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Organized

13 de diciembre

La gran fiesta de aniversario de Solangelo se acercaba. Esta misma noche, sin que el hijo de Apolo se enterara, tendríamos una pequeña fiesta sin mayores para supervisar (aunque con la condición de que no hubiera alcohol).

Pasé gran parte de mi domingo preparando un salón que había detrás del Gran Comedor. Según Nico, se llevaría a Will a tener un día de campo, por lo que no debería poder ver la sorpresa hasta la noche.

Jake y Austin fueron quienes me acompañaron y ayudaron. Colgamos lucecitas de colores, preparamos galletas de Navidad, e incluso montamos un pequeño escenario donde algunos cantarían. Planeamos juegos, incluyendo un karaoke, y recibimos el pastel de feliz aniversario que habíamos encargado a una pastelería de New Jersey.

Lo último fue acomodar algunas sillas, y elegir los centros de mesa.

—Chicos —dije. Austin y Jake vinieron hacia mí luego de terminar con los últimos detalles de la mueblería—, ¿quieren acompañarme a elegir girasoles para los centros de mesa?

Austin aceptó enseguida, con una mirada de diversión. Jake, por otro lado, me miró un poco confuso.

— ¿Por qué girasoles?

Me encogí de hombros mientras los tres nos dirigíamos hacia la zona de cultivo de la cabaña de Deméter.

—Austin me ha estado ayudando a cuidar de unos girasoles. Son mis flores favoritas desde que un chico español les dio un significado especial —El rubio asintió, y entrelazó nuestras manos—. Te mostraré el video algún día.

Apenas había conseguido tener seis flores en total, y eso había sido gracias a los cuidados especiales de Kayla. El color amarillo era uno de mis favoritos, y las preciosas flores se alzaban frente a mí como pequeños solecitos.

—Tenemos dos mesas, en realidad —señaló Austin—. ¿Crees que está bien llevarnos solo dos?

Jake respondió antes de que yo pudiera hacerlo.

—Creo que dos serán más que suficientes si no queremos hacer que Sammy se quede sin flores.

Fruncí el ceño y le di un leve empujón. El hijo de Apolo se rió de nosotros.

—Tienes razón, Jake.

—Cállense los dos.

Solté la mano del rubio y fui hacia mis pequeños. Me acerqué y tomé dos flores, junto con algunos arbustos que encontré alrededor para rellenar los floreros. Una vez terminé, volví hacia mis dos amigos con las manos demasiado ocupadas. El hijo de Jano ya había extendido su mano para unirla nuevamente con la mía, y le mostré la lengua para darle a entender que unas flores lo habían reemplazado. Él entrecerró los ojos, y pasó su brazo por mis hombros al empezar a caminar.

Terminamos todo a tiempo, teniendo unas horas de ventaja para poder ir a tomar una ducha. Las mesas estaban listas, toda la decoración se encendería apenas apretara un botón al volver por la noche, y las cortinas estaban cerradas para evitar miradas de algún chismoso.

Todo el campamento estaba invitado a la fiesta, aunque no todos sabían de la misma. Básicamente, les dijimos a un círculo de diez personas, y permitimos que cada una asistiera con una pareja a la celebración. De esta manera, evitamos que Will se enterara de la sorpresa. En el camino a mi cabaña decidí correr la voz entre aquellos que todavía no sabían de la fiesta, asegurándome de que todos los que querían ir pudieran hacerlo.

— ¡Sam!

Escuché un grito detrás de mí cuando estaba terminando con la cabaña 4, y dirigiéndome a la mía. El sol se estaba ocultando por detrás de las copas de los árboles, y la gran variedad de nubes que había presentes se teñían de distintos colores.

how we grew;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora