[WITD] »Whispers in the dark«.

»61«

«Forge mi propio destino, tengo amor porque me lo eh ganado, tengo decepcion porque la provoque, quiero ser feliz pero no sabes como llegar a ese punto»

En ese momento todos desaparecieron del escudo y llegaron a zona segura.

— Kirito, ¿porqué lo dejaste?—Cuestionó Cataleya, se había encariñado con Hiro después de pasar dos años en la habitación del tiempo.

— Te aseguró que no fui yo.—Decía él espadachin con impacto.

—Yo soy él responsable después de todo también soy un Sao.—Apareció Eugeo que había vuelto a su forma humana mientras lanzaba su identificacion.— No soy enemigo.

— El dice la verdad.—Apoyó Shu.— Él me ayudó en la nave, los Golems absorbian energía y el desactivo esa función.—apuntó hacía los subordinados de Shuichi, estaban tirados en el suelo.

— El estado de Golem gasta demasiada energía y por eso no la uso mucho, sí la usas bastante llegaría a consumir la energía de tus propios músculos, llega a consumir la misma vida del usuario. Ellos se sobrepasaron y ahora solo tienen energía para respirar.—Anunció Eugeo.—Solo falta encontrar a Shuichi y arrestarlo por manipulación de seres, ademas de privar la libertad.

—Hablando de eso, ¿Hiro?..—Murmuró Cataleya con preocupación.
—Su ki se siente muy débil, ¿que hacemos?

— ¿Ir por él enemigo ó revisar a nuestro amigo?—Cuestionó Gohan.— Sí escapa será un peligro para la tierra pero si dejamos solo a Hiro nos perderemos sus últimos momentos.

— Vayan.—Interrumpió Eugeo.— Varias patrullas se dirigen hacia aquí y destruimos los motores de su nave, tengo entendido que no tiene experiencia en batalla así que no irá lejos. Además, su propio campo de seguridad lo retiene.

Todos lo miraron y asistieron, rápidamente se dirigieron al campo de los filos y flechas para encontrar al castaño aun de pie usandose así mismo como protector de la albina.
Después cayó hacía atrás, su espalda tocó el suelo y se aseguró que la chica sobre él estaba bien.
Sonrió al verla ilesa.
Y así cerró los ojos dejandose llevar por la oscuridad.

[...]

— Papá.—Llamó una voz y él castaño miró al frente.
Una albina con edad de infante estaba frente a él.

—¿Pares?—Cuestionó y la niña asintió repetidas veces con lágrimas en los ojos.

— Seguías aquí, seguías viva.—Continuó él castaño.

— Una pequeña parte de mí, solo eso ya que ni siquiera puedo controlar mí cuerpo—Declaró la infante.— Gracias por haber estado para mí siempre, incluso ahora..

— Perdoname, no pense que esto fuera a pasar y nose si sufriste con Shuichi.

—No pasa nada, te perdonó.—Habló.— Perdóname por ser tan mala, obtuve mi castigó.

— ¡No, fue mi culpa!.—Exclamó él castaño.— Si no hubiese intentado llevarte a la fuerza.

Lo hiciste todo bien
No tengo a quien culpar
Pues tú mejor defecto es no dejarme a quién odiar.

—Si no lo hubieses hecho, sufriría de más.—Respondió. La de ojos color cristal se lanzó hacía él en un apretado abrazo que correspondió con fuerza.

—¿Estoy muerto?—Preguntó finalmente.

— No..pero estas dejando este mundo.—Contestó la niña.—¡No te vayas, Papá! ¡No me dejes!—Voceo mientras estrujaba las prendas del chico.

Eso le rompió el corazón al castaño..

—Papá no se irá, siempre estare aquí, en tú corazón.—Dijo mientras acariciaba el cabello de la chica.— Dejaré a personas que te cuidaran.

— Pero yo te quiero a ti.—Dijo entre lágrimas, él castaño las limpió.

Y aunque a tus promesas siempre fui vulnerable,
Duele que haya muertos pero no haya culpables.
Nunca te dije adiós.

— Un día estabamos jugando y yo te dije "hay dos lobos que siempre pelean, uno es la esperanza y el otro la oscuridad ¿quién ganará la pelea?—Comentó y la niña lo miro fijamente.— Recuerda eso..

Hiro estrechó los ojos con dulzura y sonrió, juraría que esta era la Pares de cuatro años que él crió.

—Para mí siempre fuiste Lía Shirosagi.

—Papá.—Murmuró y empezó a llorar.

— Te amo, mi niña.— Dijo él de ojos rojos.
La abrazo lo más fuerte que podía.

«Perdóname..»
Y desde ahí solo vio blanco.

Ya está escrito el final..
Nunca te dije adiós.

[...]

— ¡Hiro!—Gritó Cataleya mientras lo movía a los lados.— ¡Porfavor! ¡No responde!

— ¡Hiro despierta!—Se desespero Gohan, la Saiyajin llevaba tiempo presionando el pecho del chico para ver si podría volver a respirar.

— ¡Maldita sea, Hiro!.—Exclamó Kirito que golpeo una esfera de energía en el pecho del castaño.

Éste empezó a tocer, sangre corrió de su boca pero llevaba una sonrisa.

—Hola chicos.—Saludó él Shirosagi.

—Hiro...—Suspiró Cataleya llevándose una mano al pecho.—Dejen de asustarme así.—Pidió la fémina afligida.