° Hoseok ya no sonreía brillantemente, aquel chico pasó de ser una persona amigable a un completo arrogante playboy, siendo un alfa que gozaba salir con todas las omegas que conocía.
Todo gracias al abandono de su madre a los 15 años, don...
Regresó a casa, decirle casa a un lugar del que pronto se iría no le gustaba, no quería ser egoísta, pero quería quedarse, su interior le decía que el verdadero Hoseok podría aparecer en cualquier momento. Metió las llaves y entró para encontrase al alfa, lo observó, su rostro aún tenía esos golpes, pero no tan hinchados como ayer, se acercó
-Hoseok...¿Quieres que te cure las heridas?
-No, estoy bien... -De nuevo regresó el alfa arisco- Iré a mi habitación
La puerta se cerró detrás de él, el pelinegro sabía que el omega a pesar de ser rechazado varias veces era amable, pero él no se merecía nada de eso, cada golpe se lo ganó.
Se recostó en esa cama donde lo vio en la mañana, en ese fugaz momento le hizo olvidar todo, solo eran ellos dos y su cachorro resguardado, solo estaba la sensación de calidez en su corazón, el de tener a dos personas a quien proteger, el sentirse necesitado y atado a alguien lo llenaba completamente, era impresionante todo que sucedió en escasos minutos, pero también era temida, la realidad de que nunca existiera y solo sea una ilusión.
Una ilusión que quería con toda el alma, pero que al mismo tiempo la detestaba, por dos cosas él no se merecía a Taehyung con todo lo que le hizo sufrir y porque estaba esa cuerda, la cuerda de la traición que podía ser cortada para matarlo al instante, era alguien débil.
Débil a Taehyung
Olió sus sabanas y se acomodó en las almohadas que llevaban todavía su aroma para llenarse de ese olor.
¿Por qué tenía que pasarle esas cosas?
Era feliz, bastante feliz, el de tener a su familia amorosa y un amigo que adoraba demasiado. Tenía muchos planes, mismos que fueron arruinados en unos cuantos días.
Se levantó de la curiosa guarida llena de sabanas y almohadas hechas por ellos como en cada viernes, miró a su amigo que estaba a su lado durmiendo profundamente abrazando no una almohada sino varias de ellas, sonrió a lo que presenciaba, estiró sus músculos para ir al baño y posterior bajar en la cocina para ver que darle a su invitado de honor.
Él con 15 años ya cumplidos desde ya varios meses era el mayor y debía impresionar a su querido amigo, el otro no faltaba mucho y en unas cuantas semanas iba a cumplirlos, por lo que estaba planeando una gran sorpresa.
-¿Preparar un omelette no es exagerado?...No creo
A punto de buscar los ingredientes de su desayuno escuchó un fuerte golpe, era el cuarto de sus padres, rápidamente corrió hacia allí para observar a un alfa con una herida de sangre en la cabeza por haberse golpeado en la base de la cama debido a aquella caída, pero lo que más le aterró fue ver a su padre retorcerse de dolor en el suelo, un dolor provocado por unas quemaduras en todo su cuerpo y la peor en donde estaba su glándula de aroma, el cuello.
El alfa grande gritaba y gruñía al mismo tiempo, Hoseok asustado por ver por primera vez esa situación se acercó un poco para buscar a su madre, ella no estaba en la habitación como siempre lo hacía, salió de allí para buscar en toda la casa y gritando varias veces "Mamá".
Aquellos gritos levantaron a su amigo, que apareció unos segundos después con los cabellos alborotados en todos lados.
-¿Qué pasa Hoseok? – estaba agitado por buscar en todos lados y con un teléfono en mano no sabiendo a quien marcar-
-Mi mamá ¿Viste a mi madre? -sus manos estaban temblando mientras marcaba a emergencias-
-No, no la he visto desde ayer...¿Qué pasa? – el pelinegro no le contestó-
Solo se dedicó a seguir los gruñidos y gritos de ese cuarto, al entrar gimió de susto, el señor Jung estaba en una semi transformación de cuerpo como un método de sobrevivencia y con un sin número de heridas sangrientas en su cuerpo, estaba sufriendo demasiado, era espantoso lo que estaba pasando con ese alfa.
Sin mucho que hacer, salió de la casa de los Jung para ir a la suya, golpeó su puerta y le abrieron inmediatamente por la pareja que estaba despierta a esa hora y por el insistente golpeteó, vieron a su hijo con lágrimas e intentando hablar.
-Hijo ...¡¿Que tienes?!
-El señor...Jung...ayúdenlo...
Los Kim corrieron de su casa para ir a la otra, cuando entraron no pudieron creer lo que estaban viendo, eso raramente pasaba y era una manera cruel de hacer sufrir a un alfa.
El desprendimiento de una marca.
Rápidamente auxiliaron al alfa mientras que los paramédicos de emergencia llegaban, era una situación crítica que si no llegaban a tiempo aquel hombre podría morir.
Hoseok estaba a un lado llorando y temblando, tenía dos preocupaciones, el bienestar de su padre y el de no saber dónde se encontraba su madre. Los paramédicos llegaron y se llevaron a su padre, él fue llevado en el auto de los Kim como responsables de cuidar al hijo de su amigo. Al llegar al hospital les avisaron que el alfa Jung estaba en cuidados intensivos, al hilo de la vida, no había muchas opciones, tenía una fractura craneoencefálica, quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo, subiendo la mortalidad, y su alfa se negaba a vivir, no había mucho que hacer. Solo las horas decidían si seguiría con vida. Lo más impactante que recibió ese día, fue que todo lo que estaba sufriendo su padre era porque el omega de su padre, su madre, estaba deshaciendo la marca de una manera muy cruel, como si el hacer daño era su principal objetivo, quitando cada lazo que los unía.
Escuchar esas palabras de "Fue traicionado" "La omega huyó para quitarse la marca" "Un engañó" "Omega cruel" "¿La omega tenía un amante?" "¿El alfa golpeaba al omega para que le hiciera esto?" no lo podía creer, su madre y su padre no eran esa clase de personas. Solo se dedicó a quedarse en un rincón llorando sin saber qué hacer.
Las manos cálidas de su amigo lo abrazaron
-No escuches Hoseok...solo mírame –
El pelinegro alzó el rostro para mirar a su amigo, que le limpió las lágrimas suavemente con los pulgares, quedó hipnotizado a ese gesto, observándolo únicamente a él y quedarse ajeno a lo que los médicos investigaban. Allí no terminó, los rojizos labios se acercaron para depositarse en su mejilla, mentón, ojos y frente, tan delicados que lo tranquilizaron, se hundió en ese cuello sintiendo las caricias de su amigo en su cabellos y espalda, dando lugar a un sueño que lo separaría un momento de la realidad.
"Gracias Taehyung"
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Hola .)
Les estoy guiñando un ojo jaja
Vieron los MAMA BTS ganó Álbum del año y artista del año como grandes premios, de verdad verlos llorar me rompió el alma, como ARMY esta unido a ellos y me hizo dar cuenta que este camino lo estamos caminando juntos :¨¨)
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