Regresé a casa para descansar. Tuve que llevarme a Luke, puesto que no quería salir del hospital.
Al llegar a casa, Luke fue a su habitación y yo a la mía. Me dejé caer sobre la cama. Estaba exhausto. El día había sido demasiado cansado.
Me quedé dormido al instante.
«Me encontraba acostado en el sofá de la sala. Mi madre me había hecho una promesa mientras me quedaba dormido. Me había prometido que estaría conmigo. Pero ahora que despertaba ella ya no estaba a mi lado.
Me levanté y fui a buscarla. El despacho de mi padre estaba abierto.
—Papá. ¿Dónde está mamá? —pregunté.
—Ella se fue, Dylan —respondió sin siquiera mirarme.
—A dónde se fue, papá —no me respondió—. Por qué se fue.
—Solo tienes 10 años. Algún día, cuando crezcas, entenderás las cosas —dejó un vaso sobre la mesa.
—¿Volverá? —pregunté.
—No lo sé hijo —apartó la mirada de mí—, lo más probable es que no —dijo en voz baja, pero logré escucharlo.
—¿Qué quieres decir?
—Vete a dormir».
Me desperté de golpe. Otra vez ese sueño. No me dejaba en paz.
Miré la hora en el móvil. Apenas eran las 2:40 de la madrugada. No podía dormir. No quería volver a tener ese mismo sueño.
Salí de mi habitación y fui al despacho de mi padre. Me dirigí al minibar. Tomé un vaso y vertí algo de ron. Me lo bebí de un solo trago.
«—Hola, me llamo Breeze —recordé esos ojos verdes, cuando los vi por primera vez».
Cada recuerdo arrastraba a otro consigo... y era eso lo que detestaba. No podía dejar el pasado, porque las personas que estaban a mi lado me lo recordaban cada día, con tan sólo verlos. Aquellos recuerdos que trataba de olvidar, eran los que más se negaban a dejarme en paz.
Mi vida era una miseria.
—¿Dylan? —escuché la voz de mi padre.
—¿Qué haces aquí Vittorio? ¿No deberías estar en el hospital con Lauren?
—No me dejarán visitarla ahora, ya es muy tarde. Iré mañana por la mañana —se sentó a mi lado y se sirvió wisky en un vaso—. ¿Qué haces aquí?
—Lo mismo que tú, tratando de olvidar.
—Dylan, deberías salir.
—Lo siento, pero no.
—Bueno yo me voy —dijo bebiendo todo el contenido del vaso.
—Te culpo por todo Vittorio —dije sin siquiera mirarlo.
—Estás en tu derecho. Cometí errores, pero los estoy tratando de enmendar. Espero un día me comprendas, hijo —se puso en pie y se dirigió a la puerta.
—Un día dijiste que cuando creciera, podría comprender todo —me puse de pie—. Ahora lo sé —se detuvo de improviso y me miró con un gesto neutro.
—De qué hablas Dylan.
—Yo lo sé Vittorio —lo vi a los ojos.
—Estás hablando incoherencias —no realizaba ni un solo gesto—. Cuando termines, vete a tu habitación—se giró.
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You... my beginning
Teen FictionTodos tienen un pasado, un secreto que esconden en su interior. Muchos buscan enterrarlo, otros lo superan, pero a otros los atormenta por el resto de su vida. ¿Y si la historia de tu vida hubiera sido una completa mentira? Teniéndote al margen con...