21. DYLAN

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Después de llevar a Breze a su casa fui de camino al Instituto. Al llegar vi que todos habían salido ya de clases. Me dirigí al aula de Trigonometría. En el camino me encontré con Monica y un grupo de chicas.

—Necesito hablar contigo —la tomé del brazo.

—¿Ahora? —preguntó.

—Ahora Monica.

—Chicas, discúlpenme, pero tengo que irme —dijo con una sonrisa y ambos salimos hacia los jardines.

—¿Se puede saber qué es lo que te pasa? —me miró la cara y abrió los ojos— ¿Te peleaste?

—Hablé con Breeze —dije de golpe.

—¿Entonces puedes decirme dónde está? para entregarle su mochila, porque desapareció así sin más.

—¿No te da curiosidad saber sobre qué hablé con ella?

—No es de mi incumbencia, pero está bien, ¿sobre qué hablaron si se puede saber?

—Acerca de lo que pasó en la fiesta —se puso pálida de repente.

—Seguro se hizo la loca... dijo que no quería recordarlo y haría como si nunca hubiera pasado.

—Qué extraño, resulta que en realidad no sabía nada —Monica desvió la mirada—. ¿Por qué mentiste Monica? ¿Acaso lo de Liam también es mentira?

—Bien, mentí acerca de qué recordaba lo que pasó ese día, pero lo de Liam no es mentira, él sí está interesado en ella.

—Ya no sé si creerte Monica. Quién sabe, quizá me hayas engañado otras veces también.

—Me molestaba que no reconocieras lo que pasó, por eso mentí, sabía qué sólo así terminarías aceptando todo. Ahora dime dónde está para entregarle sus cosas.

—En su casa.

—¿Pero qué hace allá? Se supone que debía estar aquí en clase.

—Es problema de ustedes no quiero que me involucres. Adiós.

Fui de camino al gimnasio para ver si mi hermano aún estaba allí, me había dicho que quería hablar conmigo. No tenía idea de qué es lo que quería decirme. Pocas veces lo había visto serio, y debía decir que eso no era bueno.

—Dylan —era Liam.

—¿Qué sucede Liam?

—Nada, solo que Eleanor quiere hablar contigo.

—¿Se enteró? —asintió con la cabeza— ¿Quién le contó?

—Ya te imaginarás.

—Maldita sea —llevé las manos a mi cabello y tiré un poco de ellos— ¿Dónde está?

—En los jardines.

—Escúchame Liam, si ves a Luke dile que me espere en el auto.

Me dirigí hacia los jardines, era el lugar dónde solía refugiarse cuando algo la atormentaba. Su vida había sido dura, bastante complicada desde muy pequeña. Desde que Anabel, su madre, la ignoraba por completo. Su padre era un maldito que las abandonó a las dos en cuanto supo que su madre estaba embarazada. Por eso Anabel le tenía rencor a Eleanor.

Al llegar a los jardines, la vi, estaba con la mirada perdida, recordando solo lo que la atormentaba. Respiré y me acerqué.

—Eleanor, perdón, yo no... —me dio una bofetada. Comenzaba a arderme, y sabía que me la merecía.

—¿Por qué Dylan? —lágrimas surcaban sus ojos— ¡Sabes que no quiero que hagan este tipo de cosas! ¡Acaso no lo entiendes!

—Yo lo sé Eleanor, perdóname, pero no me arrepiento por lo que hice. Ese imbécil se lo merecía, desde que...

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