33. DYLAN

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—Dylan, ¿te encuentras bien? —Luke se acercó.

—Vittorio, donde está.

—En el despacho, creo que... —no me quedé a escucharlo.

Todo era culpa de él. Me había arruinado por completo.

Abrí la puerta con fuerza. Vittorio se puso de pie sin inmutarse.

—Dime Dylan, para que me buscabas.

—Todo es culpa tuya. Si tú hubieras cumplido tu rol de padre, no pasaría todo esto.

—¿A qué te refieres?

—Si me ibas a ignorar siempre, por qué no dejaste que mamá me llevara con ella.

—Será mejor que te vayas Dylan, estás ebrio, y puedes decir algo de lo que después te arrepientas. Mañana hablamos —Vittorio volvió a sentarse y bebió del vaso que tenía en frente.

—Estoy bastante cuerdo para saber lo que estoy diciendo —cerré la puerta con seguro—. Es hora de que me des las respuestas que quiero —se quedó pensativo por un momento.

—Está bien, pero solo te daré las que necesitas saber.

—¿Por qué siempre fuiste indiferente con mi madre y conmigo?

—Nunca lo fui, solo priorizaba el trabajo, antes que mi familia.

—¿Por qué engañaste a mamá?

—No tengo que responder eso.

—De tus aventuras tuviste 2 hijos. Siempre estuviste para Luke, pero para tu hija... —lo vi apartar la mirada— ¿No te remuerde la conciencia? Haber arruinado a tantas personas.

—Será mejor que te vayas Dylan.

—No lo haré.

—Entonces seré yo quien se marche, no quiero seguir escuchándote —se dirigió a la puerta, me quedé de espaldas a él.

—Se lo dije... a ella —solté de pronto, Vittorio que ya había abierto la puerta la volvió a cerrar con bastante fuerza.

—¿Que dijiste?

—Hablé con tu hija.

—Que fue lo que dijiste.

—Sabes Vittorio, eres lo peor. Como puedes ser tan cara dura. Vas y le sonríes a su familia, diciendo que eres amigo de su padre —tomé el vaso que estaba en la mesa y me lo tomé de golpe.

—Espera, ¿dijiste "amigo de su padre"? —su rostro se relajó— Dylan, quién crees que es mi hija.

—¿Tengo que decirlo en voz alta?

—Dímelo, porque creo que hay una confusión.

—La hija mayor de tu amigo Gerard —empezó a hacer memoria.

—¿Breeze? ¿De dónde sacas eso?

—Yo lo escuché, ¿Recuerdas cuando íbamos a Boston por tu trabajo? Bueno, cuando fuimos, escuché que te llamó "papá" y tú no le corregiste. No trates de negarlo.

—Bueno, puede que se haya equivocado.

—No tienes porque hacerte al desentendido Vittorio.

—Dylan, ella no es mi hija. Sé que tengo mi pasado, pero no le haría eso a Gerard.

—Y por qué te reunías con su esposa, lo hiciste varias veces.

—Por si no recuerdas, Elisse es abogada, y yo la busqué solo por trabajo. En ocasiones ella iba con su hija.

—Y se puede saber por qué razón.

—Tu custodia —me dejó perplejo— necesitaba que un juzgado me cediera tu custodia, pues tu madre no estaba en las condiciones de poder tenerte.

—¿De qué estas hablando?

—Lo que oíste.

—Pero yo creí que Breeze era...

—Entonces, te equivocaste.

—Dime quién es Vittorio.

—Luke me comentó que eres muy insolente con Breeze, que la tratabas algo diferente a las demás, ¿acaso era porque pensabas que era mi hija? —no respondí—. Bien, entonces no te diré quien es tu hermana.

—Ella no es nada mío.

—Es tu hermana, al igual que Luke —se dirigió—. Quiero que te disculpes con Breeze, por lo mal que la has tratado —dicho ello se marchó.

«Maldición».

Me tiré del cabello. Estaba enojado. No podía creer que estuviera equivocado toda mi vida. Y le había dicho a Breeze que su padre...

«Sin duda alguna, era un completo imbécil».

***

LUKE

Vi a mi padre salir del despacho. Se encontraba pensativo y algo alterado. No tenía idea de que había hablado con Dylan.

—Luke, ¿fuiste a ver a tu madre?

—Si —respondí—. Él médico dice que debe permanecer una semana más.

—Está bien. Ve a descansar.

—Papá —lo llamé—. ¿De qué hablaron Dylan y tú?

—De nada importante —en eso se escuchó un vaso rompiéndose—. Buenas noches —se marchó a su habitación.

Me acerqué al despacho. Dylan estaba apoyado en el escritorio con ambos brazos. En el suelo se encontraba un vaso roto y todos los papeles estaban regados en el piso.

—Luke, sé que estás ahí —dijo de pronto.

—Solo quise...

—¿Escuchaste algo? —su pregunta me desconcertó.

—No —fruncí el ceño, esperando su reacción.

—Bien —se reincorporó y salió del despacho.

—Dylan.

—Qué sucede —se giró.

—Hay algo ¿verdad? —me miró confundido— Tú y papá llevan discutiendo sobre eso.

—Son asuntos míos.

—Si hubiera algo, no lo ocultarías, ¿cierto? —soltó una pequeña risa, como si fuera muy obvia la respuesta.

—Te prometí que no mentiría a la familia.

—No me has respondido Dylan.

—No, yo no oculto nada —dicho ello se marchó a su habitación.

❤😊❣

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