Capitulo 24

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"  Siento que no puedas insultarme ahora, pero me espera mi doctora."

Soltó con frialdad. Volví a cerrar mis puños y apreté una vez más los dientes para contenerme de decir algo que no debía, porque no tenía el derecho de reclamarle por esa actitud hacia mi persona. Pero no la dejaría entrar a esa consulta nuevamente sola.

- Vamos entonces, porque no tengo ninguna intención de descuidar a mi hijo por nada de este mundo.

Dije ya girando en dirección a donde ella caminaba. Se detuvo un solo segundo más y ahí si que me vio directo a los ojos, su mirada era triste, cansada, repleta de dolor...
Cargo sus pulmones de aire, como intentando asumir mis palabras y volvió a caminar en completo silencio al consultorio. Avance a su lado, con paso seguro y dudoso al mismo tiempo. Porque al menos no parecía tener intención de negarme lo evidente. Ese niño era mío y tenía tanto derecho como ella y también obligaciones que estaba decidido a asumir.
Cuando estuvimos frente a la puerta la abrí para ella, mi mano instintivamente se posó en su espalda baja y note de inmediato como todo su cuerpo tembló ante mi tacto, no dijo nada, pero sabía que se estaba conteniendo. Su cuerpo tenso me lo decía, la forma en que sus manos se movieron por instinto hacia su vientre, como en un intento de protegerlo...
Su palidez, la forma en que contenía el aire. Todo en su cuerpo me decía que el miedo era el sentimiento que primaba en ella en estos momentos, miedo a un nuevo ataque, a más golpes...  Me acerque a su oído y hable en tono muy bajo, solo para que ella escuchara mis palabras...

- No voy a golpearte Daniela, no soy ese hombre. Respira...

Indique.
Me vio a los ojos mientras la guiaba a la silla frente a un pulcro escritorio, pero siguió mi indicación. Se sentó en silencio y esperamos por un par de minutos a que la doctora entrara.

- ( Doctora) Buenas tardes Daniela, como te encuentras? Veo que hoy traes compañía...

Dijo la mujer al entrar y fijar su atención en Daniela primero y luego en mi parado a su lado con las manos en mis bolsillo.
Daniela intentó mostrarse serena al responder a la insinuación.

- ( Daniela) Doctora, como esta usted? Si, hoy vengo acompañada. El es Nahuel Diaz, el padre de mi pequeña...

Una niña. Esperaba una niña...
No pude evitar sonreír cuando escuche eso. Porque además de enterarme que nuestro bebé era una niña, Daniela demostraba que no pensaba ocultar o negar quien era yo en su vida y la de su hija. La mujer sonrió más ampliamente al tenderme la mano y hablar...

- Por fin puedo ponerle un rostro al orgulloso papá. Es un plaser conocerle señor Diaz, espero que ahora puedan dejar de viajar de un lado a otro y así lograr que Daniela tenga el seguimiento apropiado...

Dijo dándome a entender que Daniela lo había dicho. Suponia por qué, si ella tenía controles médicos de cada país al que había ido, era de suponer que preguntaran al respecto.

- Ser capitán de la Naval Española, suele requerirme  largas travesías por todo el mundo, pero ahora que me dieron finalmente la baja formal a mis deberes si, podemos por fin radicarnos y cuidar más adecuadamente a Daniela y nuestra hija.

Respondí siguiendo el hilo de lo que Dani había dicho a su doctora.

-  ( Doctora) Es bueno escucharle decir eso señor. Bueno, mejor comencemos te parece Daniela?
- ( Daniela) Seguro...

La doctora le indicó a Daniela lo que tenía que hacer, la pesaron, controlaron sus constantes vitales, tomaron una muestra de su sangre, realizó un minusioso chequeo en toda ella... Creo que no dejo sin revisar ni sus uñas, fue así que note ese amarillento morado en su muñeca...

- Que te paso en la muñeca Daniela?

Pregunte apretando la mandíbula.  Ella me miro entre asustada y nerviosa.

- ( Doctora) No se lo dijiste Daniela?

Hablo confundida la mujer que la revisaba.

- ( Daniela) Acabó de saber que esta en Italia, no hemos tenido tiempo de siquiera ponernos a conversar. Yo no quería perder la cita.

Explicó.

- Que fue lo que ocurrió?

Volvi a preguntar.

- (Daniela) No fue nada en realidad, una tonta caída.

Si, como no!! Una tonta caída y un demonio!! Eso se lo ha de haber echo ese maldito depravado.

- ( Doctora) Una tonta caída que te costó un buen golpe en la muñeca y la espalda Daniela. Te lo he dicho incontables veces tienes que tener siempre a mano algo dulce para ingerir. Los bajones de azúcar no son buenos en tu estado.
-  (Daniela) Lo sé, podríamos seguir por favor?

Pidió claramente incomoda.
Media hora después la doctora por fin se dio por satisfecha, aprovecho para realizarme algunas preguntas directas sobre mi salud y demás para agregar al historial médico de Daniela y poder tener la información mucho más completa.

- ( Doctora) Muy bien, como ya sabes Daniela tu embarazo  no es de alto riesgo. Pero sabes que no es prudente que estés trabajando en este momento. No has aumentado más de 300 gramos este mes y eso es algo constante, nunca sobre pasas el kilo, la bebe será pequeña, eso lo teníamos claro, pero ya para estas alturas hay que lograr que al término del embarazo llegue a pesar al menos dos kilos.
- Quiere decir que la salud de nuestra hija corre algún peligro?

Pregunte nervioso.

- ( Doctora) De momento lo tomo como algo delicado, en las ecografias el peso de la bebe no de más de un kilo y poco más. Por eso me interesa que Daniela no trabaje, el no hacerlo permitirá que no queme las calorías que pretendemos adquiera con el embarazo. Entiendo que por usted no poder estar por su trabajo Daniela toma el trabajar como una manera de mantenerse tranquila y ocupada, pero  ahora lo importante es lograr que la bebé llegue al peso adecuado antes de nacer, si no lo hiciera podría precentar complicaciones que perjudiquen su salud...

En las llamas de tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora