Parte XXXIX

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Narra Natalia:

Íbamos en el coche camino a la galería, hoy haríamos algunas fotos y veríamos algún encuadre, en este escenario, estaríamos solo cuatro personas. Maca, Alba, otra persona que no conocía y yo.
Estaba un poco nerviosa, este tipo de cosas siempre me hacían estarlo, supongo que me sentía fuera de lugar, encima, estaba Alba que me ponía más nerviosa aún.

Había quedado en recoger a Maca en el hotel, así en el coche podríamos ir revisando las cosas de última hora, me sorprendió saber que ella también participaría en el reportaje, aunque tenía sentido, era joven, guapa y tenía un cargo de mucho poder.

- Natalia, permíteme que te diga que estas preciosa hoy.

Me sonroje.

- Tu también estas muy guapa.

- Cada una en su línea, aunque deberías saber que al conocerte, a mi ya no me convence ese look de chica mala de la industria. Pero reconozco que te queda impresionante.

Dijo mientras se mordía el labio.

- Por cierto, ¿Quién es la otra persona?

- Pues Ana, la comisaria de la galería de Alba me recomendó a alguien y fue muy acertada. No la conozco en persona, se llama Alejandra, algunas de las fotos las vamos a realizar con sus obras de fondo. Estuve ojeando su curriculum y es una de las fotógrafas más prometedoras de estos últimos años.

Mi cara debió cambio lo suficiente como para que Maca se diera cuenta, sonrió traviesa.

- ¿La conoces?

- Es amiga de Alba y he comido con ella un par de veces.

- ¿Solo amiga? Porque a mi me han contado otra cosa.

- Pues no lo sé, no tengo tanto trato con ellas.

Mentí, pero es que no quería volver la situación más incómoda aún.

- Y la directora ¿de que la conoces?

- La conozco desde hace muchos años, coincidimos un tiempo en Madrid.

- Por la impresión que me ha dado, todo lo que tiene de tía buena lo tiene de carácter, no me gustaría trabajar para ella.

Ese comentario lo podría haber dicho cualquiera, incluida María.

- No lo sé, no tengo tanto trato con ella en ese sentido.

- Esta claro que va a ser una mañana interesante. Después podríamos ir a comer, o a mi hotel, o ambas cosas...

Justo el coche paro y el conductor nos indico que habíamos llegado, salvada por lo pelos.

Cuando nos bajamos ya estaba allí todo el equipo, maquillaje, peluquería, vestuario y un nutrido grupo de personas con foulard que daban órdenes a las trabajadoras de la galería sobre donde poner cada cosa. Junto a todo este lío, curiosos que estaban visitando la galería se acercaban.

Fuimos entrando y la vi desde lejos, estaba rodeada de niños y niñas y manchada de pintura, llevaba un peto vaquero y un pañuelo de colores sujetando su pelo, junto a ella, la pequeña Natalia llevaba un babi de un color indeterminado ya que parecía que la pintura de sus manos iba directas a esa prenda.

- Este es el problema de trabajar con gente que no se dedica al medio.

Lo que para mí era una postal preciosa, para Maca resultaba una falta absoluta de profesionalidad.

Alba al vernos llega indico a otra persona que se hiciera cargo del grupo y salió a saludarnos. Perdonad, creí que llegarías más tarde, os daría la mano, pero no es plan....Tras ella salió corriendo la pequeña que al verme, se lanzó a mis brazos.

Que nunca gane el miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora