¡Joder! Ya llego tarde otra vez. Me levanto apresurada mientras el reloj marca las 07:45 de la mañana. Me visto lo más veloz que puedo y salgo sin siquiera desayunar. ¿Podré hacerme 15 minutos andando en 5? Nada más salir de mi casa dando un portazo, la voz de mi vecino me saca de mis pensamientos.
─Vas a romper la puerta como sigas así —sonríe maliciosamente.
—Déjame en paz. Hago lo que quiero.
—Quien dice que no haces todo esto para que vayamos juntos para el instituto.
—Más quisieras tú que fuera así.
Cierro la cancela de mi casa y me marcho a paso ligero pero él consigue alcanzarme en pocos minutos. Aligero mis pasos pero aún así, él sigue mi ritmo.
Como lo odio... Tiene muy subido que es el "popular" y se cree Dios.
—¿No tienes a nadie más a quién molestar? —le digo irritada.
—No. Me gusta que seas tú.
—Pues a mi no. Búscate a otra ya que no te es muy difícil con todas las chicas que van detrás de ti —respondo más bien como una queja que como un reproche.
—¿Estás celosa? —alza una ceja mientras una sonrisa pícara asoma en sus labios.
—¡No! Eres un egocéntrico.
—Lo dices solo porque sé que estás enamorada de mí pero quieres ocultarlo. Me gustaría aclararte que no soy estricto con el tipo de chica que me gusta.
—¿Quién ha dicho que me gustes? Porque yo no.
—Tu actitud te delata.
—Deja de hablarme, ralentizas mi marcha.
—Eres tú la que me responde.
Me quedo callada y sigo andando cada vez con más mal humor.
—Así que ahora ya no me vas a contestar. Muy bien. Juguemos a ver quién gana.
Intento hacer oídos sordos. Es increíble que pase por estas situaciones casi todas las mañanas y solamente por culpa mía que no me levanto a la hora a la que debería. Si me despertara más temprano, lo evitaría.
—... pensado que podríamos llegar a la clase y anunciar que somos pareja... —lo oigo decir.
—Ni se te ocurra —me paro en seco y lo señalo con el dedo de forma acusadora.
—Qué rápido ha acabado el juego.
Suelto un gruñido de desesperación. Me saca de mis casillas.
Entramos en la clase. Gracias a que el profesor aún no ha llegado. En mi camino hacia mi pupitre, escucho comentarios sobre mí despectivos.
<<No sé qué ve en esa chica... No hacen buena pareja... Él estaría mejor conmigo que con esa...>>
Ruedo los ojos y me siento en la silla. Sin embargo, él se para a mi lado.
—¿No me vas a dejar en paz o qué? Cuchillean de mí por tu culpa.
—Debería halagarte que te relacionen conmigo.
—Abre la ventana que aquí huele a chulería —me burlo.
Él se va riendo.A mitad de clase, salgo para ir al baño. Al entrar, escucho gemidos desde la esquina donde acaban los lavabos. Mis ojos se encuentran con los de Younghoon y una chica de un curso superior a mí. Todo me coge por sorpresa y lo único que se me ocurre es salir de aquí lo más rápido posible.
Acabo en un lugar escondido del amplio patio. En mi camino hasta aquí, no puedo evitar sentirme celosa. Por unos minutos no lo comprendo. Si para mí es un incordio, un narcisista, un idiota y más cosas con la que la lista se hace larga, ¿por qué me siento traicionada y decepcionada? A veces mis propios sentimientos son más liosos que los cables de los auriculares.
Después de un rato pensando e indagando en mis emociones actuales, caigo en la cuenta de que estaba en clases y me he escaqueado. Todo lo que sentía se convierte en menos de un segundo en preocupación. La que me va a caer... A saber el castigo que me ponen. Voy a volver a clase pero antes de que pueda llegar a la entrada, una voz me detiene llamando mi nombre. No me giro y comienzo a correr hacia la clase. Una mano me agarra de la muñeca antes de que pueda llegar al pasillo. Lo miro sorprendida, creía que estaría más lejos de mí y que me daría tiempo a escaparme. Pero no.
—¿Qué quieres? Suéltame —le ordeno.
—No. Escúchame antes.
—No tengo nada que escuchar. He dicho que me dejes en paz.
—Lo que has visto...
—Son tus asuntos no los míos —evitó mirarle a los ojos.
—Solo quiero que sepas que no hemos llegado a nada. No pude.
—¿Quieres que te pida perdón por interrumpiros? —digo con voz áspera. Conociendo su orgullo no me extrañaría que fuera eso lo que quiere.
—No.
—Ve al grano de una vez y déjame marchar. No estoy para tonterías ni para perder más tiempo.
—¿Por qué sigues negando lo que sientes por mí?
Ante tal pregunta, me quedo sorprendida. ¿Qué sabe él lo que yo siento y lo que no?
—No te lo voy a repetir más veces. No me gustas —respondo pero esta vez mis palabras me saben distintas, como si fuera una mentira a mí misma.
—Niégame que esto no te gusta.
Antes de que pueda preguntar a lo que se refiere, me coge de la muñeca haciendo que me acerque a él y seguidamente me besa. Mis labios parecen reaccionar al contacto con los suyos. Siempre imaginé que sus besos serían insensibles y vacíos pero me doy cuenta de que me equivocaba. Cuando se separa de mí, el alza una ceja buscando mi respuesta. Me niego a contestar.
