moaned

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Moaned

18 de enero

Al despertarme, lo primero que vi fue a Sam durmiendo del otro lado de la cama, a casi un metro de distancia, rodeada de cartas de Mythomagic.

Por la noche habíamos jugado hasta dormirnos, ya que ninguno de los dos lograba establecer una diferencia significativa de puntos entre ambos. Cada vez que yo ganaba una partida, ella obtenía suerte de quién sabe dónde y ganaba la siguiente.

Me senté despacio y miré a mi alrededor. Yo también tenía mis cartas esparcidas por todos lados, pero al menos ninguna estaba dañada por haber dormido con ellas.

A lo lejos, debajo de una de las piernas de Sam, alcancé a ver la libreta donde ella había estado escribiendo las partidas que cada uno iba ganando. Me estiré hasta allí y, con cuidado, comencé a tirar de ella.

Mi mejor amiga soltó un gemido en plena misión que hizo que me sobresaltara, pero no despertó.

Al tener el cuaderno entre mis brazos, desdoblé la hoja que estaba escrita. Leí los nombres "Neeks" y "Sammy" en la parte superior, y comencé a contar la cantidad de rayas que cada uno tenía bajo nuestros apodos.

5 partidas contra 5 partidas.

Bajé la mirada aún más, encontrándome con los resultados de la última partida que no llegamos a terminar.

"Empate" Había escrito la chica.

Rodé los ojos y me giré a verla. Todo su cabello estaba enredado, y ocupaba una almohada entera. Pero con lo grande que era la cama, ocupaba únicamente un tercio de la misma.

Cuidándome de no arruinar ninguna de las cartas y figuras que teníamos tiradas por allí, me acerqué a ella y comencé a moverla.

—Sam —dije—. Despierta, Sammy.

Me llevó varios segundos más, pero eventualmente abrió los ojos y me miró confundida.

— ¿Estoy en el paraíso?

Fruncí el ceño.

— ¿Qué?

—Dios, no te veía sin camiseta desde hace semanas.

La miré serio, y ella sonrió. Mientras me estiraba para alcanzar mi camiseta, Sam se sentó en la cama.

— ¿Por qué te esmeras en despertarme a las... —Echó un vistazo al reloj que se encontraba junto a mi cama— 8 y media? Estás loco, Neeks.

—Tenemos una partida que jugar, Sammy. Quedamos empatados.

Esa oración bastó para hacer que se sentara rápidamente y me mirara desafiante, decidida a darlo todo para ganarme en mi propio juego.

how we grew;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora