Capitulo 14

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Daniela había quedado profundamente dormida sobre mi pecho, y yo no podía pensar en nada más que en lo que había pasado entre nosotros, no podía dejar de pensar que esta chica...
No chica no, Daniela ya no era una chica, era toda una mujer. Una que me había dado no solo su virginidad si no que también había cambiado todo dentro de mi, había abierto puertas que mantuve cerradas durante toda mi vida, puertas que no tenía ninguna intención de abrir, y ahora ella se había instalado en esos recónditos lugares de mi alma en los que nunca antes había permitido a nadie entrar.
Que hacer ahora con todo lo que había causado? Como acomodarlo de manera en que no le  acusara un daño irreparable. Yo no podía ser lo que ella necesitaba, no podía ofrecerle algo que no tenía, porque mi corazón latía solamente por dos personas  y esos dos seres estaban en Italia, no podía dejarlos ahí, y tampoco podía pretender que Daniela viniera conmigo cuando tuviera que partir, ella tenía su vida, su trabajo... Por difícil que le hubiera resultado este era su lugar. Cómo podía llegar y y pedirle que dejara todo y se fuera de su país, yo no tenía lazos en New York, no tenía a nadie aqui, y no sentía que fuera mi patria. Ese lugar era de España, mi corazón luchaba por España, la naval Española era la que me había rescatado del borde de la locura cuando creí en las mentiras y me creí responsable de la muerte de mi hermana, ahora la había recuperado, y ella recidia en Italia, no podía no regresar y quedarme en un país que lo único que me dio fue dolor.
El problema radicaba en como haría ahora para marcharme sin causarle daño a la mujer que tenía entre mis brazos...
Senti como ese delicado y suave cuerpo se acomodaba un poco mejor sobre mi,, su suspiro relajado, me causo un extraño cosquilleo. Mire por sobre la pequeña mesilla de noche, viendo en el reloj sobre ella que pasaban de las cuatro de la madrugada, no podía dormir, pero tampoco podía ni quería salir de la cama y alejarme de su calor, de su cuerpo.
Suspire y me acomode un poco más en esa cama que era suya, abrazando a Dani y pegandola todo lo que podía a mi cuerpo, su perfume se había instalado en mi sistema, y no me molestaba que así fuera, por el contrario me recordaba a los dulces que hacia mi madre cuando pequeño...
Un aroma celestial, cerré mis ojos inhalando su perfume, intentando dormir, pero mis planes se fueron al cajón en cuanto escuché el sonido de mi móvil en algún lugar de la alcoba.
No podía ignorarlo, a estas horas solo podía ser algo importante. Podía haber ocurrido algo con mi hermana.
Me levante aún desnudo de la cama con cuidado de no despertarla, tome del bolsillo de mi pantalón tirado en el piso el aparato que no paraba de sonar insistente y atendí incluso sin fijarme quien llamaba.

" - Nahuel Diaz...

Dije en tono neutro.

- Valla, pero quien diría que mi querido hijastro me atendería la llamada.

Esa voz y ese comentario me dijeron quien estaba hablando del otro lado. No pude evitar tensarme, apretar los dientes con molestia contenida. Cristina... Esa maldita mujer que era la madre de mi hermana había descubierto antes de lo que yo lo esperaba que me encontraba en New York, lo que no lograba dilucidar era como había conseguido mi móvil y para que me llamaba.

- Que quieres?

Su carcajada de burla solo sirvió para molestarme mucho más.

- Siempre tan directo hijastro. Supe que estabas en New York y eso solo significa que sabes que mi hija Isabella esta viva. No pensé que tardarías tanto tiempo en descubrir mi pequeña broma...

Se burlo.

- Tu le llamas broma al decirme que Isabella se había suicidado por mi culpa!? No eres más que una alimaña. Una maldita mujer que por rencor a que un hombre no le amara como quería le causó el mayor daño que pudo a su hijo.
- Jakajaja, Hay hijastro querido... Siempre tan serio, en fin sé muy bien que si estas en New York es por Isabella, y necesito que mi hija se contacte conmigo. Tiene que mantenerme, después de todo soy su madre y es su obligación. Dile que le comviene aparecer porque llevo cuatro años viviendo penurias porque ella decidió desaparecer.
- Tu estas muy mal si piensas que yo le diré alguna cosa sobre ti a Isabella. Si no la has encontrado hasta ahora, que te hace pensar que yo te voy a ayudar. Isabella decidió cortar todo lazo contigo, y yo no voy a hacer nada para que vuelva a acercarce a alguien como tu.
- A Isabella le corresponde mantenerme, es su maldita obligación!! Yo sacrifique mi vida por ella. Me lo debe, pero además de eso, si no quiere que Tomas sepa que regreso a New York tendrá que darme algo para callarme.

En las llamas de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora