Zipped8 de febrero
Tiré hacia arriba del cierre de mi campera mientras cerraba la puerta de la cabaña de Nico a mis espaldas.
Aún era temprano. El Sol apenas iluminaba el cielo despejado, y el campamento estaba desierto.
Caminé lentamente hasta mi cabaña, arrastrando los pies e inspirando profundo. El aire fresco de la mañana llenó mis pulmones. La forma en que olía el césped, el aroma a la lluvia del día anterior, y la esencia del fuego, una vez pasé por al lado de la hoguera de la zona de las cabañas. El silencio reinaba casi por completo, interrumpido únicamente por algunos animales e insectos, y por los árboles que se movían al ritmo del viento. El campamento estaba reinado por una paz impenetrable.
Eso debería haberme tranquilizado. Pero tanta calma casi siempre venía acompañada de una tormenta posterior.
Volví a inspirar. Mantuve la respiración varios metros. Exhalé, intentando dejar salir todas mis preocupaciones junto al aire.
Había una luz prendida en mi cabaña. Al llegar allí la apagué, consciente de que el Sol iluminaría el campamento en unas horas, y de que la luz artificial no sería necesaria. Entré a mi cabaña para encontrarla vacía.
Faltaban varios años aún para que Percy terminara sus estudios universitarios. Para entonces, yo misma estaría internada en una universidad de algún rincón de los Estados Unidos.
No podría vivir toda mi vida en el campamento. Era un lugar pasajero, pero ahí estaba el problema. Había construido mi hogar en un lugar que no estaba diseñado para serlo.
No tenía ningún otro lugar al que ir.
Me quité la ropa, abrí la llave y me coloqué bajo el agua caliente. Estuve allí el tiempo suficiente para darme una ducha, intentando desperdiciar la menor cantidad de agua posible. Una vez salí de allí me vestí con lo más cómodo que encontré en mi ropero y me tiré en mi litera. Diría que observé el techo hasta dormirme. La verdad es que por encima tenía otra cama, dado que mi cabaña estaba hecha para más campistas de los que la habitábamos, así que miré las tablas de madera encima de mí por varios minutos hasta decidir cerrar mis ojos.
Al cerrar los ojos, la primera imagen que se me vino a la cabeza fue la de Nico.
Aquella mañana me había invitado a ver las estrellas por la noche. No era una cita oficial, pero había decidido tomarla como tal.
Will y Nico seguían pasando mucho tiempo juntos. Conocía a Nico: lo miraba de una manera tan especial; tan profunda, que parecía obvio que lo amaba.
El verlos juntos me destrozaba por dentro.
Poco a poco, estaba consiguiendo lo que quería: la atención, las caricias, el amor, de Nico Di Angelo. Pero, lo que sea que estaba haciendo, aún no era suficiente. Mis inseguridades me dominaban de vez en cuando. En esa mañana, con los ojos cerrados, intentando dormir mientras el mundo despertaba, me dominaron una vez más.
Will era divino, en todos los sentidos de la palabra. Su cabello era sedoso, brillante y diferente al de cualquier otro. Sus ojos brillaban con un color celeste maravilloso, y se encogían cuando sonreía, dándole un aire de ternura. Su sonrisa blanca y perfecta se volvía todavía más perfecta cuando dos hoyuelos se formaban en sus mejillas. Tenía muchísimo estilo al momento de vestirse. Cantaba. Era simpático. Hacía reír a todos.
Hacía reír a Nico.
¿Y yo qué?
No era interesante desde ningún aspecto. Mi cuerpo no tenía curvas por ningún lado. Era pequeña de estatura y mis piernas se veían sumamente cortas. Mi cabello no tenía ondas, pero tampoco era lacio, sino que era una mezcla desordenada e inútil de las dos. Mis ojos marrones eran de lo más común. Detestaba mi nariz. Mi personalidad era cambiante y volátil. Se me dificultaba relacionarme con otros por momentos. Amaba y odiaba estar sola.
Conocía algunas chicas que juntaban alguna o varias de mis características, pero todas tenían algo especial que me hacía encontrarlas hermosas.
La belleza depende del observador, no de quien es observado.
¿Qué tan difícil sería para Nico encontrar algo bello en mí?
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how we grew;; di angelo [ES]
FanfictionSobre cómo Nico di'Angelo y Samantha O'Connor crecieron, y mantuvieron el vínculo que tantos años les costó conformar. Segunda parte de 'how we met'.