climbed

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Climbed

27 de noviembre

Apenas terminé de vestirme, me dirigí a paso ligero hacia la cima de la colina del pino de Thalia. El día en el que Will nos abandonaría por una semana entera por fin había llegado.

Al llegar hasta arriba, me encontré con un grupo reducido de gente. Algunos hermanastros de Solace estaban presentes, incluyendo a Austin. Me acerqué a él antes que a nadie, y chocamos puños como saludo. Durante unos minutos más me quedé a su lado, estudiando las personas que estaban alrededor. Un chico de Dionisio estaba presente, al igual que Connor Stoll. Quizá sea obvio decirlo, pero Nico había hecho el esfuerzo sobrehumano de salir de la cama antes de que saliera el sol, y también se encontraba junto al rubio.

Poco a poco, los campistas se acercaron a él, y le desearon la mejor de las suertes. Una vez que el grupo se dispersó, y tan solo faltaba que Nico saludara a Will, Austin y yo dimos unos pasos al frente.

—Adiós, hermano —dijo mi amigo de cabello oscuro, sonriéndole a su hermanastro. Se dieron un abrazo corto, y luego Austin Lake se volvió hacia mí—. Te espero en el pabellón, Sam.

Asentí en su dirección y me enfoqué en Will. Con una sonrisa tanto en su rostro como en el mío, lo envolví en un abrazo apretado.

—Cuídate mucho, Solecito —susurré en su oído.

Sentí una pequeña risa de su parte.

—Igual tú, Sammy —Se separó de mí, y mantuvo sus manos sobre mis hombros— Cuida de Nico, ¿sí? No dejes que haga más estupideces de las normales.

Le dirigí una última sonrisa y un apretón de manos antes de separarme, y darle un poco de espacio a la parejita.

Me apoyé en el tronco de un árbol cercano, y miré hacia el valle del campamento, intentando no interrumpir el momento romántico de Solangelo. Las luces de las cabañas seguían prendidas, y el sol parecía un poco reacio a salir. El lago de las canoas estaba calmo al fondo del lugar.

—No quiero que te vayas —Escuché decir a Nico.

El hijo de Hades estaba demasiado enamorado del hijo de Apolo. Hacía casi un año que aguantaba sus manías, e incluso se había despertado para ver el amanecer un par de veces. La incomodidad de Nico al momento del contacto físico con otros se había esfumado casi por completo cuando se trataba de Will. Su malhumor seguía allí, ya que Solace era un poquito demasiado alegre, y veía la vida de manera quizá muy diferente a Nico.

Pero la sonrisa hermosa de mi mejor amigo se mostraba cada vez más seguido, y no había nada que pudiera reprocharle a Will. Definitivamente, lejos de haber cambiado a Nico, había traído de vuelta al chico alegre que conocí hace casi cuatro años.

—Yo también te voy a extrañar mucho, nene. Solo será una semana, ¿sí? Volveré antes de que te des cuenta de que me fui.

Me atreví a mirar por un segundo, y los encontré separándose de su abrazo.

La poca luz del alba me permitía verlos, pero el árbol que me acompañaba evitaba que ellos me vieran a mí.

Entonces vi como Nico tomaba el rostro de Will con ambas manos, y unía sus labios en un beso de despedida. El rubio pasó sus brazos por su cintura, y lo acercó más a él. Parecía ser que ambos estaban llorando, e intentaban dejar ir sus penas en un último beso desesperado.

Un puntazo de dolor en el pecho me hizo alejar la vista de aquella escena.

—Te amo, Will.

Y esa última frase bastó para internarme en el bosque y caminar sin rumbo alguno.

Hacía ya varios días que tenía la leve sospecha de sentir algo por Nico. No estaba completamente segura de qué era, pero cada vez me dolía más verlo tan feliz con Solace.

Al mismo tiempo, me hacía mal pensar que no estaba feliz por él. Tantos años buscando su felicidad, y una vez que es feliz, no soy capaz de aceptarlo.

"Eso es porque no es feliz contigo"

Sacudí la cabeza para evitar aquellos pensamientos tan confusos. Estaba negada a aceptar mis sentimientos por Di Angelo.

¡Es mi mejor amigo!

Hemos dormido juntos, e incluso tuvimos que compartir la ducha una vez (claro que le vendé los ojos aunque me juró por la Laguna Estigia que no iba a mirar; solo por si acaso). Hablamos de chicos casi siempre, y tenemos una lista con el top ten de chicos sexy del campamento. Me ha visto despeinada y tan solo con una camiseta puesta, y yo lo he visto sin nada más que ropa interior. Nico sabe todo de mí, y yo sé todo de él. Nuestra confianza y toda la amistad que construimos se iría por el caño si se enterara de que me gusta.

Además, como si no fuera suficiente la imposibilidad de ser pareja, el chico era gay, y tenía un novio malditamente hermoso.

Recordé la canción que Austin me había recomendado. Una sobre un girasol, y cómo debía dejar atrás las inseguridades y los miedos para bailar bajo el sol una vez más.

Rodé los ojos ante lo ridículamente inteligente que sonaba aquella metáfora, y emprendí la marcha hacia el campamento, justo cuando el sol comenzaba a colarse a través de los árboles del bosque.

how we grew;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora