Parte XX

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Narra Natalia:

La mudanza había sido una locura. Estuvimos un tiempo buscando que nos gustara a las dos, pero siempre teníamos algún conflicto, muy pequeño, muy lejos del trabajo, muy caro. Finalmente, nuestra salvación vino de parte de quien menos lo esperaba, Ana.

Al ver las dificultades que teníamos, ella se ofreció a dejar el piso que compartía con Alba y buscar otra cosa.

Nunca había vivido en pareja, la relación más estable de mi vida había sido con María. Pero Alba y yo encajamos desde el principio. Creo que en ese sentido siempre fuimos dos personas muy parecidas, nuestras mentes eran un caos ordenado. Reconozco que, aunque fue idea mía al principio tenía un poco de miedo. Siempre he necesitado mis espacios, mis momentos de soledad y temía perderlos. Pero nada más lejos de la realidad, en ocasiones ella me conocía incluso más que yo.

Una vez instaladas Alba insistió en que llamara a Alicia. La verdad es que no estaba segura, en mi vida me había cruzado con muchas personas que intentaban venderme humo, y no sabía si ella era así. Finalmente concertamos una cita, quedamos en una cafetería del centro.

Cuando entre la divisé sentada en una mesa algo alejada, llevaba un traje de falda y pantalón mucho más formal que la última vez que la vi. Al verme entrar sonrió y se levanto a darme dos besos.

- ¿Qué tal todo Natalia?

- Genial, no me puedo quejar.

- Me contó Ana lo de la mudanza, supongo que habéis tenido mucho lío.

- La verdad es que sí. Pero bueno ya estamos más asentadas. Por eso tarde un poco más en llamarte.

- Natalia, ¿tú te ves viviendo de la música?

Su pregunta me descolo un poco, aunque lo tenía bastante claro.

- Yo amo la música. No se si me vería viviendo de ella, pero la música es una de las cosas que más feliz me hacen.

- Genial, eso es lo que esperaba oír. Mira Natalia, el día que te vi en el pub supe que tenías algo. Grabe un vídeo y se lo pase a un par de compañeros de la industria musical. Quieren conocerte.

- Woh eso es increíble. Pero...¿así de fácil?

- Lo más difícil ya lo tienes. Eres un producto en potencia. Eres guapa, joven, gustas, tiene ese punto de chulería y soberbia aparente y encima, cantas bien.

- Vaya gracias por todo, creo.

- No me des la gracias aún. Quiero que entiendas que este mundo es complicadísimo, de 1000 personas a penas dos o tres triunfan, de entre los que triunfan finalmente muy pocos pueden vivir de la música. Hay que trabajar duro y renunciar a muchas cosas. Esa es la parte que más me inquieta de ti.

- ¿Crees que no podré trabajar lo suficientemente duro?

- Creo que serás capaz de trabajar duro, lo que no sé es si serás capaz de renunciar a cosas que ahora tienes.

- Vaya, me lo planteas como un drama.

- No pierdo el tiempo, soy la persona más joven en conseguir el puesto que ahora mismo tengo. Nunca apuesto por alguien si no estoy segura de que funcionara. Pero esto es un compromiso entre ambas. Yo me comprometo a intentar hacerte un hueco en la industria musical y tu a seguir mis normas sin cuestionamientos.

- No suelo acatar órdenes.

- Si quieres que de aquí salga algo, tendrás al menos que intentarlo.

Que nunca gane el miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora