THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪

cнangмιn² 💭

Suelto mi vigésimo suspiro mientras estoy sentada en el sofá con los codos apoyados en las rodillas y la barbilla en las manos. 
—Te he escuchado y las otras veces anteriores también —dice Changmin desde la mesa donde está estudiando. 
—¿No puedes dejar de estudiar al menos 10 min? —me quejo. 
—No. Estos exámenes son muy importantes. Si suspendo no podré entrar a la Academia y como muy bien sabes, es mi sueño.
—¡Pero si te lo sabes!
—No, necesito repasar. 
—Estás desatendiendo a tu novia —hago un puchero que le hace reír. 
—Cuando termine, te prometo que te recompensaré. 
—¿Cuánto más tengo que esperar? Ha pasado ya una semana y media y las dos que quedan hasta que acabes con los exámenes. 
—No lo digas así que parece una eternidad. 
—¡Es que lo es! —replico.
Me dejo caer en el sofá y me quedo tumbada mirando hacia arriba. 

Después de un rato, me dirijo a la cocina y cojo un bol de fresas que he traído. Me siento junto a él y le pego un mordisco a una y suelto un gemido de satisfacción. El chocolate llena mi paladar. 
—¿Quieres un poco? No me vayas a decir que tampoco puedes comer. 
Él acerca la boca y le da un bocado. Un poco de chocolate mancha su comisura izquierda. 
—¡Espera-! —le digo, a lo que él se queda completamente quieto. 
Cojo una servilleta y hago como que voy a limpiárselo pero en el último segundo, le doy un beso en el mismo lugar que tiene manchado y después me muevo un poco hasta que mis labios están con los suyos. Por a forma en la que me besa, sé que también quiere lo mismo que yo. Me aparta con cariño mientras sonríe. 
—Eres muy ingeniosa. Sabes que ante tus encantos no puedo resistirme y buscas cualquier cosa para provocarme.
—¿Es un cumplido? —digo riendo de forma pícara—. Aún así, estás mostrando una fuerza de voluntad envidiable —suelto un suspiro. 
—No sabes lo que me está costando —vuelve a centrarse en sus apuntes. 
—Déjame que te haga un masaje. 
Sin esperar ninguna respuesta, me sitúo tras de él. Coloco mis manos en sus hombros y comienzo a hacer suaves movimientos. Tras unos minutos, rodeo su pecho con mis brazos y le empiezo a dar pequeños y continuos besos en la nuca pasando a su cuello y finalmente acabando en sus labios. Si hubiera querido que parara, me habría detenido antes de que pudiera llegar a su boca.
—No sabes cuánto te deseo —murmuro entre el choque de bocas.
Sin ganas, vuelve a apartarme. Suelto un bufido de fastidio. 
—Esto no está bien. Lo siento de verdad —me da un último beso. 
—Solo serán unos minutos...—le insisto.
—No. Sabes perfectamente que al final no serán "solo unos minutos".
—Jo... Reconozco que no me estoy portando bien porque te estoy distrayendo pero es que te necesito. Hace días que ni siquiera podemos mantener una conversación —le digo mientras me siento en su regazo y lo rodeo con mis brazos.
—Lo sé. ¿Crees que a mí me gusta esto también?
—Pues nada, tendré que aguantarme —me rindo finalmente. 

Vuelvo al sofá donde me siento con un libro en las manos para distraerme. Me pongo mis gafas de lectura. Mientras leo, realizo varios gestos inconscientes como morderme el labio inferior o arrugar la frente. También me siento de formas variadas porque al rato de ponerme en una posición, me canso y cambio.

En un momento dado, Changmin se quita sus gafas en un gesto brusco y las tira sobre la mesa. Levanto la mirada sorprendida y me quedo observando qué es lo que va a hacer a continuación preocupada por la incertidumbre de qué es lo que ha hecho que se enfade. Camina con rapidez y cuando llega hasta mí, sin darme tiempo a decir nada, me besa de forma intensa e impaciente. 
—Eres muy mala —dicen—. Provocas que caiga en la tentación. 
—Sé que acabarías cediendo —sonrío maliciosa cuando caigo a lo que se refiere.
—Así que, ¿todo lo que has hecho mientras leías ha sido intencionado para provocarme? 
—No. Eso no lo he hecho queriendo —digo la verdad—. Había tirado la toalla.
—Bueno, has conseguido lo que querías —me mira de forma pícara. 
—Me merezco un premio.
—La verdad es que sí —sonríe.