THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪

ѕangyeon² 💭

« Eres desesperante », su voz resuena en mi cabeza. Odio pelear con ella pero a veces me saca de mis casillas.
Ando por la calle mientras el sol de tarde me da de lleno en la cara. Hace calor, mucha calor. Gotas de sudor perlan mi frente mientras voy con las manos metidas en los bolsillos.
Me he ido dando un portazo. Reconozco que ha estado mal pero con el cabreo que tengo no me importa. Aunque sé que luego sí me arrepentiré de haberle gritado, a pesar de que ella también lo ha hecho.
Sinceramente, no sé qué me ha puesto más de mal humor, si la pelea o que me haya dicho que es mejor que dejemos la relación. Después de 3 años juntos, ¿cómo es capaz de querer que todo lo nuestro termine en cuestión de minutos? Increíble. Así me demuestra lo que me ha querido.

Me paro para mirar el móvil, ya que lo tengo puesto en silencio. En la barra de notificaciones no tengo nada. Esperaba encontrar algún mensaje suyo o una llamada perdida. Suelto un suspiro de decepción. Seguro que ella también sigue cabreada.
Miro a mi alrededor para desviar mi atención. Al girar la cabeza hacia la derecha, me encuentro con el restaurante al que ella y yo fuimos por primera vez. Estábamos tan nerviosos que apenas hablamos y fue algo incómodo aunque después se volvió mejor.
Al ser las paredes de cristal, puedo ver perfectamente desde mi posición nuestra mesa. Como una alucinación, puedo verme ofreciéndole la silla torpemente y luego sentarme nervioso sin saber cómo empezar una conversación. Vuelvo a poder ver su sonrisa agradecida (como ella es) y extremadamente hermosa. Y me acuerdo de lo primero que pensé cuando al sentarme, quedé frente a ella. "Parece un ángel caído del cielo", y no lo dije por su belleza (no niego que no sea la chica más guapa que he visto en este planeta) sino por ella en su conjunto incluyendo su personalidad, carácter y temperamento.
En un segundo, todo se difumina como si una ráfaga de viento se llevara el recuerdo.

Sigo caminando con la cabeza baja y la mirada fija en el suelo. No sé a dónde dirigirme pero mis pies parecen moverse autónomamente. Llego a un parque y mi camino finaliza en un banco. Banco al que he venido tantas veces con ella y en el que tantos recuerdos tengo. Nos puedo ver riendo con un helado en la mano mientras vestimos ropa de verano, a mí sentado con sus piernas encima de las mías mientras me habla con ojos soñadores y nos envuelven hojas caídas de los árboles, nosotros acurrucados uno con el otro mientras parecemos esquimales con los abrigos, a mí ofreciéndole un ramo de flores mientras viste el vestido amarillo de tirantes que tan bien le queda... todas esas pequeñas escenas se suceden una detrás de otra ante mis ojos como si fuera una película y yo fuera el espectador. Intento que todo desaparezca agitando la cabeza. Lo consigo y ahora al mirar al banco, solo veo vacío y soledad. Eso hace que me entre nostalgia de esos buenos momentos que puede que no vuelvan a pasar. Decido alejarme y salgo del parque.

Vuelvo a andar sin rumbo. Llego al paseo marítimo lleno de bares, tiendas, puestos, etc. He venido varias veces también con ella. Más bien, he recorrido toda la ciudad con ella ya que no es muy grande. Me detengo ante un pequeño mirador que da a la playa. Como otra alucinación, veo a dos personas de la mano mientras andan descalzos por la orilla. La chica se suelta y cuando llega una ola hasta sus pies da una patada provocando que salpique al chico. Este se venga y comienzan a jugar echándose agua. Sonrío con añoranza.
—¿Qué haces aquí solo? —me sobresalta una voz.
Me giro.
—¿Ha pasado algo? Se te ve triste —me dice Hyunjae.
—Nada. Solo estaba pensando.
Le doy una sonrisa muy falsa. Si se entera de que nos hemos peleado, no tardará en ir a por ella ya que intentó conquistarla a pesar de que sabía que ella me quería a mí. Desde entonces nunca me ha caído bien.
—¿Qué te trae por aquí? —le pregunto.
—Una vez vine a comer a un restaurante en el que decían que se comía muy bien. Me senté hasta en la mesa pero por un desafortunado percance no pude ni probar el entrante. He quería venir otras veces pero nunca me apetecía por lo que ocurrió aquel día. Pero no se me ha quitado de la cabeza el restaurante en ningún momento, lo que me ha dejado claro que me gusta demasiado y ni siquiera llegué a ver cómo estaba la comida. Así que, finalmente aquí estoy.
—Espero que lo disfrutes y merezca la pena.
—Gracias. Nos vemos. Y dale recuerdos a tu novia.
—Lo haré.
Cuando se marcha, me quedo pensando en sus palabras. No es muy buena comparación pero lo que ha dicho sobre que no podía quitarse de la cabeza el restaurante y que era señal de que le gustaba, me hace recapacitar sobre mi situación. Desde que salí por la puerta, no he podido parar de pensar en ella. Pase por donde pase, ella aparece en mi mente.

Decido volver. He sido un estúpido dejando que mis emociones se apoderen de mí. Cuando estoy delante de la puerta con la intención de llamar, esta se abre y detrás, me la encuentro a ella. Ambos nos quedamos sorprendidos.
—Iba a ir a buscarte —dice con un hilo de voz.
—Perdóname. Con el fancom, los ensayos, el estrés...
—Perdóname tú a mí. Debería comprenderte mejor. Sé que estás mal por todo el estrés al que estás sometido y encima provocar una pelea...
—No, no. No tienes que pedir perdón por nada. La culpa la tengo yo. En vez de culpar a mis asuntos y problemas, he decidido echarte el peso a ti. Lo siento.
Ella no dice nada más y directamente me abraza. Recibo su abrazo como una bocanada de aire fresco.
—No me gusta pelear contigo. Y borra lo que dije sobre lo de romper. Creí que si te dejaba, tendrías menos líos en tu vida y podrías respirar un poco entre tanto estrés.
—Jamás. Nunca más lo vuelvas a decir si no lo sientes de verdad de corazón. Te quiero. Te amo. Sin ti, realmente estaría hundido. Tú eres lo único que me mantiene a flote y perderte sería como si chocara y se abriera un agujero grande en la proa.
—No te merezco.
—Ni yo a ti.
Ambos estrechamos el abrazo. Sentir su cuerpo pegado al mío me reconforta y refuerza la idea de que no quiero alejarme nunca más de ella. Ella es la que me hace feliz, reír y llorar. Lo es todo para mí.