En las llamas de tu piel

Capitulo 29

- Ya las contracciones cedieron. Tendrá que hacer algún par de días reposo para asegurarnos que no pase nada malo, pero la bebé se escucha fuerte...  Tuvo suerte, podría haberla provocado el parto prematuro...
- Gracias Samuel, lamento haberte importunado Justo en estos momentos...

Me disculpe. Samue sonrió con cansancio para mi y negó  con la cabeza.

- Tranquilo, estaba en la casa preparando la llegada de mi mujer y los bebés. Y creí mejor venir yo mientras esperabas por un obstetra podía pasar algo peor. No estaba lejos...

Si lo sabía, su casa estaba a sólo quince minutos en coche de la nuestra.

- Lo que si me sorprendió fue que tu y Daniela se conocieran... Ayer en la tarde cuando la viste en el sanatorio me pareció que...
- Si, supongo que mi reacción no fue la mejor, solo me sorprendí encontrarla. Llevaba meses buscándole y verla justamente en ese momento...
- Supongo que cualquiera habría reaccionado igual. En fin... Deja que descanse algunas horas más. Yo tengo que ir a llevar a mi familia a casa, pero no dudes en llamar si algo se presenta. Que no haga ningún esfuerzo y.... Yo que tu levantaría cargos contra esa chica que le agredió, no creo que sea prudente que la dejes cerca de Daniela, ni la conoce y ya la agredió de esa manera?
- Cuando termine con esa tipeja no le quedarán deseos de volver a parpadear en dirección de Daniela, a demás no pienso permitir que este cerca de ella.

Respondí apretando los puños. Y lo haría, no dejaría esa Escuincla cerca de mi mujer.
Despedí a Samuel agradeciendo una vez más su ayuda y me dirigí decidido a la cocina a hacerme cargo de lo que faltaba. Cuando cruce las puertas batientes y mis ojos la descubrieron sentada ahí, tomando una maldita taza de café y viendo algo muy risueña en su móvil...
Javier me vio de inmediato y enderezó su postura, Clara caminaba de un lado a otro del lugar con una mano en su pecho y otra en la frente. Negando nerviosa. Tenía una especie de rosario en su mano y en cuanto noto mi presencia se acerco angustiada a mi hablando.

- ( Clara) Por los Santos patróncito, le juro que no sabía que...
- Tu y Javier fuera de aquí Clara. Esto no es con ustedes. Sube por favor a mi alcoba y vigila que Daniela descanse. Lo más mínimo me llamas de inmediato Clara. Luego hablaré con ustedes dos.

Advertí con vos neutra. Ellos no le habían echo daño a mi mujer, pero Clara sabía muy bien que si algo pasaba con ella debían de llamarme de inmediato. Un par de horas, solo dos malditas horas hicieron falta que no estuviera para que esta insensata dañara a  mi mujer.
La expresión tranquila de Míriam, solo lograba enfadarme aún más si fuera posible. Estaba tan tranquila. Sonriendo con alegría y seguía revisando ese condenado móvil...

- Quiero saber quien te dio el condenado derecho de agredir así a...
- Nahuel, solo la puse en su sitio. La muy golfa estaba acostada y en tu cama, que querías que hiciera? Tenía que sacarla de ahí no iba a dejar que una Zorra y preñada se metiera contigo y...
- CALLATE!!

Exigí casi sin control.

- TU NO TIENES EL MALDITO DERECHO DE HACER NADA EN ESTA CASA!! ESA CHICA QUE TE ATREVISTE A GOLPEAR Y ARRASTRAR DEL CABELLO POR LAS ESCALERAS ES MI MUJER!! ELLA ES LA DUEÑA DE TODO ESTO, ESA BEBE QUE ELLA ESTÁ ESPERANDO ES MÍA!!! Y SI ESTABA DURMIENDO EN MI MALDITA ALCOBA, EN MI MALDITA CAMA ES PORQUE YO ASÍ LO QUIERO!!!

No me contuve de golpear con mis puños el mármol de la isleta central.  En cuanto escucho mis palabras palidecio de forma rápida y esa maldita sonrisa desapareció de su rostro.

- Te juro que vas a pagar muy caro el haberle tocado un cabello!! No tengo que decirte que estas despedida. Y menos que tienes un solo minuto para salir de mi propiedad!!
- No puedes echarme!!
- Es que no solo te voy a echar!! Voy a levantar cargos contra ti por agrecion contra Daniela, y resa... Resa Míriam para que nada malo le ocurra a mi hija o su madre, porque no podrás esconderte ni de bajo de las piedras!! No quiero volver a ver siquiera que te acercas a esta estancia...
JAVIER!!

Grite, creo que el hombre estaba por demás atento, porque no tardo un minuto en aparecer nuevamente.

- Diga patrón.
- Te ocupas por favor de que esta señora.. 

Dije dándole una última mirada a ella.

- Saque sus cosas de mi casa y se retire de inmediato. No quiero tener que repetirlo. 

Advertí. El asintió para mi y yo fui a por lo siguiente.
Subí de dos en dos los escalones y camine a paso rápido a mi alcoba, mi mano se detuvo justo cuando iba a abrir la puerta cuando escuche la voz de Clara hablarle...

" - Hay muchacha, no imagina el miedo que me dio Don Nahuel, esta de verdad furioso con Míriam. No creo que la perdone lo que hizo, de seguro y la echa de patitas a la calle.
- ( Daniela)  Yo... Lo siento, no quería causar...
- Pero es que usted no tiene culpa señorita, el patrón me pidió a mi que la cuidara. Pero no creí necesario decirle a Míriam que tratara bien a quien el patrón recibe en su casa. El fue muy claro conmigo, mi trabajo es encargarme de todo en su ausencia. Pero tendría que haberla venido a verificar cuando mande a Míriam  a traerle más toallas y la muy tonta no bajo de inmediato. De haberlo echo usted no estaría ahora en este estado...
- Yo... Yo no...

Decidí que era momento de entrar, Daniela no tenia que sentirse más nerviosa de lo que ya estaba.

- Clara, me preparas un poco de café, y traes chocolate caliente para Daniela?

Pedí una vez dentro, meti mis manos a los bolsillos de mi pantalón acercándome hasta un lado de la enorme cama.
Clara me miro y enseguida asintió. Se retiro a paso rápido dejándonos solos. Y yo me perdí en cuanto sus ojitos verdes se fijaron angustiados en los míos. Dios!! Era preciosa...

- Te sientes mejor?

Pregunté, si. Valla estupidez la mía, preguntar eso. Claro que no se sentía mejor.  Dani cargo de aire sus pulmones e intentó acomodarse un poco mejor. La mueca de molestia que se reflejo en su rostro me llevó de inmediato a acercarme y mis manos por instinto la rodearon con cuidado.

- Despacio cariño... No tienes que esforzarte

Susurre ya a su lado. Mis manos instintivamente se fueron hasta donde las suyas estaban sobre su pequeño vientre y creo que todo el mundo se detuvo.
Tenía que ser así, la rotación de la tierra debió cambiar justo en ese segundo cuando la sentí...