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— Ahora Cataleya hagamos un trato, llévame a otro planeta y dejaré a todos vivos.—Ofreció, odiaba hacer esto ya que parecía copiar a su hermano. La diferencia es que él no tenía otra opción.— No puedes moverte y nadie mas tampoco, ¿los elimino a todos ó los salvas? Elije.

La fémina apretó los puños con el ceño fruncido. Sentía impotencia. Todos estos sucesos le afectaban demasiado, pero no debía dejar que la cambiasen más.

Rápidamente miró a sus compañeros que estaban sufriendo. Al final aceptó llevar a su enemigo a otro planeta.

—¿De que sirve?—Cuestionó Kirito.— Los materiales que necesitabas estaban en la nave recién destruida, ¿no?. Además, tendrás a toda la patrulla galáctica buscandote.

— Quizás perdí mis instrumentos pero pueden recuperarse mientras recuerdes los pasos que hiciste, es un simple ciclo que todo ser recorre.—Contestó mientras veía que él Sao se ponía de pie.—¿Qué crees que haces?

— Le prometí que la protegeria aunque me costará la vida.—Declaró él espadachin, su vista era borrosa y sentía como si todo de moviera constantemente.

—¿Y piensas desperdiciar tú vida de esta forma?—Se carcajeo él peliazul.

— Kirito detente, no tienes oportunidades.—Advirtió Cataleya.— Deja que lo transporte a otro lugar.

—Sí lo llegarás a transportar, ¿qué pasaría contigo? ¿tendrás energía para regresar?—Preguntó él Sao.— Quizás te elimine una vez ya dejes de servirle ó te use para algún experimento por eso, hace mucho me prometí a mismo que haría todo lo que pueda para que nadie de mí grupo muera.

—Hiro ya murió, no debes seguir con tú promesa.—Se quejo la Saiyajin.— Deja que me encargué de esto.

—Podrás encargarte cuando muera.—Habló él pelinegro.

—Deberías pensar mejor lo que pides.—Intervino Shuichi.—Sí eso deseas.

Él Sao tomo su espada, después intentó golpear al peliazul.
Él Shirosagi detenía sus ataques fácilmente con sus cadenas.

—¿Este es el gran espadachin negro?—Cuestionó Shuichi con decepción.

Pronto las cadenas lograron detener las espadas y se apegaron a su cuello para luego levantarlo.

—Eres una desilusión.—Dijo él peliazul.

—¿Lo dice la persona que tuvo que crearse un ejercito para luchar con este pequeño grupo de personas?.—Se burló él pelinegro.— Tener que crearte un ejercito porque no puedes luchar tú solo, ¡Porque eres una humillación para los Shirosagi!

— ¡Callate! —Gritó apretando el agarre.— No sabes siquiera lo que dices.

— Tal vez pero de algo estoy seguro, no estoy solo.—Declaró con seguridad.

Te avisaré algo, Shuichi.—Habló la chica.— No estoy sola.

¿Con que de aquí sacabas esa fuerza?—Pensó él peliazul volteando a la albina.

Una cuchilla se posicionó en su garganta.

— Eugeo..—Murmuró él Shirosagi.

— El veneno no afecta a los Golems, cuándo Kirito se enfrentó a ti dejaste de torturarme.—Reveló él rubio.— Sí me vuelves a dar alguna descarga de dolor, acabaré contigo. Será mejor que te rindas.

— Sí me llegas a asesinar irías en contra de tú misión, entregarme con vida.—Decía Shuichi para volver a mirar a la albina cuando sintió que algo estiró su ropa, esta lo miraba fijamente. El blanco de sus ojos había cambiado a un color oscuro, signo que se acostumbraba a su nuevo estado —Ahora mismo pienso en que dejaré de pelear.

—¿Enserio?—Cuestióno Eugeo, había sido tan fácil.

— ¡Eugeo!—Exclamó Kirito que intentaba librarse de las cadenas.

Él de ojos esmeralda miró a los lados solo para que la Sao se pusiera detrás de él y le hiciera una llave para luego derribarlo en el suelo.

— Sí bueno, hay la posibilidad que deje de pelear.—Respondió Shuichi, luego lanzo con fuerza al pelinegro hacía unas rocas.—Lo siento Eugeo, tus servicios ya no son requeridos.

— ¡Espera ese no era el trato!—Reclamó Cataleya.

— No lo conoces, ¿porque quieres protegerlo?—Preguntó él peliazul.

— Porque eso es lo que los héroes hacen.—Declaró la chica con iniciativa.

—¿Héroes? ¿Te haces creer a ti misma que eres una heroína?—Continuó.— Bien, quedate con este pedazo de hojalata pero me asegúrare que no intervenga.

Él Shirosagi atravesó una de los pies de Eugeo con sus cadenas y comenzó a alejarse de él.

— Nos vamos, Lía.—Ordenó Shuichi pero le extraño que la chica no acatará su orden, fue entonces que volteó a verla.

[WITD] »Whispers in the dark«.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora