de la puerta de mi habitación.
- Las dos cosas, para que voy a cambiarme.
- No, lo digo porque ese vestido parece más para una cita, que para una cena con una amiga.
- Bueno, es que quizás es para una cita.
Pude ver la cara de asombro de Ana.
- Pero te lo ha dicho ella o lo has pensado tú. Mira que Natalia parece la típica chica a la que le gusta gustar.
- Primero, me lo ha dicho ella y lo he pensando yo y segundo, no conoces a Natalia, ella no es así. Reconozco que a simple vista pueda dar la impresión de ser un poco chula, pero nada que ver.
- Bueno, lo poco que la he conocido me ha dado esa impresión, yo solo te digo que te andes con ojo, se lo que tu sientes por ella y no me gustaría que te rompiera el corazón.
Me acerque y le deje un beso en la mejilla.
- Gracias Ana, ojalá te hubiera tenido cerca en otras ocasiones de mi vida, pero de verdad, no tienes de que preocuparte.
Narra Natalia:
Como siempre iba justa de tiempo, me había entretenido intentado hilar un par de ideas con mi guitarra y se me había hecho tarde.
Me duché de prisa y corriendo y volví liada en la toalla a mi habitación. Tenía armario abierto, pero no me decidía por nada. Quería sentirme guapa y segura y no encontraba algo acorde a ello.
Me decidí por unos pantalones de cuero negros con un crop negro de encaje encima. Me vestí deprisa, me peine y me pinte la raya negra del ojo.
Cuando salí al salón, María y Sabela estaban terminando de comer. Si no fuera porque sabía que Sabela era hetero y María estaba tonteando con un tío, hubiera jurado que estaban más que liadas.
- Ostras amiga, te lo hacía sobre esos restos de pizza.
- Por dios María, eres muy basta.
- No, te digo yo a ti que no eh. Que María lleva toda la razón, yo te lo hubiera, dicho de otra manera, pero es que más super guapa hoy Natalia.
Dijo Sabela.
- Con amigas como vosotras quien quiere autoestima.
- Anda ven aquí.
María desde el sofá abrió los brazos le di un beso a ella y otro a Sabela.
- Nos vemos en un rato chavalas.
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Que nunca gane el miedo
FanficA veces pasan trenes por tu vida, los dejas marchar, y nunca vuelven. Otras veces, sin embargo, el pasado vuelve a sacudirte y colocar todo en su sitio. Somos un conjunto, un universo propio compuesto de las decisiones que tomamos, las personas...