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Una fiesta. Una fiesta en la que estoy por mis amigos. Saben que no me gustan pero siempre se las apañan para convencerme. Por lo que, cojo una cerveza fresca y me siento en el sofá del salón.
Esta "divertida" fiesta es celebrada en la casa de Hyunjae. Sus padres se han ido a pasar el fin de semana por ahí para estar los dos solos y le han dado permiso para hacer lo que quiera mientras deje la casa impecable cuando vuelvan.
─ ¿Qué haces? Afuera están jugando a ver quién bebé más cerveza ─me dice Jacob entusiasmado.
─ Solo intento que pasen las horas rápidamente.
─ Eres un aburrido.
─ Lo soy.
─ No te pongas así. Hyunjae te insistió porque tiene una sorpresa para ti ─me dice Jacob guiñándome un ojo.
─ Espero que sea un millón de dólares.
─ Puede ser ─me contesta mientras se va encogiéndose de hombros.
Suelto un suspiro. Una sorpresa, dice... Y entonces un grupo de chicas aparece en el salón y entre ellas se encuentra la chica que me robó el corazón hace tiempo. Me quedo con la cerveza a medio camino de la boca mientras la admiro. Está preciosa vestida. No puedo apartar los ojos de ella.
Alguien me zarandea de los hombros desde atrás.
─ Veo que te ha gustado mi regalo.
─ ¿Cómo sabías que vendrías?
─ Su amiga siente cierto afecto hacia mí ─habla con un tono que deja entrever el tipo de "afecto" ─ y quería que vinieras. Así que, solo tuve que hacerle un pequeño favor para que hablara con tu chica y la convenciera para venir. Fácil.
─ Eres un gran capullo, gracias ─le digo riendo.
─ No tienes que agradecer nada. Ahora te toca a ti mover tu ficha. A ver si ganas la partida. He escuchado que te ha dado varias calabazas.
─ No me lo recuerdes. Es una chica difícil.
─ Pues aquí tienes tu oportunidad.
─ La aprovecharé, tranquilo.
─ Eso espero.
Cuando este se va, me levanto aún con la cerveza en la mano y espero a que se quede sola, ya que sus amigas se han ido para el jardín y solo queda una con ella. Me quedo cerca esperando el momento para acercarme.
Ese momento llega y no pierdo ni un minuto para ponerme a su lado.
─ ¿Me estás siguiendo? No paramos de encontrarnos en todos lados.
─ Tendría que ser al revés. Sabes que el anfitrión de la fiesta es uno de mis mejores amigos. Así que era obvio que estaría aquí. Eres tú la que me está siguiendo a mí.
─ No le des la vuelta a las cosas.
─ ¿Algo de beber? ─le ofrezco.
─ Una cerveza estaría bien ─me dice.
Le traigo una.
─ Gracias.
─ No hay de qué.
─ Antes de nada, por favor, no intentes nada conmigo. Ya te he dicho que no y no voy a cambiar de opinión.
Sus palabras me hieren pero mantengo la compostura.
─ Por supuesto. Lo capté la primera vez que me lo dijiste. Solo que me pareces una buena compañía y me agradas.
─ Elogios... No empieces ─rueda los ojos.
─ Eran sinceros. Estoy hablando en serio.
Ella me mira dudando si creerme o no pero al final accede.
─ Está bien.
─ He notado que no te has ido fuera con tus amigas.
─ No. Prefiero quedarme aquí dentro. No he traído chaqueta y hace frío.
─ Si quieres salir, puedo prestarte la mía.
─ No, gracias. Tampoco están haciendo nada interesante ahí.
─ ¿Nos sentamos en el sofá en vez de quedarnos de pie?
Ella asiente y lo hacemos. Le digo que me cuente cosas de ella. Empieza a hablar y a hablar. Mi atención se centra en sus labios, rojos por el pintalabios y tengo que reprimir el impulso de besarlos aunque en mi cabeza lo esté haciéndo. Sus ojos brillan con un destello que podría iluminar galaxias enteras y me parecen maravillosos.
─ ¿Me estás escuchando? ─oigo de pronto que me dice sacándome de mis ensoñaciones.
─ Sí.
Se cruza de brazos y arruga la frente haciendo que me parezca súper adorable.
─ ¿Qué te estaba contando?
Me quedo en silencio. No estaba prestado la más mínima atención.
─ Lo sabía. Te aburro, ¿verdad?
─ No, no... Solo es que...
<< Eres como una obra de arte digna de observar>>, me gustaría decirle.
─ Estaba pensando en cosas que me preocupan. Lo siento.
─ Ya he hablado demasiado, aunque no me hayas escuchado. Ahora te toca a ti. Cuéntame eso que te preocupa.
─ Son tonterías sin importancia ─digo porque en realidad me lo había inventado para salir del aprieto ─. No quiero ser yo el que te aburra con sandeces.
─ Eres un tonto ─ dice riéndose ─. Si no quieres hablar sobre eso, lo respetaré. Háblame de otra cosa.
─ Me gustaría que te rieras otra vez. La sonrisa te favorece.
─ ¿Perdón?
Con su mirada confusa, me doy cuenta de que he pensado en voz alta.
─ Lo siento, lo siento.
Ella mira la tercera cerveza que tiene en las manos y no dice nada. Creí que me regañaría o se iría.
─ Dime una cosa, ¿por qué sigues empeñándote en estar conmigo? ─me pregunta sin mirarme a la cara aún.
─ Porque realmente me gustas ─le contesto con la mayor sinceridad posible.
Veo que sus mejillas se sonrojan pero lo relaciono con que está ebria por las cervezas que lleva y que no está acostumbrada a tomar.
─ No sé qué ves en mí. No me parezco en nada a las chicas con las que sueles estar.
─ Porque eso mismo, eres distinta. Eres especial y has calado en mi corazón profundamente. No sé cómo lo has hecho pero sí, lo has hecho. No entiendo por qué sigues rechazándome.
─ Creo que voy a irme con mis amigas. No quiero que después me reprochen que las he dejado solas ─dice levantándose y yéndose.
Antes de que esté fuera de mi alcance, le coloco mi chaqueta sobre los hombros. Nuestras miradas se encuentran unos segundos mientras me da las gracias y se va.

THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora