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-¡YOONGI!-

-¿Por qué gritas?- refunfuñó el moreno, quien asustado miraba al castaño lanzarle miradas mortales.

-¿Qué pasa ahora?- se quejó el antes llamado, entrando a la cocina, en donde Jung Hoseok enseñaba algo de literatura al menor de los tres, sin embargo, este, arto del poco interés por parte del alumno, decidió llamar al mayor.

-NamJoon no me está escuchando.

-Si lo hago.

-Mientes.- lo apuntó con una lápiz sin punta gracias a la fuerza con el que lo golpeó a la mesa.- ¿Qué fue lo último que dije?

-Qué fue lo último que dije.- repitió arrancando una risa del mayor quien de acercó a chocar los puños con el mismo.

-Ya, Hoseok-ah...- bufo acercándose al molesto amigo, pasó su brazo por encima de sus hombros y lo zarandeo un poco.- relájate.

-Vayanse a la mierda.- exclamó tomando su abrigo y billetera.- Se me está haciendo tarde.

-¿A dónde vas?- preguntó NamJoon mientras observaba como su único profesor bueno huía de la clase.

-Tengo una cita.- respondió está vez más suave, con un atisbo de sonrisita en sus labios.

-¿Con quién?- cuestionó Yoongi sentándose encima de la mesa, Hoseok se encogió de hombros mientras sonreía.

-Si me va bien les diré quién es.- y sin dejar investigar más se fue, vos en silencio miraron la puerta.

-¿Crees qué sea un chico?-

-¡NO SOY GAY!-

***

Sus pies se movían al compás del tictac en su muñeca, los pasillos tan silencioso en ese momento lograba captar cada sonido en el lugar, los papeles en sus manos pesaban y su espalda se quejaba con cada paso hacia aquella puerta marrón que tan bien conocía.

De alguna forma, inexplicable para él, NamJoon se había convertido en una especie de ayudante barra secretario para los maestros, siendo obligado así a llevar montones y montones de ensayos y exámenes a la oficina del presidente de la mesa directiva para que las pudiera organizar según el orden alfabético y así mejorar el orden en el consejo Universitario.

Lo sé, demasiado trabajo para un estudiante promedio, eh ahí el detalle, NamJoon, es su afán por atraer a SeokJin a sus garras, había cargado tantas responsabilidades que no podía dejar de una día para otro.

Estaba obsesionado, buscando siempre una excusa para hablar con él, y la única forma de hacerlo sin verse "tan mal" era fingiendo ayudar a los profesores.

-Kim SeokJin.- llamó a la puerta, siendo incapaz de tocarla como una persona normal pues las manos las tenía ocupadas, espero un par de minutos sin escuchar nada adentro.

«Quizás estás dormido»

Pensó pateando la puerta para nada disimulando el ruido que hacia eco en el pasillo vacío, pues todos los estudiantes estaban en sus respectivas clases a esa hora. NamJoon aún sin respuestas abrió la puerta como por arte de magia encontrando el totalmente vacío, dejo la pila de papeles en el escritorio y bufó mirando su reloj.

¿Donde estaba Jin?

Ahora que lo pensaba, no lo había visto en todo el día, y eso era algo extraño, ya que normalmente aquel chico se la pasaba de clase en clase, estudiando, pero también siendo agradable con el mundo. Era tan raro como hacia él para repartir su tiempo entre tantas cosas que hacia en el día, y aún así, no recibía ayuda de nadie.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora