Vi que se alejaba por la autopista sin dudar y eso me enfureció. Me dejó tirada en medio de la calle diciéndome que tomará un taxi. ¿Pero qué se había creído? En todo caso no hubiera llamado a Liam diciendo que ya no viniera por mí.
En la cena dijo que iría a la fiesta, pero resulta que no era así. Entonces debe ir a algún lugar que no quería que nadie supiera, porque era algo turbio. ¿En que podría estar metido?
Vi que se detuvo en el semáforo que estaba a dos cuadras de donde me había dejado. Necesitaba saber que era lo que estaba haciendo. Tenía que seguirlo.
—¿Qué hace una belleza tan sola? —un auto se detuvo a mi lado. Era mi oportunidad.
—Bueno, será porque un patán me dejó aquí.
—Yo jamás abandonaría a alguien como tú.
—¿En serio? —me acerqué a él, estaba con el brazo apoyado sobre el marco de la ventana— Entonces, ¿no te importaría llevarme? —rocé su brazo con mis dedos. No dejaba de mirarme. Sabía que me diría que sí.
«Hombres, tan predecibles».
—Te llevo a donde tú quieras —sonreí y subí al auto. Me pusé el cinturón de seguridad mientras el tipo no dejaba de mirarme hasta el punto que resultó bastante incómodo.
Mi yo interno me decía que bajara del auto y haga lo correcto, escapar lo más rápido de ahí. Pero había algo que me impulsaba a seguir con lo que estaba haciendo.
—A dónde.
—Yo te guio por el camino —dije. Él arrancó el coche, mientras que yo trataba de arreglarmelas para encontrar el auto de Dylan.
Le iba guiando conforme íbamos avanzando. Claro que no era estúpida, iba viendo las calles que pasábamos, tratando de recordar detalles que me ayudarían si mi plan no salía como esperaba.
—¿Cuál es tu nombre?
—Emily —dije, por obvias razones no iba a darle mi verdadero nombre.
—Y dime, tienes novio o...
—Sí, lo tengo, pero no quiero hablar de eso.
—¿Un mal tipo?
—Solo tiene mal carácter.
Al parecer eso había sido suficiente para que se callara. Me odiaba por estar haciendo esto, por arriesgarme de esa forma. Ni siquiera sabía porque lo estaba haciendo.
—Me parece que ambos vamos al mismo lugar —dijo de pronto.
—¿En serio?
—Es por eso que no quisiste decirme la dirección exacta desde un principio. Debemos ser cuidadosos en esto, ¿verdad?
—Sí, muy cuidadosos —dije sin la menor idea. A partir de ahí él comenzó a conducir por donde creía que era el lugar a donde "nos dirigíamos por pura casualidad".
Vi que saliamos de la ciudad, lo cual hizo que me pusiera en alerta. Un buen rato después, nos encontrábamos aparcando el auto.
—No te importa si te acompaño, ¿verdad? —dijo. No quería que sospechara nada, no tenía idea de dónde me había metido, así que necesitaba atar cabos sueltos.
—Claro que no —los dos avanzamos por el lugar. Había demasiadas personas, y conforme íbamos avanzando algunos se me quedaban viendo. Claro que me veían, pues a comparación con la mayoría de chicas que se encontraban ahí, yo era una monja, y eso que llevaba un pantalón corto y una camiseta sin mangas.
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You... my beginning
Dla nastolatkówTodos tienen un pasado, un secreto que esconden en su interior. Muchos buscan enterrarlo, otros lo superan, pero a otros los atormenta por el resto de su vida. ¿Y si la historia de tu vida hubiera sido una completa mentira? Teniéndote al margen con...