Que nunca gane el miedo

Parte XIV

Narra Alba:

Podía sentir sus manos algo temblorosas y aunque sus palabras decían mucho, su mirada decía mucho más. Sabía en el punto en el que estaba ella y desde luego ahora si que sabía en el punto en el que estaba yo.

- ¿Puedo preguntarte algo?

Dije sin soltar su mano.

Ella asintió.

- ¿Sigues queriendo a Mikel?

- Quiero a Mikel, ha sido una persona muy importante en mi vida, pero no estoy de él.

- ¿Y cómo sabes que no estas enamorada de él?

- Lo que sea que tuviéramos Mikel y yo terminó. Además, no creo que se pueda estar enamorada de dos personas a la vez.

Era indiscutible que Natalia era una persona valiente, sus palabras me habían aclarado tantas cosas.

- No sé qué decirte después de todo lo que tu me has dicho a mí.

- Dime, aunque sea que me perdonas.

- Natalia, no tengo nada que perdonarte, tu y yo no éramos nada, de hecho, aun no somos nada. Y tenías todo lo el derecho a estar con quien tu quisieras. Lo que me dolió fue el no entender, no entendía porque te habías alejado de repente, pensé que quizás yo había hecho algo malo no se...estuve un poco rallada y la única persona con la que me apetecía hablarlo, era justo la persona con la que no podía.

- Tu no has tenido nada que ver con esto, todo lo contrario. Fui yo que me asusté y que en muchas ocasiones me cuesta gestionar bien mis sentimientos.

- Natalia, es evidente, hasta para mí que soy malísima en esto que entre nosotras hay algo más que una amistad, pero creo que ahora ambas estamos en un momento en el que lo máximo que podemos ofrecernos es esto.

Natalia bajo la cabeza como en un acto de arrepentimiento y a mi se me partió el corazón. Levante su rostro sujetándole la barbilla.

- Creo que no me he explicado bien, Natalia tu a mi me encantas, pero es evidente que ahora mismo tu estas hecha un lio y yo tengo que tomar una decisión que probablemente cambiara mi vida. Y no me arrepiento ni por un segundo de besarnos, porque yo lo necesitaba mucho.

- Entonces...¿Qué me estás proponiendo exactamente?

- Te propongo que seamos amigas, para empezar. Que si a alguna le pasa algo o de repente toma una decisión de mierda nos ayudemos como amigas. Y cuando las cosas estén más calmadas quizás podamos plantearnos algo más. Eres una persona super especial, y me arrepentiría toda la vida si por ir con prisa esto se terminara.

- Estoy de acuerdo contigo. Creo que nunca en mi vida había conectado con alguien tanto y si el camino que debemos seguir ahora es este, lo seguiremos. Pero me gustaría hacerte una pregunta, si esta fuera de lugar solo tienes que decírmelo ¿vale?

- Dime....

- A ver, es sobre Ana, es que os vi a la salida de la galería y bueno no sé parecéis tan cercanas...

- Me estas queriendo preguntar si tengo algo con Ana.

- Si, eso es.

- Ana es una mujer increíble y aunque no es mi tipo, no te niego que en otro momento quizás hubiera surgido algo entre nosotras, pero es que yo ya tengo a alguien más en mi cabeza y en mi corazón y tampoco creo que se pueda estar enamorada de dos personas a la vez.

No pude evitar sonreír, se que parecía que se lo estaba devolviendo, pero no era así en absoluto. Natalia también sonrió.

- ¿Puedo darte un abrazo?