Capitulo 17

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" Estoy en el estacionamiento esperando por ti"

Di enviar al mensaje que acababa de escribir y me recargue en el asiento de la camioneta. Sabía que aún faltaban diez minutos para que ella terminara su turno, pero quería que supiera que si había venido, tal y como le había prometido.
Me había pasado todo el día ocupado, trabajando en intentar resolver todos los temas que amenazaban la seguridad de mi hermana.
Cuando mire por el cristal y la vi, sentí todo mi cuerpo incendiarse.
Dios!! Se veía tan preciosa con ese uniforme de enfermera, su cabello sujeto en esa trenza que acostumbraba. Baje del coche y me acerque a paso decidido para alcanzarle a mitad del camino.
Cuando sus ojos se fijaron en mi su sonrisa brillo para mi y por inercia sonreí también...
Mis manos fueron de inmediato a su nuca y mi boca fue de inmediato a la suya, todo mi cuerpo reaccionó, es que el sabor de sus labios era lo mejor que había probado en la vida.
Sus manos se posaron en mi torso y su boca respondió a la mía.

- Hola...

Susurro tímida en cuanto mi boca se separo un par de centímetros de la suya. Sus ojos verdes brillaban intensos, eran en verdad preciosos...

- Hola preciosa.

Respondí dándole un casto beso más, tome su mano en la mía y nos dirigí con calma al coche, abrí la puerta del acompañante para ella y le ayude a subir, pero antes de cerrar de nuevo la puerta y encaminarme a mi sitio tome de nuevo su boca para volver a llenarme de su sabor. Es que una vez que volví a probarle ya no podía contenerme las ganas de seguir.
Cuando le deje sin aire en los pulmones, y tube que dejarle respirar sonreí satisfecho de ver sus preciosos labios otra vez hinchados por mi.
Subí al vehículo sabiendome observado a detalle por una Dani totalmente sonrojada, no pude contener la sonrisa que me causó. Es que era preciosa y esa actitud tímida exinsegur era lo que más me fascinaba. Ni bien emprendí la marcha y me concentre en la carretera aproveche para tratar de saber un poco más de ella. La verdad era que ahora lo quería saber todo.

- Como estuvo el trabajo? 

Pregunte dándole una rápida mirada antes de volver a fijar mi atención en el camino. Lo que me permitió notar como sus ojos se ensombrecian y suspiraba cansada. Eso me lleno de curiosidad, tal parecía que su día no había ido muy bien.

- Que ocurre?

Pregunté al notar que no respondía.
Ella me vio un segundo y perdió la vista en el cristal.

- Nada, solo...  Solo fue un día algo... complicado.
- Trabajas demasiado Dani.

Dije, y no estaba equivocado. Había entrado a su turno a las seis de la mañana y eran las diez de la noche, esas eran muchas horas al día. Todos los días.  Dani suspiro recargando la cabeza en el respaldo y cerró sus ojos asintiendo antes de contestar a mi observación.

- Se que es así, pero debo hacerlo. Especialmente ahora que tuve que mudarme. El costo del apartamento es más elevado.
- Yo puedo ayudarte, no tienes que trabajar tanto.

Me ofrecí. Pero en cuanto vi su expresión por un segundo supe que la idea no le gustó mucho.

- Ni lo pienses. No vas a hacerlo.
- Pero pue...
- No Nahuel. No voy a aceptar tu dinero, no importa lo mucho que tenga que trabajar, es algo que prefiero antes de aceptarte dinero para cubrir mis cuentas.

Dijo algo molesta. El tono de su voz me decía que mejor no continuaba insistiendo en lo mismo, pero soy terco por naturaleza.

- No me molesta ayudarte, que tendría eso de malo?

Pregunte.

- Nahuel... Deja eso. Estoy cansada y lo que menos quiero es discutir por dinero contigo.

Pidió volviendo a recargar la cabeza en el respaldo de su asiento. Me mantuve en silencio, ella tenía razón en que no valía de nada discutir por dinero. Pero eso no significaba que yo no haría nada para ayudarla. De momento tenía que dejarlo pasar. Pero en mi cabeza ya estaba trazando algun plan para ayudarle.

- Esta bien.

Consedi. No quería discutir con ella. Se notaba que estaba agotada, y yo no planeaba pelear. Por el contrario, quería hacerle sentir cómoda, relajada...
Por eso tenía todo un plan trazado en mi cabeza para esta noche, aunque ahora que lo pensaba, tal vez sería bueno modificarlo un poco.
Lo bueno era que Dani no pregunto en ningún momento a donde la llevaba, ella se dejaba llevar por mi, y eso me hacía sentir bien.
Cuando llegamos a la casa, Dani miro algo confundida.

- No tengo energía para entrenar esta noche Nahuel.

Dijo en cuanto abrí su puerta y le ayude a bajar. Tome su mano en la mía y sonreí ya guiandola adentro.

- No dije en ningún momento que fuéramos a entrenar Daniela. Tengo otros planes para ti esta noche.

Dije mirándola y enarcando una ceja. 
Me miro confundida, pero no dijo nada más. Se dejó llevar mansamente al interior de la casa.  La lleve directo a la alcoba y de ahí al baño, donde le hice sentar en un pequeño diván.
Dani no dijo nada y yo me concentre en lo que se me había ocurrido en el camino. Llene la bañera de agua caliente, puse algunas sales que mi cuñado solía tener aquí y me concentre en encender algunas velas que estaban repartidas por todo el amplio baño.
Cuando tuve el agua tal y como quería me incline frente a ella, tome sus pequeños pies uno a uno y los libere del calzado y las medias.  Me puse de pie una vez más, tome sus manos y la fui desnudando de forma lenta. Los ojos de Dani no se apartaba de los míos, pero yo mantenía mi concentración al máximo. Cuando la tuve tal y como quería, me concentre en liberar su largo cabello de esa trenza, dejándole caer libre por su espalda desnuda. La tomé en mis brazos y la deposite con mucho cuidado dentro de la bañera.
Su cuerpo se estremeció al contraste de la temperatura del agua, pero yo sabía que estaba perfecta para ella.
Bese sus labios de forma lenta, suave, deleitandome con su suspiro.

- Necesitas relajarte preciosa...
Disfruta tu baño, yo me voy a ocupar de la cena.

Dije besando su frente y saliendo con calma del baño y cerrando la puerta tras de mi.
Baje las escaleras y me concentre en preparar la cena para los dos.
Una hora después subía de regreso a la alcoba con la cena lista y un par de copas de vino tinto. Deje todo en la cómoda, busque una salida de baño para Dani y fui a buscarla descubriendo la dormida en el agua.
La imagen me congeló, se veía en verdad relajada, pero también se veía tremendamente sensual. Apreté los dientes, es que ver su cuerpo ahí dentro de esa tina, llena de espuma y la poca piel que se veía brillando por el agua era demasiado tentador.
Me acerque despacio a ella y antes de siquiera despertarla tomé de mi bolsillo el móvil y le tomé una fotografía, se bien que no debía de hacerlo, pero es que no podía evitar querer plasmar ese momento. Se veía de verdad preciosa.
Observe la imagen un par de segundos y luego me dispuse a despertarla con un suave y dulce beso...
Sus labios eran toda una tentación para mi

En las llamas de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora