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NamJoon no entendía nada, y las acciones de su mayor no ayudaban en lo más mínimo, porque luego de aquel caliente beso que se dieron, Jin alarmado entró a su casa y le cerró la puerta en la cara. Dejándolo perplejo por sus murmullos dentro de su hábitat. Intentó hablar con el de nuevo, tocó la puerta, llamó a su celular pero nada. El simplemente se fue.

No entendió nada en ese momento y mucho menos entendió cuando al día siguiente Jin lo ignoro olímpicamente, pasando por su lado sin mirarlo, o sentándose a su par sin saludarlo, y eso lo estaba volviendo loco.

El no necesitaba su atención, pero que lo ignorará así estaba enloqueciendolo. Y toda esa locura la retenía pues por otro lado pensaba que tal vez el mayor se encontraba avergonzado por todo lo que le dijo al menor, después de todo, fue prácticamente una confesión que NamJoon guardaba y se aseguraría de jugar en su contra, ya tenía un punto a favor, el mayor estaba interesado en él.

-Namjoon-ah, ¿Me extrañaste?- canturreo una voz a su lado, sentándose en el banco del comedor, Jimin sonrió achinando los ojos mientras abrazaba el brazo de NamJoon.

-Jiminie... ¿Por qué llegas ahora?

-Mis vacaciones se alargaron, que puedo decir, el mar me atrapa.- sonrió al tiempo que sintió una mirada perforarle la cabeza, volteó y su sonrisa se transformó en una mueca de molestia.- ¿así que sigues siendo amigo del gruñón Min Yoongi?

-Siempre será mi amigo, idiota. Vete, nadie te llamo- contestó con desdén el pálido quien revolvía un tenedor entre sus dedos, como su de un arma peligrosa se tratara.

-Quiero estar con Nam, y tú no te puedes oponer.

-¿Nam? Más respeto mocoso, es mayor a tí. Por lo menos respeta eso.

Y así, día y noche, desde que aquellos dos se conocieron en la secundaria hace ya dos años, las peleas eran interminables. Yoongi odiaba a Jimin, y citando textualmente decía: Es un puto, no te le acerques.

Obviamente NamJoon no le hizo caso y siguió con él, cayendo poco a poco en sus redes, que a decir verdad no era mala para NamJoon. Se divertía, se divertía con Jimin.

-quiero comer en paz, por favor dejen de pelear.- Jimin hizo un puchero mientras Yoongi solo rodaba los ojos.

-Ridículo.

-Gruñón.

NamJoon se levantó de la mesa e ignorando a los chicos salió de la cafetería, ya había terminado su pequeña merienda y se decidía a ir de una vez por todas a su última clase del día.

Sin embargo, atención era lo que menos le puso a la clase en esa ocasión, su mente viajaba a los recuerdos de la noche anterior, más precisamente a unos labios, carnosos y suaves, delicados y salvajes que carcomian la poca cordura que le quedaba cuando se acercaban a el, y de nuevo, como esa noche, una fría capa de realidad lo cubrió entero junto a la campanilla que indicaba la finalización de la clase.

El moreno molesto consigo mismo salió del aula, no podía creer que aquel estúpido pedante que tanto deseaba podía estar perjudicandolo así, y en ese momento iría a reclamarle, no aceptaría un no por respuesta, y tomaría lo que quería sin pedir permiso. Por qué al fin había llegado a una conclusión... Kim NamJoon no era paciente.

Caminaba a paso rápido por los pasillos de la universidad, esperando llegar antes de que Jin se fuera de la institución, cuando de pronto un delgado cuerpo chocó con el suyo, enseguida la sonrisa brillante de Hoseok interrumpió su travesía, retardandolo unos minutos.

-¿A dónde vas tan apurado?- presentó Hoseok mirando curioso a NamJoon que se movía inquieto.

-Ire a... dejar unos papeles...- inventó para ya terminar con la retención de su amigo en medio del pasillo, tan cerca y tan lejos de su juguete preciado.

-No traes papeles encima, que supone que le des a Seok... ¡Ah! Deja de ser homosexual.- gruñó golpeando la cabeza del menor.- No quiero detalles, vete.

Se hizo a un lado dejándole el espacio libre para irse, y NamJoon sin perder tiempo palmeó la espalda de Hoseok y se fue.

Al llegar a la oficina vió la puerta cerrada pero la luz de adentro encendida todavía, por lo que dedujo que aún no se había ido.

Abrió la puerta lentamente encontrandolo con los audífonos puestos, inclinado sobre su sillón y con gafas negras, tan gruesas que cubrían su rostro cansado por no haber dormido bien.

NamJoon se acercó en silencio hasta Jin y acomodando su cabello lo golpeó ahí, haciendo sobre saltar al mayor quien gritó asustado.

-¿Qué carajos, Namjoon que haces aquí?- dijo quitándose el casco y despertando apenas se dio cuenta de la situación en la que estaba.

-Vine a ver cómo estaba, ayer no se veía muy bien, hyung.- sonrió con inocencia el moreno, acercándose peligrosamente  a su rostro.

-¿Q-que haces?

-Intento besarte.

-N-no...- NamJoon no oyó y siguió acercándose, aprovechando de la altura extra que tenía pues Jin estaba recostado sobre su asiento.

-¿Por qué no? Ayer no parecía molestarte...

-A-aqui no... Vamos, vamos a otro lado, a hablar como personas normales.  Ya sabes, ¿no?

Personas normales... NamJoon río en su mente mientras tomaba a Jin del brazo y lo hacia caminar fuera del tumulto de gente que los rodeaba. Fuera de la universidad, fuera de su patio, fuera de sus instalaciones donde podía comer de SeokJin lentamente como tenía deseo de hacerlo. Cómo estaba pensando hacerlo.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora