THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪

ѕangyeon³ 💭

Me asomo a la ventana para mirar el cielo gris como la ceniza que se ilumina de forma púrpura durante breves momentos. La lluvia es torrencial y cae como si fuera una cascada. Es un día terrible para salir. Pero si no es hoy, no será nunca.
Me abrigo bien y me pongo mi chubasquero azul marino. No cojo paraguas porque el viento le daría la vuelta y no me serviría de mucho. Me meto en los bolsillos el móvil y las llaves de casa y salgo al pasillo donde me encuentro a mi vecino Sunwoo.
─ ¿Vas a salir? ─me pregunta extrañado.
─ Sí.
─ ¿Con este tiempo? Estás loco. Ya tiene que ser importante lo que vayas a hacer.
Me encojo de hombros. No quiero revelar nada o me tomará por un completo estúpido.
─ Nos vemos ─me despido.
Antes de salir a la calle, me paro en el portal a ver como la puerta parece más un río de agua que una puerta con cristal. Es una locura salir con esta tormenta pero perderé mi oportunidad. Hyunjae me dijo que ayer tenía que visitar a su madre y que probablemente no volviera a su piso hasta hoy. Sin embargo, con el diluvio que está cayendo seguramente no haya vuelto, lo que es perfecto. Su piso está tres calles más allá de donde yo vivo. Son aproximadamente 10 minutos pero me temo que hoy el paseo durará más. Lo peor de todo es que desde aquí hasta allí, no hay ningún lugar donde refugiarse.
Como si fuera a jugar al partido más importante de mi vida, cojo aire y lo suelto antes de salir al devastador temporal.

La lluvia me golpea de lleno, calándome los pantalones en menos de un minuto. Nada más salir, comienzo a correr para llegar lo antes posible pero la fuerza de la lluvia que cae de lado me empuja y dificulta tanto mi paso como mi visión. No hay que decir que el chubasquero sirve de poco y después de recorrer una calle solamente, tengo agua hasta donde no debería llegar. Otro inconveniente al que sumar a mi "tranquilo paseo" son los coches que pasan a toda velocidad pisando los charcos de la calzada y provocando una segunda lluvia sobre mí.

Al llegar, al fin, al portal del piso de Hyunjae, respiro de alivio pero tiemblo del frío.  Al andar, dejo un rastro de agua de todo lo mojado que estoy. Evito coger el ascensor por si ocurriera algún problema tanto por estar empapado como porque se vaya la luz con las tormentas y me quede atrapado. « Él vive en el quinto piso, pero andando no será nada », me digo a mí mismo para engañarme mientras sonrío forzadamente. Vaya día he escogido para esto, tiene que merecer la pena o sino me tiraré de los pelos.

Cansado, consigo llegar a su puerta. Toco al timbre una vez y espero. Pero nadie sale. Vuelvo a tocar y a esperar. Nada. Repito una vez más. Sin respuesta. Suelto un taco en voz baja. El mundo me odia. He venido hasta aquí empapado, muerto de frío, he subido 5 pisos andando y no hay nadie. Increíble, más mala suerte no se puede tener. Doy una patada al suelo y me voy a dirigir hacia las escaleras pero antes de mover un pie, escucho un *click* y la puerta, finalmente se abre. Todas las esperanzas que tiré por la ventana hace unos segundos parecen haber vuelto como un boomerang. Pongo mi mejor sonrisa a pesar de mi estado. Pero esa sonrisa dura poco porque es Hyunjae el que me abre la puerta.
─ ¿Sangyeon?¿Qué estás haciendo aquí?¡Estás chorreando! Pasa y sécate, te daré algo de mi ropa para que te pongas.
Hyunjae me lleva dentro, al pequeño salón y me sitúa junto a una estufa.
─ Espera aquí. Ahora vuelvo.
Le doy las gracias. Esto no está saliendo como yo había imaginado.
Él vuelve minutos después con ropa en los brazos.
─ Puedes entrar en mi cuarto y cambiarte.
Su ropa me queda bastante bien y es algo que agradezco. No podía seguir con la ropa mojada más tiempo o me daría una hipotermia. Me vuelvo a reunir con él en el salón.
─ Bueno, ¿qué es lo que te trae hoy aquí? Hace un día de infierno.
─ Yo...
No contaba con este cambio en mis planes y no tengo ninguna buena excusa que darle.
Como caída del cielo, ella aparece en el salón con el pelo mojado pero con ropa limpia.
─ ¿A qué debemos el placer de tenerte aquí hoy? ─pregunta.
─ Venía porque... Mis padres están de viaje y no quería estar solo con este tiempo.
Sé que esta mentira me hace parecer un cobarde pero es lo único que se me ocurre para salir del paso.
─ ¿Te dan miedo los truenos? ─me dice sentándose a mi lado en el sofá.
Los nervios me aprisionan y no me dejan pensar con claridad. Así, digo sí como una respuesta automática.
─ Aawww... El bebé tiene miedo de las tormentas ─ella me pellizca suavemente el moflete y hace que me sonroje.
─ ¿Tú no ibas a quedarte en casa de tus padres? ─le pregunto a Hyunjae para cambiar de tema.
─ Sí, pero me dijeron que hoy iba a hacer mal tiempo y que sería mejor hacerle compañía a esta mocosa ─dice señalándola con la cabeza.
─ Mocoso tú. Además, ya te dije que podía cuidar de mí misma. No soy una cobarde como vosotros dos ─se queja.
─ No te enfades, tonta ─le dice Hyunjae tirándole un cojín, el cual también me da a mí.
─ Voy a ir a secarme el pelo. Os dejo que habléis sobre "cosas de chicos" ─se ríe mientras se va.
Busco algo que decir para que no se vaya pero parece que su presencia me vuelve estúpido y se me escapa la oportunidad de que se quede más tiempo a mi lado.
─ ¿Ella también ha salido? Lo digo porque tenía el pelo mojado ─pregunto.
─ No. Solo se ha duchado.
Murmuro un "aamm" solamente porque mi cabeza se imagina imágenes inadecuadas que intento evitar a pesar de que son tentadoras.
─ Oye ─llama mi atención Hyunjae─, ¿de verdad has venido por miedo a las tormentas? No recuerdo que fuera así.
Hyunjae es listo. Abro la boca para hablar, para soltar algún argumento convincente pero sé que no serviría de nada.
─ La verdad es que...
─ Déjalo, me lo he figurado ─se ríe─. No ibas a venir solo para verme la cara en este día tan horrible con un tiempo espantoso. Pero podías haber venido otro día, ¿por qué hoy?
─ Como me dijiste que ibas quedarte en casa de tus padres, creí que sería mi oportunidad para estar a solas con... ─comienzo a hablar cada vez más bajito por la vergüenza.
Hyunjae es uno de mis mejores amigos pero eso no resta que esto sea tremendamente embarazoso.
─ Sangyeon, podrías haberme pedido el día que quisieras que me fuera, no tenías que haber elegido este día en particular ─me dice dándome una palmadita en el hombro.
─ Me daba vergüenza decírtelo ─le confieso.
─ Eres un tonto ─me revuelve el pelo como a los niños chicos.