THE BOYZ ❁ཻུ۪۪ imagina ❁ཻུ۪۪

ѕυnwoo³ 💭

—Le he pedido ayuda a una amiga —me dice.
—¿Qué amiga? —le miro con desconfianza.
—Una chica que conocí hace mucho tiempo — intenta quitarle importancia al asunto—. ¿Has comido?
—No intentes cambiar de tema. Cuéntame sobre esa "amiga".
Él sonríe ampliamente mientras me dedica una mirada pícara.
—¿Estás celosa?
—¿Yo?¡No! Solo quiero saber qué hubo entre vosotros dos y si supone una amenaza.
—En pocas palabras: estás celosa.
Aprieto los puños. Odio que me conozca tan bien.
—Vale. Lo admito. Pero solo estoy un poco.
Escucho su risa y seguidamente, me atrae hacia él agarrando una de las trabillas de mi pantalón hasta que nuestros cuerpos se encuentran pegados el uno con el otro.
—Sabes que no tienes por qué estarlo.
—¿Cómo que no? Eres un chico súper guapo, con un carisma envidiable, una sonrisa que derrite corazones al instante, una personalidad perfecta, habilidades increíbles...
Iba a seguir hablando pero él me corta.
—¿Qué tipo de habilidades? —él alza una ceja.
—Componer canciones, dormir en cualquier lugar y en cualquier posición, la creatividad a la hora de hacer algo...
—Creí que dirías otra cosa... —dice un poco decepcionado con mi respuesta.
—¿Qué esperabas que dijera?
Sunwoo acerca su boca a mi oreja y me susurra:
—Mis habilidades en la cama.
Justo después de decir eso me muerde de forma juguetona el lóbulo y comienza a darme pequeños besos empezando por la oreja, el cuello, y finalmente la boca.
—Eres un guarro. ¿Siempre estás pensando en eso? —le digo cuando separa sus labios de los míos. Aunque intento parecer molesta, mi cuerpo tiembla de nerviosismo y mis mofletes se han tornado de un rojo intenso.
—Cuando se trata de ti, sí. No digo que solo te quiera por eso, sino que no puedo tener las manos quietas cuando estás cerca.
Noto sus manos en la parte trasera y baja de mi cuerpo.
—¿Y cuando se trata de esa amiga tuya? —reanudo el tema. Es un as cuando se trata de desviar conversaciones.
Él se aparta instantáneamente y suelta un bufido mientras se lleva las manos a los ojos. Sabe que no voy a parar hasta que me lo cuente.
—Sí. Estuve con ella hace muchos años pero lo nuestro duró poco porque no era mi tipo. No tengo nada con ella ahora y jamás lo tendré. Te tengo a ti y te puedo jurar que no se me pasaría por la cabeza romper contigo para volver con ella. Sería como cometer el error más grave de mi vida. Sé que no puedo hacer que me creas pero me gustaría que confiaras en mí igual que lo hago yo contigo.
Con sus palabras, me come el remordimiento de haberme portado mal con él por machacarlo con el tema de esa amiga suya.
—Perdón. Es cierto, debería confiar más en ti. Es solo que los celos me han nublado. Lo siento.
—No te preocupes. Comprendo que te hayas puesto celosa —me coge de la mano y me vuelve a atraer hacia él—. Yo también me pongo celoso cuando pienso en otro chico abrazándote o muy próximo a ti.
—Aunque pasara eso -que nunca pasará-, sabes que yo solo tengo ojos para ti.
—Lo mismo te digo, preciosa —me quita un mechón de pelo de la cara y me lo coloca detrás de la oreja.
Lo rodeo con mis brazos y apoyo mi cabeza en su pecho. Es lo que más adoro cuando estoy con él, poder abrazarlo y sentirlo tan cerca de mí. Me quedaría así para el resto de mi vida si pudiera. Sin embargo, hay otra cosa que también me gusta y cuyo deseo comparto con él.
—Creo que me tienes que enseñar esas habilidades de las que hablas que tienes —digo haciéndome la tonta.
—Sin problemas. Después te aseguro que no vas a parar de elogiarlas —me sonríe de la forma más pilla.