Kissed
6 de diciembre
Will me ayudó a olvidar lo que había visto en mi sueño. Me convenció diciéndome que no todo lo que uno soñaba era efectivamente parte de la realidad.
En cuanto el rubio y yo nos despertamos de nuevo por la mañana, él se fue a su cabaña, excusándose por estar llegando tarde a su turno en la enfermería. A pesar de tener muchas ganas de seguir acostado, decidí levantarme a tomar una ducha.
Mi aniversario con Will sería dentro de siete días. Tan solo una semana me separaba del día, y aún no había ideado mi regalo.
Tenía algunas ideas, claro.
Podía llevarlo de viaje a Bora Bora, pero probablemente me regañaría sabiendo que tiene que ocuparse de cualquier imprevisto que ocurra en el campamento, siendo el líder de la cabaña de Apolo y, por tanto, el líder de la enfermería.
Regalarle un auto estuvo entre mis opciones hasta que Sam me recordó que apenas salimos del campamento para ir a McDonald's cada varios meses. Dado que ahora tenían un servicio de delivery, mi vida se había hecho muchísimo más fácil.
Pensé en tomar clases de pintura para hacerle algo del estilo crafty. Sammy me había mencionado que, a pesar de que tener un novio rico sería genial, los mejores regalos no se pueden comprar con dinero. De esta forma, había desbaratado la mitad de mis planes, que incluían gastar una porción (quizá demasiado pequeña, en proporción) del dinero de mi padre. Al final terminé en el taller de artesanías del campamento, un lugar que nunca en mi vida había pisado. Los chicos eran amables, y me tuvieron un poco de paciencia, pero mi talento decidió no florecer en esa actividad, por lo que no pasé de la primera clase.
Siendo que ayer mismo se había arruinado mi última idea, decidí ir a visitar a Sam.
Salí de mi cabaña con una camiseta negra con un estampado de calaveras, y volví a entrar inmediatamente: el invierno había llegado, y parecía que nadie hubiera intentado dejarlo fuera de nuestro campamento en el día de hoy. Volví hasta mi baúl y tomé una chaqueta de cuero que Will me había conseguido.
Con una barrita energética en mis manos, partí hacia la cabaña número tres. A pesar de haberme despertado en la mitad de la noche a comer un poco, aún tenía que reponer energías.
La mayoría de los campistas se encontraban en el comedor almorzando, pero lo más probable era que Sam estuviera terminando de juntar los materiales de su clase de natación. Luego de razonar que estábamos a jueves, me di cuenta de que no había asistido a tal lección.
Rodé los ojos y seguí caminando: Sammy me entendería.
En la cabaña de Poseidón encontré los materiales de natación tirados en el suelo, y las cortinas corridas. Alguien le había puesto seguro a la puerta, por lo que me vi obligado a utilizar la llave de emergencia: lo más probable era que Sammy se hubiera quedado encerrada dentro.
Me asomé por una ventana para tomar la llave que se encontraba dentro de una de las caracolas que allí estaban. A través del vidrio, vi a mi mejor amiga caminando desesperada de un lado hacia otro dentro del lugar, y me arrancó una sonrisa divertida. Volví a la puerta y giré la llave en su lugar.
—Sam, no puedo creer que te hayas quedado encerrada de nuevo —dije mientras quitaba la llave del hueco y la devolvía a la caracola—. Necesito ayuda con el regalo de aniversario para Will, ¿recuerdas?
Una vez volví a entrar, me costó poco arrepentirme.
En el medio del salón, Sam estaba recostada contra las literas. Un chico rubio que definitivamente no era Will estaba sobre ella.
Sus manos estaban alrededor de su cuello, y las de él descansaban en la parte baja de su espalda. Sus bocas se movían juntas.
No les costó mucho salir de su ensimismamiento una vez escucharon el portazo que di al salir, ya que enseguida vino Sam corriendo detrás de mí.
— ¡Neeks! ¿Qué ocurre?
Seguí caminando en dirección a la arena.
—Nada, quería hablar contigo, pero lo solucionaré solo.
Sentí cómo tomaba mi mano desde atrás, y tiraba de mí para detenerme. Le di el gusto de tenerme frente a ella unos segundos.
— ¿Por qué estás enfadado ahora?
Fruncí el ceño. No estaba seguro.
— ¿Qué hacías con él?
Sus mejillas se tiñeron de rosa, y un aire de ternura se instaló en ella.
—Bueno... —comenzó—. Solo me ayudaba a guardar las tablas que utilizamos en la clase de hoy —Pareció tener una idea—. No apareciste, ¿por qué?
Rodé los ojos.
—No cambies de tema. ¿Por qué estabas besando a ese idiota, Samantha? Hay chicos mucho mejores en el campamento.
Ella bajó la mirada, apenada.
—No lo sé, ¿sí? —dijo por lo bajo, mientras pasaba sus manos por su cabello—. Además, él fue quien me besó.
Decidí seguir mi camino hacia el área de entrenamiento, decidido a no escuchar más tonterías salir de su boca.
La escuché correr detrás de mí.
— ¿Por qué te molesta que esté con él, Nico? No es como si tú estuvieras prestándome mucha atención últimamente.
—Sam, no tienes ni idea de la cantidad de chicos que hay detrás de ti en este campamento que son muchísimo mejores que ese estúpido rubio.
La sentí bufar detrás de mí.
—Claro que lo sé —respondió—. Hay cero chicos, Neeks, y lo sabes. Déjame, por una vez, estar con alguien porque yo quiero hacerlo.
Después de oír tal estupidez, me vi forzado a detenerme y girarme.
— ¿Por qué decides hacer un discurso tan filosófico si nunca te detuve de estar con nadie? —exclamé—. ¿Sabes? Tienes razón, haz lo que quieras —Di un paso más hacia ella, y la señalé con mi dedo índice—, pero no vengas conmigo luego de que ese chico te deje llorando.
Ella frunció el ceño.
—No lo conoces, no puedes saber eso.
Solté una carcajada sarcástica.
—Soy un maldito chico, Sam. Yo sé cómo funciona mi cabeza, y entiendo la suya más que tú.
Me volteé por una última vez, y seguí mi camino. Dado que no vi su sombra seguirme, supuse que ella se había quedado atrás.
— ¿Estás molesto entonces?
Quizá sea cierto eso de que el amor nos hace estúpidos.
—Déjame tranquilo, Sammy. Hablaremos luego.
— ¿Puedo ir a entrenar contigo? —gritó, ya que estaba bastante lejos.
Negué con la cabeza aún dándole la espalda, y me alejé de ella.
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No soy muy fan de las notas, pero quería agradecer muchísimo a quienes comentan. En serio, me hacen super feliz, y me río mucho con sus comentarios 💛
Also, feliz Navidad!
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how we grew;; di angelo [ES]
FanfictionSobre cómo Nico di'Angelo y Samantha O'Connor crecieron, y mantuvieron el vínculo que tantos años les costó conformar. Segunda parte de 'how we met'.