Hay enemigos que desencadenan batalla infinitas, sin darse cuenta un ser planea su primer movimiento hacia la destrucción de la humanidad.
¿Podrán nuestros protagonistas derrotarlo ó caerán ante la desesperación total?
「"Escucha mis susurros en la o...
— Porfavor Cataleya, ¿estudios y entrenamiento para Idols?. abandonaste tu entrenamiento dos malditos años, ¿y crees que con dos dias lo recuperas?—Reveló el Ojirojo.— Tener el poder no basta si ya no eres tan ágil como antes, te acostumbraste a una vida pacífica mientras olvidabas que tus habilidades desaparecían.
— ¡Aun asi tengo la suficiente fuerza para destruirte!.—Habló con enojo.
— ¿Fuerza?, de que sirve si no puedes tener la velocidad para siquiera golpear al enemigo.—Argumentó.— ¿Poder?, de que sirve si no sabes usarlo. Aceptalo Cataleya eres más humana que Saiyajin, más pacifista que guerrera. Lastimosamente al ser humana seras destruida junto a este planeta.
— No lo permitiré.—Dijo con dedicación.
— Los debiles nunca entenderan la ley del mas fuerte.—Confesó.— Piensas que con ese simple poder podras ser la heroína del cuento sacrificandote por todos, ¿eh?.
— ¡Claro que no!.—Exclamó lanzando golpes que el chico detenía.
— ¿Intentas llamar la atencion como siempre?.—Comentó Shu.— Tú cuerpo empieza a desgastarse. Que lastima, el mundo te dio tantos dones y poderes para que termines confiando en un inútil poder ocultó, dejando todas las habilidades atrás.
— ¿Habilidades?.—Pensó, tenia una idea.
— ¿Porque la tardanza?.—Se burló mientras le daba un puñetazo al rostro.— ¿no habias dicho que me vencerás?
— Así es, yo protegere este planeta y a sus habitantes.—Confesó.
— ¿Te sacrificaras por ellos?.—Interrogó Shu con molestia.
— No tendría problema en ello pero no pienso en morir.—Declaró.— Debe haber una razón por la cuál llegue a este mundo, quizas sea detenerte.
— Podría matarte facilmente si así lo desearas.—Murmuró.— Pero las palabras que has dicho me hicieron molestar, es por eso que quisiste eliminarnos en un pasado. Nos veías como amenaza.
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— ¿Que?.—Pregunto.
— No importa, seras tú quien intente derrotarme, ¿no?
La chica de levanto con dificultad y sonrió.
— Hiro, ¿Verdad?.—Preguntó Cataleya mirando al mencionado.— ¿porque no peleas?.
— La pelea ya es bastante injusta como para que yo entre.—Respondió.
— Seras un simple espectador, ¿eh?.—Comentó la Saiyajin.— Dime, todo el tiempo en el cual nos conocimos, ¿fue mentira?.
— Deberías concentrarte en la pelea.—Opinó Shu que le dio una patada en el estómago a la chica provocando que escupiera sangre.— ¿Tú protegeras esta tierra?, no son nada sin Goku y Vegeta.
— No necesito a mi padre ni a mi maestro para darles una paliza.—Defendió la Saiyajin, pronto lanzo una patada que fue detenida por el antebrazo de Shu.
El albino se sorprendió, esta patada era mas fuerte que las demás. La fuerza de esta hizo que una rafaga de aire fuera disparada, levantando el polvo.
— ¡No subestimes a los Saiyajin!.—Voceo lanzando otra patada.
— ¿Q-Que es esto?.—Pensó el albino.
— ¡Kaioken por doce!.—Vivió a gritar.
— ¡¿Por doce?!, ¿Podía llegar a esa cantidad?.—Exclamó Shu.— Es un desgaste enorme.
Pronto el albino recibio una patada en el estomago.
— ¿Duele?, ¿Porque?.—Se preguntó.— Según mis pruebas no tendría que doler si fuera por..diez.
— ¿Duele?.—Interrogó Cataleya, una linea de sangre salia por su boca.
— Maldita.—Pronuncio, este volteó hacia la batalla de los Sao con sorpresa por lo cual, Cataleya aprovecho atravesandolo con un kamehameha en silencio.
El albino cayo de rodillas con las manos en el estomago por las heridas, La Saiyajin se destransformó con un suspiró de alivio. Después se lanzó contra la otra albina con una patada que apenas logro esquivar.
— ¿Problemas?.—Cuestiono con diversión.
La albina volvió a lanzarse sobre su oponente.
Minutos Despues.
Kirito habia arrebatado una liga de restricción sobre la chica. Definitivamente era el Ki de Pares. Se sentía una señal débil pero no de forma que la chica estaba lastimada, si no que las pulseras de restricción dejaban que solo se sintiera parte de su energía.
Inmediatamente volteo hacia Shu, este sonrió y quito una restricción de las tres que llevaba. Su Ki confirmaba que realmente eran ellos.
¡Lo veo venir, Mientras presionamos Nosotros no cedemos!, Ahora o nunca, hasta el dia que soñamos.