—¿Qué sucede Dylan?
—Que hay Logan —dije a modo de saludo—. ¿Y tus padres?
—Están jugando con Adriana —dijo, luego me miró—. Dime qué fue lo que sucedió.
Me hizo un ademán para que ingresara a su casa. Lo seguí hasta que se detuvo en la sala.
—Me fui de casa —contesté a lo que me había preguntado.
—Seguro otra vez discutiste con tu padre —inquirió.
—Si ya lo sabes no preguntes —respondí.
—¡Dylan!, no sabía que vendrías —dijo de pronto la madre de Logan.
—Lamento haber venido sin avisar. Pero puedo irme si...
—¿Quién dijo algo sobre irse? —era el padre de Logan.
—Dylan —respondió Logan.
—Quédate Dylan, aquí no molestas a nadie —dijo el señor Leonard.
—Ya sabes que esta es tu casa —añadió su esposa.
Hubo un tiempo en el que pasé una etapa muy complicada. Durante ese tiempo lo menos que quería era estar cerca de mi padre, o algo que siquiera me relacionara a él. Escapé de mi casa y la madre de Logan fue quien me acogió en la suya. Ella fue como una madre para mí. Me hicieron parte de su familia y yo me sentía también parte de ella.
Me fui a la habitación de invitados. La misma en la que había pasado muchas veces. Me eché sobre la cama y al poco rato vi a Logan bajo el umbral de la puerta.
—¿Qué diablos quieres ahora Logan?
—Estoy esperando saber de que forma la regaste.
—No fui yo —dije y él me vio incrédulo.
—Eso es raro, casi siempre eres tú quien ocasiona el problema —resoplé al oir su comentario.
***
Pasaban los días, las clases empezarían el lunes, y solo me quedaban 3 dias de provecho. Logan se la pasaba pegado a su novia. Iban juntos a todo lado. Era molesto verlos.
Estaba echado sobre mi cama hasta que mi celular comenzó a vibrar. Quería pasar de la llamada, y de hecho lo hice, pero la persona que estaba llamando no se rendía, era la quinta vez que sonaba. Decidí contestar.
—¿Qué demonios quieres? —contesté despues de ver el nombre en la pantalla.
—Hoy habrá una fiesta, ¿vendrás? —quise decirle que no y que se dedicara a fastidiar a otra persona, pero me lo pensé bien. Había pasado cinco dias sin nada bueno que hacer.
—¿Dejarás de molestar si digo que sí?
—Por supuesto —respondió ella.
—Entonces estaré allí.
—Perfecto, ya te mando la dirección —colgué la llamada.
A eso de las 8 me llegó un mensaje. Salí de mi habitación y fui a la sala. Ahí se encontraban Logan y su novia.
—Vaya, ¿irás Dylan? —preguntó ella.
—¿Quieren que les haga de violinista?
—Creí que ya te ibas —dijo mi amigo.
—Adiós —dije y salí de ahí.
Cuando llegué a la fiesta vi que muchos ya se encontraban ahí. La música se hacía más fuerte conforme iba avanzado. Muchos se encontraban bailando, otros ya estaban borrachos.
—Llegaste —una voz detrás de mí hizo que me diera la vuelta.
—Ashley —ella sonrió. Llevaba puesto un vestido plomo que se le ceñía al cuerpo y le llegaba a la mitad del muslo. Ese vestido dejaba poco a la imaginación.
Ella se me acercó, extendió sus brazos y se colgó de mi cuello.
—La forma en que me respondiste me hizo creer que te arrepentirías y no vendrías —pude notar que ya había estado bebiendo.
—Yo no tengo porqué responderte de buena manera siempre.
—La noche será muy larga —dijo ignorando lo que acababa de decirle.
—Así parece —respondí—. Si me disculpas —quité sus brazos de mí y vi que eso la molestó. Sin importarme, fui a conseguir algo de beber.
Cuando ya me encontraba bebiendo el quinto chupito, mi celular vibró en el bolsillo. Me alejé un poco de todo el bullicio y cuando el ruido no era demasiado fuerte, decidí contestar.
—¿Diga?
—¿Cuándo piensas volver a casa? —era mi hermano.
—No pienso volver —contesté.
—Papá quiere que vuelvas.
—Por ahora estoy bien, así que no me apetece volver aún.
—Bueno, ¿Dónde te estás quedando?
—No te lo diré —Luke no dijo nada— ¿Algo más?
—No, solo quería decirte eso.
—Adiós Luke —colgué la llamada.
Todo iba a pedir de boca hasta que choqué con alguien.
—¡Idiota, mira por donde vas!
—Lo mismo para ti —dije.
—Ah, eras tú Dylan —dijo ella—. ¿Qué te parece la fiesta?
—No está mal.
—Te hace falta —me tendió uno de los vasos que llevaba, lo acepté y le di un trago—. Hace un momento te estaban buscando.
—Quien.
—Tu «amiguita» —ya sabía a quien se refería—. Mira ahí viene —me giré y la vi. Ashley se me acercó y pegó sus labios a los míos. Su aliento sabía a vodka y tabaco. Unos segundos después la aparté de mí.
—Yo me largo —dijo mi amiga haciendo una mueca—. No pienso ver como se enrrollan, mejor busquen un cuarto.
—Tan educada como siempre, Monica—me burlé y ella me mostró el dedo corazón.
—Te he estado buscando —Ashley cogió mi mano y me llevó a un lugar apartado de la gente. Al llegar ella apoyó la espalda en la pared y me vio a los ojos. Llevó sus manos hacia mi nuca y me atrajo hacia sí.
—No deberías. Sabes a la perfección que entre tú y yo no hay ni habrá nada nunca.
—Eso ya lo sé —tiró de mí en dirección a sus labios, pero yo no cedí.
—Que no se te olvide —fue lo último que dije antes de besarla. Llevé mis manos a su cintura y la atraje hacia mí. La besé con furia, pero a ella parecía no importarle. Llevó sus manos a mi cabeza y tiró de mi cabello. La empujé contra la pared con deseo de más, ella descendió sus manos por mis brazos. La besé en el cuello y en el hombro desnudo, ella solo suspiraba.
—No me dejes —soltó de pronto.
Me aparté de Ashley. Ella me veía con unos ojos llenos de deseo y a la misma vez de furia. Quise darme la vuelta para marcharme. Pero su voz me detuvo.
—¿Qué diablos te ocurre Dylan? —estaba más que enojada.
—No me ocurre nada, ¿por qué?
—¿Todavía me preguntas «por qué»?
—Sí Ashley, «por qué» —ella solo bufó.
—Eres un idiota Dylan —me dio la espalda y se marchó. Al parecer había dañado su ego, pero no iba a ir tras ella para decirle que lo lamentaba ni nada por el estilo. No sentía nada por ella, solo la usaba, ella no me importaba, desde un principio le dejé muy en claro que lo que pasaba entre nosotros no iba hacia ningún lado, y ella aceptó sin quejas. Así que no tenía porque verse nuestro tipo de «relación» como un compromiso. Yo no era de eso. Nunca lo sería.
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You... my beginning
Teen FictionTodos tienen un pasado, un secreto que esconden en su interior. Muchos buscan enterrarlo, otros lo superan, pero a otros los atormenta por el resto de su vida. ¿Y si la historia de tu vida hubiera sido una completa mentira? Teniéndote al margen con...