Narra Natalia.
No podía parar de mirar a todas partes, la casa era alucinante, tenia un ambiente rural muy chulo. Un salón cocina enorme con una chimenea de piedra, las habitaciones también eran muy grandes estaban subiendo unas escaleras de caracol que seguro provocarían mas de una caída.
Cada cual tenía eligió la habitación que prefería yo me quede con una abuhardillada con una dos camas. En otras ocasiones hemos compartido habitación, pero aquí no era necesario, había habitaciones de sobra.
Fuera había una barra con un grifo de cerveza (ahora entendía la necesidad de María por coger una furgoneta grande y por comprar un par de barriles de cerveza) y una barbacoa enorme.
En el mismo recinto había unas cuantas casas un poco más pequeñas y también una piscina. Alrededor todo eran arboles y naturaleza. La verdad, aunque al principio fuera reacia a ir al campo, reconozco que sentir el aire puro y dejar de respirar un poco el ajetreo de Madrid me iba a venir bien.
De repente, note como alguien me abrazaba por detrás, conocía perfectamente sus abrazos.
- Morena, ¿te gusta la casa de los amigos de mis padres? No las tenía todas conmigo, sé que eres más de ciudad que las tiendas 24 horas.
- María, lo primero te diré que esa comparación me parece super mal y segundo, hasta yo me he sorprendido. Oye y las demás casas ¿qué?
- Pues son todas de ellos y las alquilan, pero no a pirados como nosotros, las alquilan ha gente normal, tranquilita ya sabes rollo happy family.
- Joder Mari pues esto esta genial. Fíjate, si ignoras que Marta y África están discutiendo puedo escuchar hasta a los pájaros.
- Pobrecita mi Natalia, ella no se sorprende con cualquier cosa ¿verdad?
Tras decir eso iba a darle un empujón, pero me dio un beso en la mejilla y se fue corriendo.
Me encendí un cigarro y estaba allí apoyada en un árbol disfrutando del silencio.
Cuando estaba concentrada en tonterías que a aparecen en mi cabeza continuamente escuché un coche dar un acelerón y no pude evitar mirar justo en la dirección por la que habíamos entrado nosotros poco antes.
Narra Alba:
Casi nos matamos, literalmente. Julia cambio de marcha sin soltar el embrague y claro dio un acelerón que parecía que estábamos en un descampado haciendo trompos.
Una vez pasado el susto inicial por fin, cruzamos la barrera. Desde lejos parecía adorable, un entorno natural super relajante y un par de casas lo suficientemente alejadas para no molestar a nadie cuando Noelia decidierá empezar a dar voces. Nunca había entendido como en un cuerpo tan pequeño podía retumbar tanto una voz.
Nos estábamos acercando a la casa que habíamos alquilado cuando Sabela advirtió que no estábamos solos.
- Mirad esa furgoneta, parece que hay más gente. Igual la semana se pone interesante.
- Claro o igual son familias con niños y nos dan el día. Dijo Noelia muy convencida.
- Sea lo que sea vamos todos juntos y lo vamos a pasar genial. Joan siempre veía la vida en positivo y eso era de agradecer.
Aparcamos delante de la casa y entramos. Había un salón pequeñito con una chimenea, una barra y una cocina. Unas escaleras de caracol subían a las habitaciones. Noelia agarro a Sabela del brazo con la excusa de que necesitaba a alguien que le ayudara a colocar la ropa. Los chicos cogieron una habitación de tres y sorpresa, solo quedaba una habitación con una gran cama, Julia me miró y ambas sonreímos.

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Que nunca gane el miedo
FanfictionA veces pasan trenes por tu vida, los dejas marchar, y nunca vuelven. Otras veces, sin embargo, el pasado vuelve a sacudirte y colocar todo en su sitio. Somos un conjunto, un universo propio compuesto de las decisiones que tomamos, las personas...