THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪

jacoв³ 💭

Los gritos de mis padres se escuchan incluso al cerrar la puerta de entrada. Qué vergüenza... Me pregunto qué pensarán los vecinos de nosotros. Agacho la cabeza y me encamino hacia el instituto. Menos mal que es el único lugar en el que puedo desconectar durante unas horas y olvidarme de mi vida en casa.
Llego casi justa de hora. Mi amiga Chaeyeon me recibe con una sonrisa.
—Te ha faltado dos minutos para llegar tarde pero lo has conseguido —me dice queriendo darme ánimos.
—Gracias. Sinceramente pensé que no me daría tiempo.
El profesor hace su aparición en la clase y todos nos quedamos en silencio esperando a que empiece a hablar.
Durante los 30 minutos de descanso, mi amiga y yo nos vamos a un espacio del gran patio donde hay mesas y sillas. Juyeon se nos une.
—¿Qué tal el día? —nos pregunta.
—Igual de aburrido que siempre —contesta Chaeyeon—. Voy a la cafetería a por un café, ¿queréis algo?
Ambos negamos con la cabeza. Cuando ella se marcha, Juyeon acerca su silla a la mía y me mira directamente.
—¿Cómo va todo?
Sé a qué se refiere. Él es el único que sabe la situación por la que estoy pasando. No tuve más remedio que contárselo. Me encontró hecha un mar de lágrimas escondida en un rincón del patio y aunque le mentí sobre la causa, él no se creyó nada y tuve que decirle la verdad.
—Sin cambiar —es lo único que respondo evitando su mirada.
No me gusta hablar de ese tema porque me derrumbo y no quiero que nadie me vea en tal estado.
Él asiente comprendiendo y vuelve a ponerse recto en la silla.
—Hace buen día para dar una vuelta por el paseo marítimo, ¿verdad? —cambia de asunto porque sabe que no me gusta hablar de lo otro.
Como contestación me encojo de hombros. Últimamente no me apetece hacer nada.
—Te recojo esta tarde. No me vale un no.
Ruedo los ojos poniéndolos en blanco. No puedes negarte a algo que Juyeon ha decidido porque cuando se propone algo, lo consigue sí o sí.
Chaeyeon vuelve y nada más sentarse dice:
—No te gires ahora mismo pero ahí está otra vez el chico ese rubio espiándote. Lo he visto escondido tras un árbol al venir hacia aquí.
—Parece que tienes un admirador secreto —se ríe Juyeon.
—Más bien di un acosador —apunto—. Lleva así casi dos semanas y no sé si antes de que me diera cuenta también me espiaba.
—Deberías llamarle la atención o decírselo a un profesor —propone mi amiga.
—¿De qué iba a servir? —digo sin el menor interés.— Un profesor se lo va a tomar a broma y no va a hacer nada. Y si me enfrento al chico va a pensar que sé de su existencia y será un pequeño triunfo para él.
Los dos se quedan callados sin saber qué decir.
—Si llega a molestarte, dímelo —dice Juyeon. 
—Gracias —le dedico una sonrisa.

Las clases terminan y el gran pesar que dejé atrás tras pasar las puertas de entrada del Instituto, vuelve al salir. Juyeon me acompaña hasta la parada de autobús donde nuestros caminos se separan. La idea de volver a casa me pone mala. Ando lentamente, arrastrando los pies como si eso ralentizara el tiempo. Fijo la vista en el suelo.
—¿Quieres que vayamos a almorzar a algún lado y después ir al paseo marítimo? —propone Juyeon.
Aunque me gustaría decirle que sí y aceptar sin rodeos, no puedo.
—No, gracias —contesto educadamente con un hilo de voz.
—¿No? —él se para en seco—. Creí que no querías llegar a tu casa —suelta sin tapujos.
—Yo... Es que... —empiezo a sudar y las lágrimas asoman por mis ojos.
Me sonrojo. Me da tanta vergüenza contarle que no puedo ir porque no tengo dinero. Si se lo digo, él se ofrecerá a pagar porque tiene un corazón de oro. Sin embargo, no puedo dejar que haga eso. Sería humillante para mí aunque él crea que me está ayudando o haciéndome un favor.
La razón de por qué no llevo dinero encima es porque he dejado de pedirle a mis padres que me den. Quiero dirigirles la palabra lo menos posible que pueda.
—No pasa nada. Tranquila —me calma mientras me abraza—. Ya sabes que en mi casa hay una habitación vacía, así que cuando lo necesites, te puedes quedar allí.
—Gracias —digo en un susurro.
No puedo evitarlo, y derramo algunas lágrimas. Toda esta situación me supera.