Como siempre, llego tarde a clases. Creo que desde que empezó el Instituto, solo he llegado a tiempo tres días. Corro por los pasillos como una loca. Me van a regañar y seguramente me llamen a jefatura por tercera vez. Sin embargo, a pesar de toda la prisa que llevo, al pasar junto a los baños me detengo. Escucho gritos y risas. Me mantengo callada e intento calmar mi respiración para poder escuchar qué es lo que dicen.
─ ¡He dicho que me dejéis! ─ chilla alguien que por la voz se puede deducir que es un chico, al igual que las otras voces que se oyen.
─ ¿Vas a llorar, bebé? ─ dice burlón otro ─. Solo estamos intentando cambiarte ese color blanco asqueroso de la piel, imbécil.
─ ¡Dejadme en paz!¡Tengo clases!
─ ¿Y quién te has creído que te ha dicho que vas a poder ir? ─ dice otra voz amenazante.
Doy por hecho que son tres chicos.
─ Ahora cállate de una vez, nenita ─ tras esto, escucho un golpe, y otro y otro. Y entre ello, algo que cruje.
No sé qué hacer. Todo proviene del baño de los chicos. Si entro y me pilla algún profesor, me va a caer la grande, y aunque no me llegen a encontrar ahí metida, llegaré más tarde aún a las clases. Pero si hago oídos sordos, sé que a ese chico lo van a descuartizar y pesará en mi conciencia. Sin embargo, ¿qué voy a hacer yo si ni siquiera sé pelear?
Escucho otro golpe y un quejido.
─ ¡Levántate marica! ─ le grita uno.
No lo soporto más, ¿cómo puede haber gente así en este mundo? No me lo vuelvo a pensar y entro. La escena que me encuentro me provoca un escalofrío y por un momento me doy cuenta de que me he precipitado sin ningún plan. Yo voy a ser la próxima a la que peguen una paliza.
Hay un chico moreno en el suelo con sangre en la nariz, la cual le gotea por la barbilla, manchando su camiseta. Los otros dos chicos se giran cuando interrumpo. Cada uno hace por dos del chico al que están golpeando.
─¿Y tú quien eres? Sabes que este es el baño de los chicos, ¿no?¿Quieres que te castiguen? ─ habla el más alto de los dos que sonríe de una forma que no me gusta nada. ¿Dónde me he metido?
Tardo unos segundos en responder.
─ He avisado al director y viene de camino ─ digo, para mi sorpresa con voz firme aunque parezco por dentro una gelatina bailarina.
─ No me lo puedo creer ─ ríe el otro ─. Una chica tiene que venir a ayudarte.
El chico del suelo mantiene la cabeza gacha y ni siquiera responde.
─ Te estoy hablando saco de gusanos ─ le pega una patada en el costado.
─ ¡Parad! Seréis expulsados como no os vayáis ahora mismo. Os estoy avisando ─ intento sonar amenazadora.
─ ¿Y si no lo hacemos que nos vas a hacer?¿Nos vas a pegar con tus uñitas? ─ se burla el alto acercándose demasiado a mí.
─ El director viene hacia aquí. No os lo repetiré más.
─ Es un farol, no la creas ─ le dice el otro que parece que sabe las intenciones del que tengo delante, el cual da un paso más hacia mí pero se queda petrificado en el acto. La voz del director se aproxima al lugar. Parece estar hablando por teléfono pero con eso me basta. Ambos se miran y con un gruñido se marchan, no sin antes mandarme una advertencia de que me las pagarán.En cuanto salen, suspiro de alivio y desaparece toda la tensión que he mantenido hasta ahora.
Rápidamente, me arrodillo junto al chico. Aún tiene la cabeza mirando hacia el suelo, así que intento levantarle la barbilla para ver qué heridas tiene. No me resulta muy difícil porque apenas opone resistencia. Seguramente porque ya no tiene fuerzas. Al ver su cara, me doy cuenta de que no solo le sangra la nariz. Tiene en las mejillas cortes agrupados como finas líneas. Como si le hubieran raspado con algo. Además, un ojo parece inflamado.
─ Tienes que ir a enfermería para que te curen esas heridas. Te ayudaré a ir hasta allí ─ me dispongo a pasarme un brazo suyo por mis hombros pero para mi sorpresa, no me deja.
─ No necesitaba tu ayuda ─ me dice fríamente.
¿Encima que me he arriesgado para salvarlo de esas dos bestias me lo paga así? Vaya desconsiderado y desagradecido.
─ Ni yo te pregunté si la necesitabas. Ahora levanta.
─ No ─ se vuelve a negar.
─ ¿Por qué? No puedes quedarte aquí en este estado. Y si me pillan aquí me van a sancionar.
─ Pues vete.
Pero, ¿a este chico qué le pasa? Me está sacando de mis casillas. Pedazo de cabezón.
─ ¿Te avergüenzas de que sea una chica la que te haya ayudado? Que sepas que eres un machista de ... ─ me detengo antes de decir la última palabra.
Él permanece callado.
─ Muy bien, si no es por las buenas será por las malas.
Esta vez, ya no soy tan gentil como antes y tiro de su brazo con fuerza. Él emite una mueca de dolor.
─ Me estás haciendo daño ─ me reprocha.
─ Eres tú el que no quiere cooperar.
─ No quiero ir a la enfermería.
─ Entonces, ¿a dónde pretendes que te lleve? ─ le pregunto enfadada por ser tan exigente y testarudo.
─ A algún sitio donde no me vea nadie ─ dice apenas como un susurro.
─ Pues ya te puedes estar dando prisa porque dentro de 10 minutos es el descanso y los pasillos se llenarán de gente.
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THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪
Short Story── ⋅ ─── ─── ⋅ ── ˗ˏˋ 𝘏𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘢𝘴/𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰𝘴 ♡ˎˊ˗ ── ⋅ ─── ─── ⋅ ── ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • © moontxy | 2O18 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • Contenido original ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • No permitido copia ni adaptación ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • 29...