Daniela
Hay un viejo refrán que dice que si el día empieza mal...
Termina peor. Pues yo estoy convencida de que es así.
Mi día había comenzado a las cuatro am, estaba agotada, pero no podía dormir más como realmente quería.
Tenía que ir al hospital donde trabajajo, mi hora de entrada es a las seis am, pero el tener que moverme en bidicleta me hacia tener que salir mucho antes de mi casa...
Bueno, si es que se le puede llamar casa a un mini apartamento con no más de un pequeñito cuarto, un diminuto baño y una pequeña cocina. Tenía apenas lo básico y mi sueldo no me permitía costear algo un poco más grande o en un mejor lugar.
Pero eso no me importaba, no necesitaba más que eso y realmente apenas si venía a dormir y ducharme.
Soy enfermera de urgencias y de maternidad, cubro dos turnos en el hospital y luego hago visitas a pasientes ya desahuciados para darle los cuidados paleativos. No es que me guste, pero es lo que me ayuda a mantenerme por si sola y lejos de gente que solo me ha echo daño.
En fin el día es largo y tengo mucho por hacer...
Ya cuando mi horario por fin llega a su fin, estoy cansada, siento apetito, tengo algo de frío y sueño...
Pufff quiero con ansias llegar, ducharme y comer mi sopa de pollo, meterme a la cama y descansar. Pero eso es algo que aún no puedo darme el lujo de hacer. Un gemido lastimero sale de mi garganta al recordar que tengo que ir pagar la renta y luego compras para el mes. En mi cuenta, solo seiscientos dolares, 250 se van en la renta, el resto lo gastare en la comida para todo el mes...
Voy caminando hasta donde dejo mi transporte haciendo el calculo mental para saber exactamente lo que necesito comprar antes de llegar a casa cuando escucho esa dichosa voz a mi espalda...- Daniela!!!
Todo mi cuerpo por instinto se pone rígido y es que ya no se como hacerle entender a este tipo que no me busque más. No me detengo, lo que menos necesito es un escándalo frente a mi trabajo, es el tercero que me tuve que conseguir por su culpa.
Su mano sujeta mi muñeca e instintivamente retrocedo y me safo de su asqueroso agarre.- Sueltame, no me vuelvas a tocar.
Digo molesta mirando de un lado a otro.
- Daniela que pasa contigo ahora? Solo vine a buscarte para llevarte a cenar.
Le miro incrédula, es que es inaudito que siga insistiendo. Luego de lo que intento hacerme ya hace más de un año que me persigue por todos lados.
- Llamaré a la policía, ya te dije que dejes de buscarme. No quiero tener nada contigo. Entiendelo de una vez y déjame en paz!!
Exigí. Ahí ya su expresión vuelve a tornarce furiosa. Pero se que no hará nada con tantas personas circulando por ahí.
- Sabes que no puedo hacer eso Dani, te quiero para mi. Haré lo que haga falta para tenerte.
- Lo que tu solo quisiste siempre fue tenerme en tu cama, pero como no lo conseguiste sigues insistiendo en lo mismo. Y eso no va a pasar. Comprende que no quiero nada contigo y deja de acosarme.Dije ya montando mi bisicleta. El quedo ahí, parado en medio del camino, pero yo sabía, presentía que no se detendría, tenía que tomar medidas más drásticas, porque sabía que esto no podía continuar de esta manera.
Ya el verlo rondar de nuevo por mi trabajo me causaba esa maldita sensación de inseguridad que odiaba.
Luego todo fue un desastre. Para cuando por fin pude ir a esa dichosa tienda pasaban de las diez de la noche y ahora resulta que no tengo crédito y el idiota del dependiente pretende que me acueste con el en el maldito deposito a cambio de mis viveres.
Mi en sus más remotos sueños. Salgo directa al cajero en frente solo para confirmar que mi cuenta esta vacía. Al menos pude hacer el deposito de la renta antes de que mi cuenta fuera robada otra vez.
No puedo evitar las malditas lágrimas que empañan mi vision, era lo último que me faltaba...
Golpee molesta y frustrada la pantalla que me decía lo que había vuelto a pasar. Ese maldito idiota había vuelto a hacer lo mismo. Lo que no llegaba yo a comprender es como diantres seguía logrando acceder a mi cuenta y sacar mi maldito dinero.
No, definitivamente tendría que ir a la policía, esto ya era demasiado.
Ya vencida salí de ahí, me detuve frente a mi bisiclera y la patee con toda la frustración que sentía en mi cuerpo. Ya no lo soportaba...
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En las llamas de tu piel
रोमांसEl amor no era lo que esperaban conocer en medio de malos entendidos, furia y dolor...