—¿Por qué has hecho eso? —le pregunto intentando mostrarme molesta.
—Para que reconozcas que te gusto.
—Jamás. No te quiero ni siento nada por ti —sigo firme en mi posición.
—Llegas a ser muy cabezona. Como parece que no vas a dar tu brazo a torcer, iré al grano. No llegué a hacer nada con aquella chica porque en vez de verla a ella, te veía a ti. Cuando apareciste por esa puerta, supe que por mucho que lo intentara, mi corazón ya te tenía como propietaria desde el primer día que te vi salir de tu casa a toda prisa porque llegabas tarde. Sabía que tú nunca te declararías ni me darías indicios de que yo te atraía por eso siempre he sido tan pesado. Sin embargo, parece que he provocado lo contrario a lo que quería, te has cerrado en banda por mi culpa y lo siento. A partir de este momento, te dejaré tranquila. No volveré a molestarte más.
Ante todo lo que acaba de decir no tengo respuesta ninguna porque ha sido algo inesperado. Por lo que, me quedo de pie delante de él a pocos centímetros con la boca cerrada y sorprendida a la vez que confundida. Miro sus ojos y ya no veo rastro de este chico egocéntrico que hace unos minutos creía conocer.
Sin decir nada más, pasa por mi lado en dirección a la clase.
—¿Vienes o qué? —sonríe nostálgicamente como si hubiera perdido algo.
Yo ando lentamente hasta su lado y ambos entramos en clase a la vez.
—¿Dónde os habíais metido? —dice el profesor enfadado.
—Ella se encontraba mal y he estado con ella un rato para ver si se le pasaba las náuseas y el dolor de cabeza.
Aunque no parece muy convencido, el profesor nos deja pasar.
Durante las clases, no paro de pensar en Younghoon y en si de verdad no me gusta.Tras dos días en los que no he cruzado palabra alguna con él, por fin sé qué es lo que quiero. Lo busco en el recreo. Lo encuentro junto a sus once amigos. Me da vergüenza acercarme con todos esos chicos a su alrededor pero por suerte, no hace falta. Él me ve y comprende mi mirada. Veo que se disculpa y se dirige hacia mí.
—Hola —me dice aunque sin la alegría con la que me hablaba anteriormente.
—Hola. El otro día no dije lo que sentía porque no lo sabía. Estaba hecha un lío y más cuando me dijiste que yo... te gustaba.
—Y sigue siendo cierto pero como te prometí, guardaré las distancias.
—En estos dos días que no nos hemos visto, te he echado de menos. Me parece increíble porque odiaba tus comentarios narcisistas o tus chuleos pero así es —veo como se ríe y lo agradezco—. No quiero que me dejes en paz. Quiero que sigas dándome la lata.
—Si es lo que deseas.
Y ahora toca la parte que menos me gusta pero que resulta necesaria. Él se sinceró conmigo, así que lo justo es que yo haga lo mismo aunque quiera que me trague la tierra.
—Sobre lo que siento por ti, aún no lo tengo claro. Siempre me he dicho a mí misma que un chico tan guapo e increíble además de popular jamás podría acabar con una chica como yo. He tenido esa idea tan arraigada que nunca me he fijado en los pequeños detalles que delataban que yo te atraía. Como por ejemplo, que tú eras el que salía tarde para ir conmigo al Instituto, y no lo niegues.
—No lo hago. Menos mal que parece que te has dado cuenta aunque me sorprende porque pensé que nunca llegarías a darte cuenta —dice con cara de haber sido pillado.
—Y también creo que el "odio" que yo sentía hacia ti era más bien un disfraz para mis verdaderos sentimientos.
Él parece prestar más atención a mis palabras.
—Bueno, solo quiero decirte que me gustaría que siguiéramos siendo solo amigos.
Esto le sienta como un martillazo porque abre la boca lentamente para decir algo pero se queda de piedra sin saber qué decir.
—¿Estás bien?
—Sí, sí. Es que me esperaba otra cosa —ríe incómodo—. Yo respeto tu decisión y estoy de acuerdo si eso es lo que quieres.
—Gracias —le digo mientras le doy un abrazo.
Él vacila unos segundos pero lo acepta. Noto su decepción y me hace sentir mal.
—Sinceramente, mi odio disfrazada mi amor hacia ti. Pero no quería dejar al descubierto esos sentimientos por miedo a que me rechazaras o hiciera la tonta por querer algo que me parecía imposible, como eras el popular y yo una don nadie...
Ahora su anterior decepción se transforma en incredulidad.
—Ya te dije que no tenía prototipo de chica.
—Lo sé. Pero no capté la indirecta. A veces soy un poco retrasada.
Su mirada parece ablandarse.
—No lo eres —dice mientras me coge de la barbilla—. Entonces, ¿amigos?
Frunzo el ceño.
—¡No!¡Eso era una broma!
Él parece confundido pero después comienza a reírse.
—Creía que no tenías sentido del humor. Eres mala.
Sin poder reaccionar, él ya me besa apasionadamente haciendo como si sus amigos no nos estuvieran mirando mientras sonríen pícaramente.
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THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪
Short Story── ⋅ ─── ─── ⋅ ── ˗ˏˋ 𝘏𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘢𝘴/𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰𝘴 ♡ˎˊ˗ ── ⋅ ─── ─── ⋅ ── ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • © moontxy | 2O18 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • Contenido original ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • No permitido copia ni adaptación ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ💭 • 29...