Parte XVI

6.3K 287 42
                                    


Narra Alba:

Entramos a saludar a todo el mundo, Natalia venía detrás, pero cuando quise darme cuenta ya no estaba.

- Buenas noches, ¿que tal ha ido esa cena?

Me pregunto Ana.

- Ha sido impresionante, por el sitio, por la compañía, por todo.

- Vaya, me alegro, pero parece que tu compañía siempre tiene mucha compañía alrededor.

Ana miro hacía la barra y allí estaba Natalia hablándole al odio a la camarera. Reconozco que en mi nació una calor algo inusual, estaba molesta, me molestaba ver a Natalia tan cercana, además es que no tenía ni una amiga ni un amigo feo, todo lo contrario, siempre estaba rodeada de gente guapa, como ella. No me gustaba sentirme así, por lo cual decidí no darle importancia y disfrutar de la noche.

Ana, sin embargo, no parecía de la misma opinión y cada poco me recordaba lo guapa que era la camarera que no dejaba de hablar con Natalia.

María trajo cerveza y después de dos cervezas nos fuimos a bailar. Por un momento fui el relleno de un bocadillo entre María y Ana.

Después se acercó otra chica a la que no conocía y se acercó un poco a mí.

- Hola guapa, me llamo Alejandra.

- Yo Alba.

Nos dimos dos besos.

- Alba, tu debes ser nueva por aquí porque te habría visto.

Me miro de arriba abajo, tan descaradamente que hasta me dio vergüenza.

- Definitivamente te habría visto seguro.

Empezó una canción nueva y se acercó un poco más para bailar conmigo, al principio me resulto incluso divertido, pero de repente se acerco de más y me incomode. Justo cuando estaba por apartarme note unos brazos que me rodeaban por detrás.

- ¿Todo bien preciosa?

- Ahora mucho mejor.

Me gire sobre mí misma quedando rodeada por lo brazos de Natalia.

- Buena radiografía te estaba haciendo aquí la amiga ¿no?

- Ha sido divertido.

- ¿Sí? Entonces igual si he interrumpido algo debería irme.

- ¿Has quedado con alguien?

- Contigo.

La música siguió sonando y Natalia y yo cada vez estábamos más cerca, su cuerpo y el mío estaban pegados y desprendiendo calor.

Acaricie su costado hasta su cintura ella mientras había pasado sus brazos por mi cuello y me acariciaba la nuca. El vaivén de la música y ella tan cerca me estaba llevando a la locura, por un momento me olvide de todo lo que había alrededor y en mi mente solo estaba Natalia, sus manos, su cuerpo y su olor. Como por instinto me mordí el labio, ella cambio su mirada de mis ojos a mi boca como pidiendo permiso. Subí mis brazos a su cuello y tiré de ella hasta tenerla a mi altura y lo hice. La bese. Al principio el beso era lento, suave y pausado, solo razonado, como intentado recorrer un camino que haría mil veces. Natalia bajo sus manos de mi cintura al culo empujando un poco contra ella, no pude evitar soltar un leve gemido que nos encendió aun más provocando que el beso suave se convirtiera en un beso apasionado, profundo y húmedo.

Natalia que hasta entonces no había dicho nada, miro a su alrededor.

- Vámonos a mi casa. Ve cogiendo las chaquetas yo aviso a María.

Que nunca gane el miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora