confused

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Confused

6 de enero

Incluso habiendo transcurrido más de veinticuatro horas desde el incidente, Jake no despertaba.

La espada de Nico era sumamente peligrosa; eso lo sabíamos todos. El problema era que teníamos muy poca información sobre sus efectos en humanos.

Todo aquel que pudiera oficiar de médico pasaba horas enteras dentro de la enfermería. El chico no podía recibir visitas, por lo que me había limitado a esperarlo junto a Nico en la puerta del lugar hasta que me echaron al atardecer.

Mi hermano y Annabeth ya se habían retirado del campamento. Mi cabaña se encontraba completamente libre. Y sin embargo no tenía interés alguno en dormir allí.

Casi instintivamente llegué a la cabaña número trece. Nico Di Angelo era lo único que rondaba mi cabeza.

No parábamos de bromear sobre nuestra relación inexistente. El pelinegro cada vez me permitía acercarme más a él. Mi corazón cada vez latía más rápido. Mi paciencia cada vez era menor.

Sabía que Neeks también estaba solo. Will apenas abandonaba la enfermería cuando se daban este tipo de situaciones.

Así que apenas terminé mi ducha de agua caliente salí a buscar a mi mejor amigo, decidida a conseguir algo más de lo que siempre conseguía.

— ¿Qué haces aquí a esta hora, Sam?

Eran apenas las diez y media de la noche, y Nico ya estaba envuelto en un aire somnoliento. Sin preguntarle, pasé por su lado y fui hasta su cama desordenada para sentarme allí.

—Necesito hablar contigo.

—Estoy un poco dormido, por si no lo has notado.

Como para no notarlo.

Su cabello estaba revuelto. Su pecho se encontraba desnudo, y sus piernas llevaban unos pantalones de pijama a cuadros. Sus ojos estaban entrecerrados, y demasiado oscuros como para diferenciar su iris de su pupila. Su voz ya tenía ese tono ronco que me volvía loca.

—Me estás volviendo loca.

Frunció el ceño después de unos segundos que precisó para procesar mis palabras.

— ¿Qué?

—No aguanto más. Me muero de ganas por tomarte del cuello y besarte toda la noche mientras tocas mi cuerpo.

Él comenzó a caminar lento hacia mí, con una mirada preocupada.

—Sam, cálmate, ¿sí? ¿Acaso tomaste algo extraño hoy?

Rodé los ojos.

—No, Neeks. Estoy confundida. Tú me sonríes de esa manera tan bonita pero no puedo darte un abrazo como respuesta. Mencionas a Will todo el tiempo sabiendo que me molesta, pero conoces la manera exacta en que puedes ganarte mi buen humor de nuevo. Me dices que me muero por ser tuya pero no lo aceptas.

—No te entiendo —contestó. Me interrumpió antes de que pudiera seguir hablando—. O sea, sí lo hago, pero al mismo tiempo no. Tú ya sabes lo mucho que te quiero, al igual que sabes lo mucho que amo a Will. Sammy, no pienso hacer nada contigo que pueda perjudicar mi relación actual. Tú, más que nadie, sabes lo mucho que me costó llegar a esta etapa de mi vida.

—Solo por esta noche, Neeks. Te lo pido. Sé mío esta noche, y te prometo que haré todo lo posible por olvidarme de ti a partir de mañana. Déjame perder la virginidad contigo, y nunca más tendrás que preocuparte porque te mire de una manera diferente.

Como a un maldito girasol.

Él negó con la cabeza.

—Entiende: no puedo. No le haré esto a Will.

—Por favor —dije, mirándolo a los ojos e intentando transmitir todo el dolor y el sufrimiento que había sobrellevado el último año—. Solo por hoy.

Nico pareció pensárselo unos segundos. Segundos que se transformaron en minutos. Comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación.

—Nadie se puede enterar —Fue lo primero que dijo al detenerse—. Este secreto no puede salir de aquí, ¿okay? —Asentí efusivamente—. Será algo de una noche, ¿entiendes? Y mañana, Sam, quiero que vuelva mi mejor amiga. Esta no eres tú. Pero sé que te he hecho daño. Solo lo hago para intentar devolverte un poco de la felicidad que me has traído.

—Con esa frase solo me haces tener más ganas de comerte la boca.

Mordió su labio.

— ¿Estás segura de que esto es lo que quieres?

Asentí una vez más.

—Te amo más que a nada en este mundo.

Lo vi cerrar los ojos, para luego suspirar.

—Nunca hice esto con una chica. Podría salir mal.

Me encogí de hombros.

—Me da igual, Neeks. Yo nunca lo hice.

Nico asintió antes de estirar ambas manos hacia mí.

—Será mejor que empecemos cuando antes, entonces.

how we grew;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora