Leaned17 de enero
Decidí que, para hacer una entrada relativamente normal, debía tocar la puerta.
— ¡Adelante!—lo escuché gritar.
Abrí la puerta y me lo encontré tirado en la cama, con una consola de Nintendo que casi nunca usaba. Me recosté contra el marco de la puerta, esperando a que se dignara a alzar la vista para verme. Se quedó varios segundos más con la mirada fija en el juego.
Había estado preparándome para nuestro encuentro. No es que fuera nada especial, pero debía olvidarme de él. En los últimos días apenas había pensado en el hijo de Hades, y cuando lo hacía, Leo se aseguraba de reprochármelo. Estaba prohibido mencionarlo durante la misión que llevamos a cabo, y su nombre no podía siquiera cruzar mi mente. Las medidas tomadas me parecieron un poco extremas, principalmente por el hecho de que yo pensaba en Nico constantemente incluso cuando no sentía nada por él.
No sabes cuándo empezaste a sentir cosas por él.
Intenté espantar los pensamientos que ocupaban mi cabeza, y me concentré en mirarlo, únicamente esperando a que me mirara también. No me fijé en qué ropa traía puesta, ni en cómo tenía el cabello. Había podido ser su amiga antes, y volvería a lograrlo. Lo miré a los ojos decidida a no caer de vuelta por él.
Hasta que me miró. Y en cuanto sus ojos oscuros conectaron con los míos, sentí como todas mis barreras mentales se derrumbaban de vuelta. Los ojos se me humedecieron un poco, casi llorando por la alegría de verlo nuevamente.
Por unos segundos, no pasó nada. Solo nos mirábamos. Él, indiferente. Yo, decepcionada de mi poca resistencia a sus encantos.
Mordí mi labio inferior, en un intento de alivianar la tensión que dominaba todo mi cuerpo. Me concentré nuevamente, determinada a evitar cualquier posible demostración de debilidad por él.
Y entonces, me dedicó una sonrisa. No una sonrisa sencilla, ni mucho menos forzada. Era una de esas sonrisas que hacían que su rostro se viera diez veces más bonito. Una de esas sonrisas que pocas veces me había mostrado. Una de esas sonrisas acompañadas con un brillo intenso en sus ojos. Una de esas sonrisas que me hacían olvidar cualquier estupidez que ese chico podría haber hecho, y cualquier estupidez que yo pudiera haber intentado hacer.
Sin pensarlo, salí corriendo hacia él, quien dejó la consola a un lado de su cama enorme, y se sentó para recibirme. Incluso extendió los brazos, soltando una risa al ver mi emoción.
Lo abracé, y el impulso de haber corrido provocó que ambos cayéramos sobre la cama. Estando encima de él, envolví mis brazos alrededor de su cuello, y escondí mi rostro en el hueco entre su hombro y su cabeza. Sentí sus manos envolverse alrededor de mí también.
—Te extrañé mucho.
Al escucharlo decir eso, no pude evitar abrazarlo más fuerte.
—Yo también, Neeks.
Nico me empujó un poco, logrando hacer que rodáramos en la cama hasta que él estuviera encima de mí. Nuestros ojos volvieron a conectarse.
— ¿Por qué no me dijiste que te irías? —preguntó.
Me encogí de hombros.
—No lo sé. Supongo que si te lo decía ibas a querer ir conmigo.
—Supones bien.
Negué con la cabeza.
—No pasó nada; no hubo ningún inconveniente. El chico llegó en perfecto estado.
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how we grew;; di angelo [ES]
FanfictionSobre cómo Nico di'Angelo y Samantha O'Connor crecieron, y mantuvieron el vínculo que tantos años les costó conformar. Segunda parte de 'how we met'.