—¿A dónde vas? —me pregunta Younghoon, el mejor amigo de mi novio, cuando me levanto en el descanso. —A buscar a Sunwoo, ¿por? —¿Para? Habrá ido al baño. Espéralo aquí. —No. Él intenta agarrarme de la muñeca para pararme pero soy más rápida y consigo escapar. No voy a desperdiciar un rato en el que puedo beber de los labios de Sunwoo. Hace días que los que en la mayoría de los descansos desaparece con la excusa de que tiene que hacer sus necesidades. Pero esta vez, no me quedaré esperando como las tontas. Quiero pasar, aunque sean unos minutos, un poco de tiempo con él ya que en clase no podemos hacer nada.
Directamente me dirijo al baño de los chicos porque puede que Younghoon tenga razón y haya ido allí. Entro sin importarme que sea para chicos. Entonces, me llevo una sorpresa. Sunwoo tiene arrinconada a una chica. Tiene un mechón de ella enredado en su dedo y la mira con unos ojos que conozco bien porque es la misma mirada que me dedica a mí antes de besarme o decirme que me ama. La escena me rompe en mil no, en millones de pequeños y diminutos trozos de cristal. Como he entrado sin aviso previo y de repente, ellos dos se sorprenden y se giran rápidamente. Sunwoo al verme, se separa de ella e intenta acercarse a mí mientras comienza a hablar para explicarse pero salgo corriendo antes de que pueda llegar a mí. No voy a sufrir semejante humillación delante de esa chica.
Ahora encaja por qué Younghoon quería retenerme. Él sabía a lo que venía Sunwoo y, ¿lo estaba encubriendo o me estaba evitando el dolor? De una forma u otra, me ha ocultado algo de gran importancia. He sido tan tonta al pensar que no haría nada parecido a eso... ¿Cómo he podido pensar que un chico tan perfecto como Sunwoo podría querer a una chica como yo? Tonta, tonta, tonta... Las lágrimas salen a borbotones de mis ojos sin poder controlarlas. No pienso entrar en clases con esta cara, así que me dirijo a la parte trasera del Instituto donde no va nadie, para desahogarme por mi estupidez de querer y darlo todo por alguien que acabo de descubrir que no lo ha merecido. Me siento con la espalda pegada a la pared y encojo las piernas pegándolas hacia el pecho. Poso mi cabeza en las rodillas y continúo llorando. ¿Por qué he estado tan ciega y no he visto esto venir? Parece ser cierto que el amor puede causar dolor.
Escucho mi nombre dicho por la boca que he besado tantas veces y la que me ha dicho en montones de ocasiones que yo era la única en su corazón. Mentiras, eso es lo que son. —Vete —consigo decir. —Por favor, ¿podemos hablar? Me resulta increíble que diga eso cuando está todo más claro que el agua. Me levanto cabreada ahora en vez de triste como antes. —¿De qué quieres hablar? Creo que está todo dicho. —Yo... No dejo que termine. —Podías habérmelo contado y habríamos cortado. Así podrías haber sido libre de hacer lo que quisieras. Pero has optado por engañarme. ¿Eso es de lo que quieres hablar? Porque tienes todas las de perder. —Escúchame, te lo pido por favor. —Solo respóndeme a una cosa. Él me mira. —¿Tienes una buena razón para darme que sea convincente sobre lo que he visto y me haga cambiar de opinión? Él hace el intento de hablar pero en vez de eso, baja la mirada al suelo. Ese gesto hace que de por hecho que todo lo pienso es cierto. Mientras estaba conmigo, ha estado besando a esa chica a escondidas y a saber qué más.
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—De acuerdo. Te pido perdón porque hayas tenido que perder el tiempo conmigo. Sé que no estoy a la altura de esa chica tan guapa pero podrías haberme ahorrado el sufrimiento —dos lágrimas resbalan por mis mejillas. —No, no. Te quiero, de verdad... —Cállate. Por favor, no sigas diciendo mentiras. —No las estoy diciendo. Es la verdad. Por favor, perdóname. No lo he hecho bien, me he equivocado, lo reconozco pero sé con certeza que te amo y... —él me coge de la muñeca para que no me vaya. —No. Lo siento. Esto se acabó hace tiempo —digo refiriéndome a su infidelidad —. Haberlo pensando antes. —He pasado los mejores momentos junto a ti. No quiero que te vayas de mí lado, por favor. Esa chica solo era una distracción, era una forma de... — ¿Olvidarte de que estás conmigo? — completo su frase con ironía. — ¡No!¡Por supuesto que no! Me refería a que en mi corazón solo estás tú, ella no es nada. — Eso es lo que dices. En serio, ¿por qué sigues con este teatro?¿Para quedar de bueno? Porque si es para eso, te puedo decir ya que lo tienes jodido porque has sido tu el que me ha mentido todo este tiempo. Admítelo, estabas conmigo por pena o por yo que sé qué razón. Pero, la quieres a ella, es mucho mejor que yo en todos los aspectos, ¿no? Porque si no fuera así, no me habrías puesto los cuernos. —No digas eso. Para mí eres perfecta. No cambiaría absolutamente nada de ti. Me encanta tu sonrisa y tus ojos cuando te ríes. Me gusta cuando el viento mueve tu pelo, tu forma de dar saltitos cuando vamos de la mano... Me gustas de pies a cabeza. Por favor, perdóname. Ha sido un error grave, lo sé, pero tengo claro que no quiero perderte. Me suelto de su agarre. Esto me mata, me mata porque sé que a pesar de todo, mi corazón lo sigue amando como el primer día y mi mente es tan capulla que me recuerda cada momento que hemos pasado juntos. Puede que se arrepienta de verdad pero no puedo dejarme llevar por mis propias emociones y perdonarlo, por el simple hecho de que puede mentirme otra vez y después la que sufre soy yo. No sé cuánto tiempo tardaré en olvidarlo o por lo menos que no me afecten sus recuerdos, pero lo que tengo claro es que por mucho que me niegue, una parte de mí seguirá amándolo para siempre. Porque así de incongruente es el amor.
Sé que esta historia no ha sido muy romántica pero quería hacer algo distinto, i'm sorry ♡ espero que no me guardéis rencor por esto ♡♡♡ No todos los finales tienen por qué ser felices, ¿no? ❤
