fell

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Fell

10 de enero

Les llevó cuatro días, pero los solecitos de la cabaña de Apolo hicieron que Jake despertara. Aparte de tener el cabello varios tonos más oscuro, su estupidez seguía intacta.

Sam no había estado allí para verlo salir de la enfermería esta mañana. Se había tomado la parte de alejarse de mí muy en serio.

—Sam se fue con Leo a una misión, Nico. ¿Acaso no te lo dijo? Volverá en unas semanas.

De esa forma, Quirón había instalado una nueva razón por la cual estaba ansioso: Samantha.

¿Por qué no había mencionado que se iba? ¿Qué tan peligrosa era la misión? ¿Dónde estaba exactamente? ¿Cuánto tiempo eran unas semanas?

La chica había decidido desaparecer de la nada, y yo no podía parar de pensar en ella.

La única distracción con la que contaba diariamente eran ella, Will, y un par de chicos más. Mi relación con Will, según Sam, estaba trayendo de vuelta al viejo Nico. No estaba muy de acuerdo con esa expresión, pero coincidía en el hecho de que se me hacía más fácil socializar.

Sin mi mejor amiga molestándome, mi segunda opción para pasar el tiempo era ir a molestar a Solace. Pero durante los últimos días había estado o encerrado en la enfermería, o bien descansando para volver a su turno. Finalmente hoy, el tercer día después de la partida de Sam, Will había dedicado un par de horas para mí.

Pasamos la tarde acostados en el césped, cerca de los girasoles de Sammy. No pude evitar pensar en ella al verlos, y llegué tarde a mi cita con Will para echarles un poco de agua.

Eran unas plantas extrañas.

Se movían durante el día, siguiendo el sol. Parecía ser que siempre buscaban el lado bueno de las cosas.

Definitivamente no eran para mí.

Pero William había aprendido a amarlas, y había quedado más que encantado de que la temática de nuestra fiesta incluyera girasoles.

—Yo creo que esa nube tiene forma de dragón.

— ¿Qué? ¿Cuál?

—Ven aquí.

Will acercó su cabeza a la mía, y elevó su mano hacia el cielo. Intentando que nuestros ojos estuvieran lo más cerca posible, señaló una nube que no tenía forma de dragón.

—Eso tiene forma de nube.

Lo oí reír. Era imposible molestar a este chico: vivía en un estado constante de alegría y diversión.

—Claro que tiene forma de nube —dijo—. Tiene forma de nube con forma de dragón.

Rodé los ojos.

—No seas estúpido.

Sentí su mano tomar la mía. Me quedé callado varios minutos.

— ¿En qué piensas?

—En Sam.

Su pulgar acarició la parte trasera de mi mano.

—Ya volverá, no te preocupes. Leo no va a dejar que le pase nada a tu hermanita.

Si tan solo supiera lo que mi hermanita y yo habíamos hecho.

—Más le vale a Valdez traerla intacta.

— ¿Quieres ir conmigo hasta la cabaña de Atenea? Tengo unos libros que pedir prestados, y otros tantos que devolver.

—Suena tan divertido —contesté.

El rubio que estaba a mi lado se levantó, y me ofreció sus manos para hacer lo mismo.

—Sé que estás usando sarcasmo. No seas sarcástico conmigo, cariño. No me molesta —Se giró y tiró de mí en dirección a las cabañas—. Ven, vamos.

how we grew;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora