jogged

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Jogged

17 de enero

Apenas crucé la frontera del campamento, dejé atrás al par de chicos y salí corriendo hasta la enfermería.

Descubrí, a través de Austin (a quien habían obligado a cubrir a Will por unos días mientras él descansaba), que Jake había sido dado de alta varios días atrás. Mi amigo me aseguró que había cuidado de mis girasoles bien, y me indicó dónde encontrar a Jake. Una vez le agradecí, le entregué unos chocolates que le había traído de Atlanta junto a un disco de su cantante favorito. Un abrazo más tarde, salí trotando hasta la playa.

Era bastante obvio que un jueves por la mañana tendrían su clase de natación con alguien que no era yo, pero no tenía idea de quién era mi suplente en esos casos.

En cuanto divisé al pequeño grupo en el agua, me quité la mochila, y la lancé por los aires hacia adelante. Al alcanzarla, me quité las zapatillas Converse que traía, y me dirigí al agua.

Tenía ganas de llamar la atención de todos mientras gritaba el nombre de mi amigo, pero decidí que interrumpir la lección no sería muy amable de mi parte. Al acercarme lo suficiente como para observarlos unos minutos sin ser descubierta, entendí que el profesor suplente era la persona a quien buscaba.

Tenía el pelo castaño. Eso fue lo que más me sorprendió al acercarme a él. Todo lo demás permanecía igual: sus ojos color miel seguían teniendo ese brillo característico que me encantaba.

Jake les ordenó que hicieran un ejercicio y se dedicó a observar. Fue entonces cuando entendí que era el momento perfecto para ir hacia él.

Lo rodeé por detrás con mis brazos, impulsándome con el agua para alcanzar su cuello, y poder rodearlo con mis piernas también.

—Te extrañé mucho —susurré en su oído.

Enseguida giró su rostro para verme y una sonrisa apareció en sus labios.

—Sam.

No sé qué hizo exactamente, pero se removió entre mis brazos hasta quedar frente a frente. Llevó su rostro al hueco de mi cuello y me envolvió en un abrazo.

—Te extrañé mucho yo también.

Tuvimos una pequeña escena, sí, pero una escena de amigos. Tenía muchas cosas que contarle y que reprocharle, pero decidimos esperar a terminar la clase. Jake quiso entregarme su lugar, y me encargué de ser quien continuara la lección.

— ¿Por qué le dijiste todo aquello a Nico? —pregunté cuando quedamos solos rodeados por el agua.

Se encogió de hombros.

—Estuve mal, ¿no? —Le lancé una mirada diciendo ¿tú qué crees?—. Pero valió la pena, supongo. Tienes muchas cosas que contarme, tus ojos me lo están diciendo todo —dijo mientras acercaba sus ojos a los míos—. ¿Qué tantas travesuras hiciste, Sammy?

Lo empujé divertida, mientras me sonrojaba a tope. Pasé las siguientes horas de la mañana contándole todo lo que había ocurrido en los últimos días. Nos detuvimos únicamente al momento de ir a almorzar.

Había extrañado el campamento. Vivía allí desde que tenía recuerdo, y casi nunca me iba por demasiado tiempo. No estaba segura de si lo que extrañaba era mi cómoda cama en la cabaña 3, o las personas que solían acompañar mi estadía allí.

Mientras comía un poco de comida italiana, recordé que tenía que ir a visitar a alguien más.

how we grew;; di angelo [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora