Samuel
No podía negar que me sentía agotado, realmente agotado, llevábamos poco mas de tres meses prácticamente sin dormir mas de quince minutos seguidos. Y pese a eso no dejaba de sentirme el hombre mas afortunado del planeta. Nada podía ser más perfecto y hermoso que mi familia...
- Vienes a la cama?
Susurro mi pequeña transgresora en un tono de voz muy bajo acercándose a mi y acariciando mi cuello. Solo ese simple y delicado toque de sus dedos hizo todo mi cuerpo reaccionar de inmediato. Es que la deseaba de manera ya enfermaste. Mis ojos de inmediato se fijaron en los suyos negros como la noche mas oscura, se veía muy bella pese a esas marcadas ojeras bajo sus lindos y brillantes ojos. Sabia que yo estaba sino igual peor que ella, pero era algo normal. Con cuatro bebes en casa no teníamos mucho tiempo para descansar de manera adecuada. Tome su preciosa mano en la mía y la atraje hasta tenerla sentada en mi regazo y abrazarle ya besando de forma suave sus lindos labios...
- Tienes una jodida idea de cuan feliz me siento a tu lado pequeña?
Susurre sobre su boca y mi pequeña transgresora sonrió con dulzura y acaricio mi quijada.
- Y tu a mi Sammuil?? Tienes tu idea de cuan feliz y dichosa me siento a tu lado? Al lado de la familia que me me has dado?
Pregunto rozando sus labios con los míos.
No pude contenerme de profundizar ese beso, al punto que ya no era suficiente como para detenerme en solo eso...
Con cuidado la sujete de manera correcta y me puse en pie con ella en mis brazos. Camine por la alcoba de nuestros hijos y nos lleve a la nuestra justo a un lado de la suya. Sin dejar de besarla en profundidad llegue hasta el borde de la enorme cama que compartía con esta perfecta y hermosa mujer que era mi esposa unos deje caer con cuidado sin liberar nuestros labios... Mis manos ya luchaban para colarse por la cintura de ese pantalón ajustado que usaba y las suyas lo hacían en subir mi camiseta de algodón y apartarla de mi cuerpo. No tardamos en quitarnos uno al otro casi toda la ropa que teníamos puesta, era una lucha de besos, caricias y gemidos ansiosos por sentirnos uno al otro.- Dios!! No imaginas cuanto te deseo ahora pequeña...
Gruñí ansioso ya quitando su bra y a punto de saborear sus deliciosos senos, mi pequeña gimió tirando de mi cabello, exigiendo a mis labios a besarla con mayor intensidad y yo quien era para negarle nada?
Ya no podía contenerme, es que Samantha Riviera era mi adicción, mi mayor deseo siempre era estar con ella...- Sam... Por favor...
Suplico jadeante, sabía lo que quería, lo que necesitaba, lo que ambos necesitábamos...
Que que estaba a una milésima de segundo de fundirme por fin en su ser, como hacia meses que no podía hacerlo. Pero como todo últimamente en nuestra vida íntima tenia que torcerse era de esperar que el condenado móvil empezara a tocar esa dichosa melodía de llamada.
No atendería, no atendería, no atendería...
Apreté los dientes en cuanto el llanto de Martina empezó, sabíamos los dos que si no lográbamos calmarla en un minuto mas despertaría a Samira, ella despertaría a Drew y el despertaría Johan.- Dios!!
Manda se levantó de prisa de la cama y yo me tiré a por el condenado aparato del Demonio para silenciar el condenado ruido que despertaba a mis hijos e interrumpía mi muy escaso tiempo recreativo con mi mujer.
Vi de reojo como Samantha ataba el lazo de su bata de seda y cruzaba ya as puertas que daban a la alcoba de nuestra pequeñas hijas..." - Mas vale que sea de vida o muerte, porque juro que..
- Daniela mi futura cuñada esta de parto y de camino a la clínica con Nahuel!! "Me interrumpió Iván. Apreté a mandíbula para no soltar algo inofensivo. Tenia que ir...
Carajo!!" - En veinte minutos los veo ahí.
- De acuerdo, gracias. "Busqué de prisa algo de ropa del vestidor, tome las llaves de mi coche y fui a avisar a mi mujer que había ya emergencia media y familiar.
Al entrar en la alcoba de mis hijas encontré a mi esposa ya acuando a Martina y a Samira, sentada en una de las mecedoras. Se miraba tan hermosa así , en este preciso segundo con su largo cabello desordenado, con sus mejillas sonrojadas y sus preciosos labios rojos e hinchados... Prácticamente desnuda, solo envuelta en una bata de seda y con nuestras dos hijas recostada sobre su pecho que juro por mi vida que habría mandado al mismo infierno esa llamada si no fuera que se trataba de alguien de la familia.- Tienes que irte... Cierto?
Pregunto en un suspiro fijando sus ojitos en los míos. Suspiré ya acercándome hasta ellas y besé primero los dulces labios de mi mujer y luego las pequeñas frentes de nuestras niñas antes de responderle.
- Daniela, la chica de Nahuel entro en labor de parto. Están camino a la clínica.
Explique. Manda suspiro comprendiendo y beso mis labios una vez más.
- Ve con cuidado... Yo me ocupo del batallón.
Bromeo logrando hacerme sonreír.
- Prometo regresar en cuanto me sea posible pequeña... Pero trata de descansar tanto como puedas y te permitan nuestros tesoros.
Pedi antes de salir con prisa y subir a mi coche.
Escuche sus palabras justo antes de terminar de salir de la alcoba de mis princesas...- Mantenme informada y te cuidas Samuel...
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En las llamas de tu piel
RomanceEl amor no era lo que esperaban conocer en medio de malos entendidos, furia y dolor...