Hoy me levante temprano para salir a correr, los domingos siempre salgo a correr, me gusta mantenerme activa desde temprano. Me ayuda mucho a aclarar mis pensamientos.
Los cuales últimamente han estado solamente con Ethan.
Que me visitara ayer de sorpresa no me ayudó mucho, me acuerdo de sus movimientos y gruñidos, como gemia mi nombre. Una sensación eléctrica recorre mi espina dorsal al recordarlo.
Cuando creo que ya no he pensado en él, algo me hace recordarlo o hasta el mismo.
En cuanto regrese de correr, aproveche para ir a la ducha ya que hoy voy a salir con mis amigas. Me pongo algo sencillo, una blusa de manga larga y un pantalón.
Mientras bajo, veo que James está con mis dos amigas.
-El milagraso. - se para James. - Señoritas. - sonríe y lo empujó leve.
-Vete, Don Juan. - me burlo y veo a mis amigas.
-Creí que te habías largado. - Mel finje sollozar.
-Tampoco exageres, Amelia. - se ríe Grace. - Ya vamos, no quiero estar aquí y no aprovechar el día.
-Es verdad, necesitamos esos trajes de baño. - se ríe Mel.
-Pues andando. - me enojo de hombros.
A veces pienso que solo hay fiestas en el mundo de Amelia. No discuto, es su cumpleaños y ella hace los mejores cumpleaños, según mi hermano.
Este año podré ir al fin, por lo general no iba porque tenía planes o no la conocía del todo, pero ahora estoy lista para esa piscina que tanto me hace ansiar.
-Mira este. - digo mostrándolo uno con decorados trivales.
-Está bonito, pero no para ti. - dice Mel. - Mejor, para mí. - sonríe y ruedo mis ojos.
-Busca uno de dos piezas, niña. - dice Grace.
-Bien, pero no prometo nada. - la señaló y alza sus hombros.
-Anda diablilla, sigue tu deseo de lucir antojable. - me dice Amelia y me río.
Me fui para seguir buscando trajes de baño, pero también me fui en busca del regalo perfecto para mi amiga rubia. Quiero algo que sé que le va a encantar, será el primer regalo que recibirá de mi parte siendo amigas.
Siempre me ha dicho que quiere audífonos, así que aprovecho para ir a comprarle unos de color rosa que son inalambricos, muy para ella. No dudo en comprarlos.
El empaque de los audífonos es algo grande, pero solo lo llevo fingiendo que es algo que compre para mí, así que casi no se dan cuenta mis amigas.
Vuelvo a repasar los trajes de baño y encuentro uno muy bonito de color vino con un moño al frente. Me fui al vestidor y me lo probé lo más rápido que pude, me agrado así que será el que compraré. Al salir mis amigas siguen esperándome afuera con supongo que son sus trajes de baño.
-Ya encontré uno. - digo moviendo el traje de baño.
-También nosotras. - habla Grace.
-¿Cómo es el tuyo? - me ve Amelia.
-Es de dos piezas y es de color vino. - digo sonriente.
-Esta hermoso. El mio es blanco, igual de dos piezas. - me señala el suyo.
-Y el mio es blanco con rayas azules y pues igual de dos piezas. - se encoje de hombros Grace.
-Pues vamos a pagarlo. - dice Mel y vamos a la caja.
En cuanto pagamos, damos un pequeño paseo por el centro comercial. Me la paso riéndome con ellas por cada cosa que dicen y como sacan temas tan randoms.
-¿Qué tal Ethan? - me codea Grace. - Ahora que sabes que estaba en lo cierto, ¿qué ha pasado?
-Pues, esa noche de bienvenida él y yo lo hicimos. - me muerdo mis labios y Mel se para de golpe.
-Para y retrocede, ¿qué? ¿Te gustó como lo hizo? - me toma del brazo.
-Me encantó. - agacho la cabeza. - No fue difícil porque Mel me ha enseñado una que otra cosa.
-No hay de que, mi diablilla. - me abraza. - Pobre, ¿te ardió?
-Amelia. - le llama la atención Grace. - Cálmate.
-Está bien, solo que no quiero hablarlo aquí. - comento.
-Entiendo, pero... - empieza Grace.
-Nos tienes que contar, estúpida, es como si yo también hubiera perdido la virginidad. - termina Amelia por ella.
Me río por su comentario junto con Grace y seguimos caminando.
Después de horas, nos vamos al carro de Mel y me dejan en mi casa. Le agradezco a Mel antes de entrar y me acuerdo de Ethan llegando como si nada para entregarme mi libreta. Me sorprendió verlo y envolverme por esos par de ojos celestes.
Desecho esos pensamientos por un rato y voy a la sala a envolver el regalo de Amelia. Tarareo una canción que puse y noto como viene bajando James.
-¿Que haces? - me pregunta, como si no fuera obvio.
-Preparando galletas. - lo veo y arquea una ceja.
-Parece que estás envolviendo algo. - se sienta a mi lado.
-Pues yo creo. - digo y se ríe.
James se queda escuchando la música que puse y cuando terminó de envolver la caja de los audífonos me recargo en el respaldo del sillón.
-¿Cuando es la fiesta de Amelia? - me pregunta James.
-El veintiséis de este mes. - suspiro.
-Perfecto.
-¿Por qué?
-¿Irá el chico con el que estabas hablando?
-¿Chico? Yo no hable con nadie. - le toco la frente. - ¿Estas bien?
-Me refiero a Ethan. - aleja mi mano.
-Ah, él. - me incorporo. - No sé, no me interesa.
En realidad me gustaría saber si irá o no, pero si va, supongo que no pasaría nada tan grave.
-Maddie si va no te acerques a él, te va a lastimar y en serio no quiero que lo haga.
-Agradezco tu preocupación, pero yo puedo cuidarme sola.
-Pero no vengas llorando conmigo porque te dejo de hablar como si nada. - niega molesto.
-Pero, James, no seas así.
-No, haz lo que quieras, puedes cuidarte sola, ¿no?
Sube las escaleras y ahogo un grito de desesperación. Si estuviera mi mamá, nos hubiera ayudado con esta pequeña pelea, pero se tuvo que ir a ese viaje de negocios.
Me acuesto en el sofá y es pienso en Ethan. Conociéndolo va a estar detrás de mi queriendo hacer algo para que lo deje entrar fácilmente. Ethan es algo predecible y me encantan como me besa en el cuello, me causa conflictos con mi ser. Recuerdo el ritmo que tuvo para embestirme, me encantó.
La verdad yo no esperaba perder mi virginidad con él, pero tampoco esperaba perder la con el chico que iba a estar el resto de mi vida.
Me voy a mi cuarto y me pongo mi pijama, estoy cansada de todo el tema de Ethan, así que lo mejor que pude haber hecho fue acostarme y dormir plácidamente.
____________________________Bueno, a ver que pasa con la castaña 🖐️😭
BESITOOOS
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Dos Chicos, Un Amor (+18) #DCUA1 ||TERMINADA||
JugendliteraturPenúltimo año de preparatoria. Pleno despegue de la juventud, el inicio de las mejores fiestas, amistades inolvidables y momentos inolvidables. Tan solo una fiesta, una noche y varias bebidas cambiaron la vida de Madison Longwell. Solo era una fies...