─ ¿Cuándo vas a volver? Me prometiste que estarías aquí para las ocho de la tarde. ─ Lo sé, lo siento. Se ha retrasado la grabación del mv y vamos a tener que quedarnos aquí hasta la madrugada. Sé que hice la promesa de que iríamos a cenar pero no voy a poder. Perdóname. Mañana sí o sí iremos ─me dice Younghoon por teléfono. ─ A lo mejor se atrasa la grabación y lo post-ponen para mañana. Aún quedan 3 horas para la hora acordada. ─ No creo. Tenemos el tiempo al cuello y atrasarlo sería peor. ─ Jo... Me hacía tanta ilusión poder pasar al menos una hora contigo. Pero entiendo que durante la preparación para el nuevo comeback no tengas ni tiempo para respirar. ─ No sabes lo que me molesta no poder pasar la noche contigo. Yo también estaba muy emocionado por verte. ─ Otro día será ─digo apenada. ─ Te lo recompensaré. ─ Con verte al menos 2 minutos me basta. ─ Te conformas con muy poco. ─ Porque lo único que deseo es poder hablar contigo físicamente o al menos verte aunque sea a unos metros de distancia. Pero sé que no me van a dejar entrar en el set de grabación. Me colaría si me ayudas... ─ No seas gamberra. ─ ¡Lo haría por amor! ─ ¿Ahora tienes que ir a algún sitio? ─cambia de tema repentinamente. ─ Pues no. Pero si al final no vamos a quedar, creo que iré a comprar algunas cosillas que me hacen falta, ¿por qué? ─ Pero, ¿vas a salir ahora mismo? ─ Esperaré un poco. ¿Por qué me preguntas eso? El timbre de la puerta suena. ─ Han tocado a la puerta, espera un momento. Mientras camino hacia el hall de la casa, sigo hablando con él. ─ Es una sorpresa que te he mandado, espero que te guste. Antes de contestarle, me cuelga. ¿Será un ramo de flores a modo de disculpa enviado por un mensajero?
Sin esperar más, abro la puerta. ─ Hola, mi precioso ángel. Te echaba demasiado de menos y no he podido esperar a verte, así que he venido antes de lo previsto para que podamos pasar el tiempo juntos sin separarnos ni un instante. ¿Qué te parece la idea? ─recita Younghoon de forma atractiva mientras sostiene una rosa. No aguanto la emoción y me tiro en sus brazos mientras le beso frenéticamente. ─ Tomaré eso como un sí ─dice riendo cuando nos separamos. ─ Eres malo. Me has hecho creer que no iba a poder verte hoy. ─ Es que así la sorpresa es mayor, ¿no?
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